'Tint¨ªn en el pa¨ªs de los intelectuales'
A pesar de las esperanzas de los lectores, Tint¨ªn sigue preso en el pa¨ªs de los intelectuales. Esto es, de aquellos colegas del profesor Tornasol, algo m¨¢s j¨®venes, y quiz¨¢ inexpertos, que pretenden meterlo en una jerga sumamente aburrida y lejana de sus habituales aventuras de reportero sin peri¨®dico. El Capit¨¢n Haddock no ha hecho aparici¨®n y, conoci¨¦ndole, probablemente ello se debe a que no sabe qu¨¦ hacer. Hern¨¢ndez y Fern¨¢ndez, como es habitual a estas alturas de la aventura, tampoco.El continuar¨¢ qued¨®, en el ¨²ltimo programa de televisi¨®n La edad de oro, en medio de un fragor de m¨²sica rock sumamente adecuada para la tensi¨®n ambiente. Lo cierto es que los contendientes, Javier Coma, portavoz de quienes se oponen (para entendernos) a Tint¨ªn, y, Ludolfo Paramio, una de las voces aisladas que han intentado defenderlo. El resumen de lo publicado es sencillo: invitado por la Fundaci¨®n Mir¨® para protagonizar una exposici¨®n sobre sus aventuras, Tint¨ªn se ve atacado por un grupo de intelectuales que le acusan de ser s¨®lo un ni?o. Adem¨¢s -sugieren sus p¨¦rfidos enemigos- el padre de Tint¨ªn, Herg¨¦, era un reaccionario que en su d¨ªa colabor¨® con los nazis. ?Sugerir¨¢n acaso que Tint¨ªn es fascista?
Javier Coma se autodefini¨® como profesional del estudio del comic, o algo parecido, prepotencia poco h¨¢bil si se tiene en cuenta que su contendiente, Paramio, dijo ser simple aficionado. En este pa¨ªs desconfiamos de todo carn¨¦ que no sea el de m¨¦dico, pese a lo que nos gusta tenerlos.
El nuevo episodio apenas merecer¨ªa menci¨®n de no ser porque el profesional insisti¨® en lo que a mi juicio ha contribuido no poco a la pol¨¦mica. Aquello de Tint¨ªn en el pa¨ªs de los soviets, o de que Herg¨¦ fue colaboracionista con los nazis. Quiso remediarlo y aludi¨® a un pasado de peque?os cr¨ªmenes, lo que no quiere decir -precis¨®- que Herg¨¦ haya sido un fascista. ?Y entonces qu¨¦ quiere decir? Paramio matiz¨®: Herg¨¦ ni era tan conservador, ni tan reaccionario, en su vida evolucion¨®, como todos, pero, en cualquier caso, la discusi¨®n no es ¨¦sa. Se trata de un modelo de narraci¨®n y de est¨¦tica, y ¨¦sa es otra historia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.