Las elecciones que vienen
El equipo de Felipe Gonz¨¢lez se prepara para afrontar su batalla m¨¢s dura: aplicar la legislaci¨®n ya elaborada
Dos a?os despu¨¦s de haber tomado posesi¨®n de sus cargos, una mayor¨ªa de miembros del Gobierno, consultados por EL PA¨ªS, tiene la sensaci¨®n de haber recorrido mucho m¨¢s que la mitad del camino. Ahora, el equipo de Felipe Gonz¨¢lez prepara la que acaso vaya a ser su etapa m¨¢s dura, despu¨¦s de haber completado la legislaci¨®n del cambio: la puesta en marcha de esta legislaci¨®n, algo que reconocen que no ser¨¢ f¨¢cil y que coincide, adem¨¢s, con un per¨ªodo "preelectoral de hecho".Tanto el presidente como sus ministros se han manifestado privadamente preocupados ante lo que los sondeos revelan como una cierta p¨¦rdida de imagen, consecuencia de la aplicaci¨®n de una pol¨ªtica econ¨®mica y socialmente dura y de resultados inciertos en las ¨¢reas exterior y de terrorismo. Los altos ¨ªndices de impopularidad cosechados por el equipo econ¨®mico se traducir¨¢n, admiten los propios dirigentes socialistas, en duras cr¨ªticas en el transcurso de las sesiones del 30? Congreso federal del PSOE.
La contestaci¨®n interna en el seno del partido, las revelaciones de los sondeos y, sobre todo, las presiones de UGT, podr¨ªan aconsejar "algunos cambios" no mucho despu¨¦s de la celebraci¨®n del 30? Congreso, de acuerdo con el an¨¢lisis de algunos miembros del Gabinete, que admiten, no obstante, carecer de informaci¨®n precisa: "En los Consejos de Ministros no se habla de pol¨ªtica general, ni de temas que competen de manera exclusiva al presidente", dijo un cercano colaborador de Gonz¨¢lez, quien reconoci¨® que, por ejemplo, "todos los idicios que parec¨ªan seguros fallaron a comienzos de julio con aquella crisis de Gobierno que nunca existi¨®". En todo caso, un anticipo de tales cambios se produjo a comienzos de este oto?o, con la sustituci¨®n de Enrique Moya, un hombre muy criticado por el sindicato socialista, al frente del Instituto Nacional de Industria.
Todas las fuentes gubernamentales consultadas insisten en el prop¨®sito aparente de Felipe Gonz¨¢lez de no adelantar excesivamente las elecciones generales -se cita con insistencia la fecha de mayo de 1986, en coincidencia con las auton¨®micas andaluzas y de mantener la convocatoria de un refer¨¦ndum sobre la permanencia de Espa?a en la OTAN. Sin embargo, la opini¨®n generalizada de los partidos de oposici¨®n consiste en pensar que las elecciones ser¨¢n anticipadas a finales de 1985 -haci¨¦ndolas coincidir con las auton¨®micas gallegas- o comienzos de 1986, para imposibilitar la celebraci¨®n de un refer¨¦ndum que, en opini¨®n del l¨ªder de la Minor¨ªa Catalana, Miquel Roca, "ser¨ªa inconstitucional" y, en opini¨®n de Fraga y ?scar Alzaga, "una barbaridad pol¨ªtica". La posibilidad del consenso parlamentario en torno a 10 puntos que sustenten la premisa b¨¢sica de la permanencia de Espa?a en la Alianza Atl¨¢ntica se dificulta, as¨ª, por una divergencia radical de partida.
La inc¨®gnita acerca de este consenso y de lo que, finalmente, ocurra con la promesa electoral de celebrar el refer¨¦ndum, as¨ª como sobre el resultado del mismo, se une a otras muchas que pesan sobre el 1985 del equipo Gonz¨¢lez. "Ahora se trata de ver qu¨¦ ocurre en la realidad con las cosas que hemos puesto ya sobre el papel", defini¨® un ministro. "Se trata de que no ocurra como en ciertos casos de la reconversi¨®n industrial, mucho menos severa, por ejemplo, que la francesa, pero que est¨¢ produciendo un serio desgaste a la imagen del Gobierno cuando apenas ha comenzado a aplicarse", a?adi¨®.
