Nueva orden de cierre de las m¨¢s importantes emisoras privadas de televisi¨®n en Italia
Los jueces de Tur¨ªn y del Lazio han ordenado otra vez el cierre de los canales de televisi¨®n privados m¨¢s importantes de Italia, que estaban emitiendo ilegalmente a nivel nacional, y desde ayer todo el imperio televisivo de Silvio Berlusconi -Canal 5, Italia 1 y Red 4- se ha vuelto a quedar a oscuras. La magistratura ha tomado tal decisi¨®n despu¨¦s del voto negativo dado por el Parlamento al decreto ley presentado por el Gobierno a favor de las emisoras privadas de televisi¨®n.
El asunto es grave porque se trata de una gran empresa, con miles de trabajadores y con un volumen de publicidad de miles de millones de pesetas, que se esfuman cada d¨ªa que a dichas emisoras se les impide transmitir.Para resolver de nuevo el problema se reuni¨® ayer el Consejo de Ministros, y el jefe del Gobierno, Bettino Craxi, mantuvo una entrevista con el jefe del Estado, Sandro Pertini. En la ocasi¨®n anterior, hace tres meses, la respuesta del Gobierno a los jueces -que hab¨ªan cerrado la televisi¨®n privada porque las emisoras locales emit¨ªan cada una y simult¨¢neamente el mismo programa (convirti¨¦ndose as¨ª en una red nacional)- fue fulminante, con la promulgaci¨®n en cinco d¨ªas de un decreto que autorizaba a las emisoras a difundir sus espacios. Esta vez podr¨ªa ser todo mucho m¨¢s lento.
L¨®gicamente, el Gobierno no puede volver a proponer el mismo decreto que ha sido ya considerado inconstitucional por el Parlamento. Una nueva sentencia del Tribunal Supremo acaba de confirmar la decisi¨®n de los jueces de Tur¨ªn y de Roma de cerrar las televisiones de Berlusconi hasta que el Parlamento no reglamente completamente toda la legislaci¨®n nueva sobre la funci¨®n de la RAI-TV y la radio-televisi¨®n p¨²blica, que constitucionalmente mantiene a¨²n el monopolio de las transmisiones a nivel nacional.
Se trata en realidad de colmar un vac¨ªo legislativo que se ha mantenido durante casi ocho a?os, con da?os para la RAI-TV y al mismo tiempo con riesgos no peque?os para los empresarios privados que, como Berlusconi, se han jugado el tipo arriesgando miles de millones en inversiones, confiados s¨®lo en la promesa de apoyo de algunos pol¨ªticos influyentes. Hasta que todo ha explotado con la intervenci¨®n inesperada de la magistratura, la cual posee poderes muy grandes en este pa¨ªs, ya que basta un solo juez para dilucidar a nivel nacional sobre cualquier problema.
Ahora la ¨²nica soluci¨®n es que las fuerzas pol¨ªticas, con urgencia, buena voluntad y sin obstruccionismos, decidan llegar lo antes posible a la aprobaci¨®n de una nueva ley que deje todo bien claro.
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