Caneja: "El mejor per¨ªodo creativo de un pintor comienza a los 70 a?os"
El pintor Juan Manuel D¨ªaz Caneja, formado en el esplendor de la vanguardia espa?ola de preguerra, en aquel Madrid prodigioso de los hombres del 27, y uno de los m¨¢s firmes pintores de nuestro tiempo, inaugur¨® ayer tarde una extensa muestra antol¨®gica de su obra en las salas Picasso, de la Biblioteca Nacional, en el mismo lugar donde 50 a?os antes otra colecci¨®n de sus pinturas fue presentada por Garc¨ªa Lorca y Alberti. Caneja afirma hoy que "el mejor per¨ªodo creativo del pintor comienza a los 70 a?os".
Nacido en Palencia en 1905, Caneja se traslada a los 18 a?os a Madrid, una ciudad que ninguno de los quiebros de la vida le har¨¢ ya abandonar. "El Madrid de mi juventud est¨¢ marcado por la eclosi¨®n de la generaci¨®n del 27, de aquella acumulaci¨®n de grandes poetas. Era una ciudad incre¨ªble, era algo que estaba en el aire; no creo que ninguna otra ciudad en Europa haya vivido un momento como aqu¨¦l". Tras comenzar unos estudios de arquitectura, Caneja asistir¨¢ durante a?os al estudio de V¨¢zquez D¨ªaz."V¨¢zquez D¨ªaz no intentaba inculcarnos una forma en concreto de pintar, y menos que ninguna la suya. M¨¢s bien lo que hac¨ªa era crear un clima, transmitirnos un cierto esp¨ªritu, y sus ense?anzas fueron decisivas en una ¨¦poca en que la informaci¨®n era casi nula". Son ¨¦sos los a?os de su vinculaci¨®n al escultor Alberto y a la escuela de Vallecas.
El esp¨ªritu de Vallecas
"Ese primer grupo de Vallecas no se trataba de ninguna escuela ni nada parecido. Eramos simplemente una tertulia de amigos que nos reun¨ªamos en el caf¨¦ Nacional y luego, paseando, nos ¨ªbamos hacia Vallecas, pues nos repugnaba el paisaje que hab¨ªa por la zona de Moncloa". En 1931 pasa un invierno en Par¨ªs, frecuentando los c¨ªrculos de pintpres espa?oles: Coss¨ªo, Bores, ?ngeles Ortiz, Peinado. Pero, para Caneja, Par¨ªs fue ante todo el descubrimiento esencial del cubismo. "A¨²n hoy, cuando comienzo un cuadro, tiene siempre un fondo cubista, aunque luego desaparezca. Es una disciplina b¨¢sica".La proclamaci¨®n de la Rep¨²blica, a su regreso a Espa?a, har¨¢ aflorar en Caneja otra faceta clave de su personalidad: la del militante pol¨ªtico, que le apartar¨¢ temporalmente de la pintura. Con el poeta Herrera Petere ingresa en el Sindicato de Escritores y Periodistas, donde desarrolla hasta su disoluci¨®n una intensa actividad. Hacia finales de 1934 regresa a la pintura y un a?o m¨¢s tarde realiza una exposici¨®n, presentada por Lorca y Alberti, en las salas del Museo de Arte Moderno, en los bajos de la Biblioteca Nacional.
De nuevo los a?os de la guerra civil, que pasar¨¢ en Madrid como carabinero, lo desligan de la pintura. A la ca¨ªda de Madrid, Caneja renuncia a la opci¨®n del exilio. "?sa es una de las cosas de las que estoy m¨¢s satisfecho; he vivido la posguerra d¨ªa por d¨ªa". Tras retomar la pr¨¢ctica de la pintura, vendr¨¢ tambi¨¦n el reinicio de la lucha pol¨ªtica, ahora en la clandestinidad; una lucha que le llevar¨¢ en 1948 a la c¨¢rcel por tres a?os. Un primer per¨ªodo en Carabanchel fue el m¨¢s amargo. Aunque se le permit¨ªa pintar, los presos pol¨ªticos, obligados a convivir con los comunes, deb¨ªan ocultar su militancia. "En cambio, Oca?a, que ten¨ªa un r¨¦gimen mucho m¨¢s severo y donde no se pod¨ªa ni pensar en pintar, era infinitamente mejor. Est¨¢bamos s¨®lo los pol¨ªticos, en un ambiente muy solidario; pas¨¦ all¨ª dos de los mejores a?os de mi vida".
Se atribuye como tema esencial de la pintura de Caneja su visi¨®n constructiva del paisaje castellano. No piensa ¨¦l lo mismo. "Creo que no he pintado un paisaje en mi vida. Pueden haber salido as¨ª, pero conscientemente nunca he querido pintar un paisaje. Para m¨ª todas las tierras son iguales, lo mismo me da California que Paredes de Navas. Yo simplemente me pongo a pintar un cuadro, y si sale un paisaje, pues lo siento. Yo tengo desde ni?o una imagen de lo que era para m¨ª el aut¨¦ntico pintor de paisajes. Era un se?or que sal¨ªa de Madrid, se iba a la sierra, colocaba su caballete, su lienzo y su agua, pues pintaba a la acuarela, y esperaba a las siete de la tarde a que empezara a anochecer, con sus horizontes rosas. Pintaba su paisajito y se lo tra¨ªa a Madrid. Era don Antonio Maura. Eso me impresion¨® tanto que para m¨ª no exist¨ªan m¨¢s paisajes que los de don Antonio Maura. Y ya no he podido pintar un paisaje en mi vida".
La soledad, el retiro en el estudio y el paso del tiempo son para Caneja las condiciones ideales para la pintura. "El mejor per¨ªodo creativo de la vida de un pintor comienza a los 70 a?os".
Babelia
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