La 'Mariana Pineda' de TVE defrauda en Granada
"Cualquier parecido entre la Mariana Pineda televisiva y la realidad es pura coincidencia", dice la profesora Cristina Vi?es, del departamento de Historia Contempor¨¢nea de la universidad granadina, tras el estreno de la serie Proceso a Mariana Pineda cuyo ¨²ltimo cap¨ªtulo se emitir¨¢ esta noche. Al cabo de cinco semanas puede afirmarse que la opini¨®n de la historiadora se ha generalizado en Granada y que el personaje encarnado por la actriz Pepa Flores ha defraudado a los intelectuales universitarios de la ciudad y a la gente de la calle.
Los espectadores no han podido reconocer en la peque?a pantalla a la m¨ªtica hero¨ªna de la libertad ejecutada en 1831 y protagonista desde entonces de los m¨¢s populares romances y leyendas de esta capital andaluza.Aunque se admiten las dificultades del rodaje de una serie cuyo presupuesto super¨® los 150 millones de pesetas, la decepci¨®n causada por la visi¨®n que en la pel¨ªcula se ofrece de la Granada del siglo XIX dif¨ªcilmente podr¨ªa ser superada. A los numerosos comentarios negativos suscitados por el hecho de que ni un personaje hable con acento granadino se unen, en este sentido, las m¨¢s serias cr¨ªticas dirigidas contra la "tergiversaci¨®n hist¨®rica" que la serie representa.
"Mariana Pineda, para bien o para mal, perteneci¨® a la aristocracia o a la alta burgues¨ªa liberal de Granada, y no fue ese ser agrio y fren¨¦tico que intenta encarnar una mala actriz, de gestos o modales barriobajeros en la acci¨®n", ha manifestado uno de los intelectuales m¨¢s conocedor del personaje, el escritor Manuel Orozco. "Los constitucionalistas granadinos", a?ade Orozco, "estaban en la alta burgues¨ªa y en el Ej¨¦rcito, no en el pueblo, y por eso la actriz que han vestido de Mariana aparece como una caricatura intencionadamente deformada, pues parece dif¨ªcil encontrar alguien que se atempere menos al car¨¢cter de la hero¨ªna, tan lejos de su gesto culto, de su distinci¨®n e incluso de la imagen que de ella nos ha llegado a trav¨¦s de sus retratos".
No es ya s¨®lo la desacertada interpretaci¨®n que de la protagonista hace Pepa Flores, -a quien ¨²nicamente se salva como cantante, en su magn¨ªfica versi¨®n del romance sobre la muerte de Marianita- lo que ha centrado las cr¨ªticas realizadas a la serie, en Granada, sino tambi¨¦n, como ha escrito el periodista Alejandro V¨ªctor Garc¨ªa, "el ligero asomo prosovi¨¦tico en su desenvoltura ante las c¨¢maras, m¨¢s socialrealista que dulce y tan alejado de la Mariana que nos describe su bi¨®grafa Antolina Rodrigo".
Paisajes urbanos trucados, enormes llanuras inexistentes en la provincia granadina, flores completamente desconocidas en estos parajes, como esas inimaginables playas de arenas rubias y finas, y otros desaciertos parecidos han sido igualmente objeto de comentarios desfavorables. El director, Rafael Moreno Alba, no podr¨¢ repetir, al menos en Granada, el ¨¦xito que obtuvo con su buena versi¨®n de Los gozos y las sombras.
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