Reformas pendientes
El propio Felipe Gonz¨¢lez ha advertido que la siguiente etapa, que ahora se abre, se caracterizar¨¢ por un menor env¨ªo de proyectos de ley a las Cortes, para centrarse, en cambio, en un correcto desarrollo y aplicaci¨®n de esta legislaci¨®n. En los dos a?os de legislatura, el Consejo de Ministros ha enviado a las C¨¢maras un total de 135 proyectos de ley, de los cuales 84 han aparecido ya en el Bolet¨ªn Oficial del Estado.Sin embargo, y si se except¨²an el campo militar y, con numerosas matizaciones, algunos sectores de la Administraci¨®n p¨²blica, la mayor parte de las reformas para la modernizaci¨®n de la sociedad, contenidas en el programa electoral socialista, est¨¢ a¨²n por entrar plenamente en vigor. En unos casos, como la despenalizaci¨®n del aborto, la LODE o la libertad sindical, por hallarse en suspenso como consecuencia de la interposici¨®n, por la oposici¨®n conservadora, de recursos previos de inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional; en otros, por hallarse en alguna de las diversas fases de la larga tramitaci¨®n parlamentaria por la que debe pasar un texto legal -en este caso se hallan m¨¢s de 40 proyectos de ley-. En otros varios casos, como el laboral, porque a¨²n ha transcurrido escaso tiempo para comprobar fehacientemente los resultados de la entrada en vigor de la legislaci¨®n de que se trate.
El problema auton¨®mico
En las Cortes se encuentran actualmente los proyectos de ley org¨¢nica del Poder Judicial, de Bases de R¨¦gimen Local y Electoral. Tres textos clave para los que el Ejecutivo no ha podido lograr el codiciado consenso con la oposici¨®n. ?ste ha sido, acaso, junto con el fracaso del propuesto di¨¢logo con las comunidades aut¨®nomas, el punto donde m¨¢s estrepitosamente ha fallado la pol¨ªtica dise?ada por Felipe Gonz¨¢lez en el discurso con el que inaugur¨® el primer debate sobre el estado de la naci¨®n, seg¨²n admiten los propios medios de la Moncloa.Pero estos mismos medios a?aden que, si en el caso de las deficiencias en el mantenimiento del "delicado equilibrio" con los Gobiernos aut¨®nomos, podr¨ªa, acaso, hablarse de "errores parciales" (entre los que no admiten que se encuentre la querella contra Pujol en relaci¨®n con Banca Catalana), no ocurre lo mismo con el fallido consenso sobre las leyes org¨¢nicas. "La oposici¨®n no ha sabido, o no ha querido, cumplir su papel, ni mantener el compromiso de Manuel Fraga en el primer debate sobre el estado de la naci¨®n, en el sentido de cooperar en los grandes temas de Estado; por el contrario, parecen esforzarse en crear dificultades gratuitas, como se vio con la reforma de la Administraci¨®n p¨²blica o, m¨¢s recientemente, con la ley Electoral, cuyas l¨ªneas generales estaban pr¨¢cticamente pactadas con Alianza Popular y que, a pesar de todo, fue enmendada en su totalidad por el Grupo Popular".
La mayor¨ªa de los altos cargos de la Administraci¨®n socialista consultados por este peri¨®dico se mostr¨® optimista ante los retos de la segunda mitad de la Legislatura. "Hasta ahora, lo fundamental es que se haya producido una sensaci¨®n de normalidad en la alternancia en el poder", afirma el portavoz gubernamental, Eduardo Sotillos. "Especialmente cuando hay que recordar las prevenciones sobre c¨®mo iban a reaccionar los llamados poderes f¨¢cticos ante la llegada de los socialistas". Hoy, agrega Sotillos, quien, preguntado al respecto, minimiza la crispaci¨®n de algunos sectores sociales ante aspectos concretos de la pol¨ªtica del Gabinete, la normalidad es la t¨®nica dominante en las relaciones del Gobierno con otros poderes.
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