Cinco ni?as compiten por primera vez con sus colegas masculinos para cantar el 'gordo'
M¨®nica, Esther, Carolina, Pen¨¦lope y Adelaida han roto este a?o el monopolio que, desde tiempos inmemoriales, ejerc¨ªan los ni?os del colegio de San Ildefonso como grandes oficiantes de la ceremonia del sorteo de Navidad. El colegio, de propiedad municipal, fue fundado en el siglo XVI y este curso, de acuerdo con las directrices del Ayuntamiento de Madrid, su alumnado es mixto. Las cinco ni?as saben que este a?o toda Espa?a estar¨¢ pendiente de ellas y de sus colegas masculinos. Ayer ni pod¨ªan ni siquiera intentaban disimular su excitaci¨®n en las ¨²ltimas horas que les quedaban de ensayos antes de su aparici¨®n frente a las c¨¢maras de televisi¨®n.Del sorteo, al estrellato. M¨®nica Sonia Rodr¨ªguez, de 12 a?os, 7? de EGB, quiere ser actriz cuando llegue a mayor, al igual que Pen¨¦lope Hurtado, de 13 a?os, 8? de EGB; Esther Mart¨ªn-Maestro, de 14, 8? de EGB, a¨²n no ha decidido si ser¨¢ enfermera o periodista; a Carolina Pellico, de 11 a?os, 6? de EGB, le gustar¨ªa ser azafata. M¨¢s asumido su papel coyuntural de hoy, Adelaida Rivas, de 13 a?os, 8? de EGB, expresa sus buenas intenciones. S¨®lo quiere ser dadora de buena suerte, una especie de hada buena contempor¨¢nea.
Son vivarachas y alegres. Anoche les dejaron acostarse tarde y ellas lo explican: "Para que estemos cansadas y nos durmamos enseguida". Por la ma?ana, se levantan a las 6.30 para tener tiempo de arreglarse y llegar lozanas al Palacio de Loter¨ªas. Todas tienen sus correspondientes motes de colegio, pero se niegan a que se publiquen, y no muestran ning¨²n empacho en confesarse coquetas y en se?alar que su mayor preocupaci¨®n para hoy es levantarse con ojeras.
A las cinco de la tarde de ayer comenzaban las vacaciones navide?as en el colegio de San Ildefonso. Sin embargo, las cinco ni?as tienen a¨²n. un reto que salvar. Junto con otros 25 escolares de sexo masculino, ser¨¢n las encargadas de ir cantando, acompasadamente, los n¨²meros y los premios correspondientes al sorteo de loter¨ªa m¨¢s importante de Espa?a. Durante los tres ¨²ltimos meses, bajo la vigilancia y los consejos del director de la residencia, Graciliano C¨®lliga, han ensayado una y mil veces los movimientos precisos, que son parte integral de la liturgia del sorteo: movimiento de brazos al un¨ªsono de cada uno de los dos ni?os que forman la pareja; mientras el brazo asciende con la bola en la punta de los dedos, para introducirlos por las varillas, la vista retiene el n¨²mero o la cantidad del premio en cuesti¨®n.
El primer ni?o o ni?a cantar¨¢ el n¨²mero y su compa?ero, sin soluci¨®n de continuidad, pronunciar¨¢ una cantidad que, en un 99% de los casos, empezar¨¢ por cien..., lo que quiere decir que acabar¨¢ en veinticinco mil pesetas, y los asistentes al Palacio de Loter¨ªas se relajar¨¢n apenas un segundo para volver a prestar toda su atenci¨®n al n¨²mero siguiente.
Todo se ha ensayado. Los movimientos de los brazos, la cadencia de los cantes, la respiraci¨®n para que no haya atosigamientos. La consigna es no atolondrarse. Si a alguien le sale un gallo o vacila o se equivoca al decir el n¨²mero, no pasa nada. Que pida perd¨®n y lo diga de nuevo, esta vez bien.
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