Feria de muestras

La clausura del 30? Congreso Federal del PSOE adquiri¨® ayer un car¨¢cter entre festivo y de feria de muestras, pese a la tensi¨®n y la expectativa que flotaban en el ambiente, derivadas de la incertidumbre de ¨²ltima hora acerca de la composici¨®n final de la nueva ejecutiva del partido."Mazapanes de Toledo", anunciaba un veterano militante, con el puesto instalado en plenos pasillos del Palacio de Exposiciones y Congresos. Cientos de personas, entre delegados, "invitados fraternales", "observadores no militantes" y dem¨¢s clases de transe¨²ntes se api?aban en el pabell¨®n colocado en una esquina por la Federaci¨®n Socialista Riojana, donde se pod¨ªan adquirir vinos de buena marca "a precios muy especiales", seg¨²n rezaba un cartel, con visos de haber sido apresuradamente confeccionado a mano.

Desde una mesa, una dama de mediana edad ofrec¨ªa los ¨²ltimos d¨¦cimos de una Ioter¨ªa socialista". El cap¨ªtulo de ofertas inclu¨ªa libros de autores socialistas, adem¨¢s, naturalmente, de las tradicionales camisetas, mecheros, bufandas y llaveros con los que los organizadores de los congresos partidarios tratan de enjugar una parte de los gastos.

Aglomeraci¨®n de invitados

Abundancia de altos cargos de la Administraci¨®n, de empresas p¨²blicas, directivos de RTVE, diplom¨¢ticos, familiares de delegados, militantes de base, todos hac¨ªan cola para lograr un asiento en las filas altas del anfiteatro, donde invitados y periodistas pugnaban por encontrar un sitio que les permitiese observar, aunque fuese desde tan lejos, el acto de clausura del 30? congreso, iniciado con dos horas de retraso sobre el horario previsto.

La cafeter¨ªa del Palacio de Exposiciones y Congresos hac¨ªa tiempo que hab¨ªa agotado sus existencias de bocadillos, ante la l¨®gica popular de que, a la vista de la marcha de los acontecimientos, la hora de almorzar iba a coincidir, para cuantos all¨ª estaban, con la hora de merendar.

Las protestas de algunos informadores, que, ante el overbooking de invitados fraternales, ni siquiera consiguieron un asiento en las filas situadas literalmente junto al techo, eran amablemente escuchadas, y a continuaci¨®n olvidadas, por un personal de orden claramente desbordado.

De la misma manera hab¨ªan sido olvidados algunos escritos, enviados al presidente de la Mesa, Antonio Ojeda, para que se permitiera a la Prensa asistir a las sesiones plenarias consideradas por el reglamento como de puerta cerrada.

El propio Antonio Ojeda sufri¨® un patente desencanto cuando docenas de informadores abandonaron simult¨¢neamente una conferencia de Prensa presidida por ¨¦l tras la clausura, a los pocos minutos de que diera comienzo el acto; todo ocurri¨® cuando se anunci¨® que, contra lo esperado, y contra lo que ven¨ªa siendo habitual en otras ocasiones, Felipe Gonz¨¢lez no estar¨ªa en la rueda informativa.