Modas
Uno de los contrastes m¨¢s llamativos entre Nueva York y mi pueblo es el modo como se viste la gente. En mi pueblo va casi todo el mundo a la moda. En Nueva York, en cambio, podr¨ªa pensarse que ese fen¨®meno ha dejado de existir o se ha convertido en un archipi¨¦lago sin sistema.En el ¨²ltimo programa de Un, dos, tres hizo su exhibici¨®n un equipo espa?ol que hab¨ªa logrado el campeonato nacional de break. El break se baila en Estados Unidos por las esquinas, sobre las aceras, negros y blancos mezclados con unos atuendos que ser¨ªa muy dif¨ªcil atribuir a una grupalidad. En Televisi¨®n Espa?ola, los del equipo nacional de break aparecieron uniformados con un fino ch¨¢ndal azul p¨¢lido.
En mi pueblo, de cara a la Noche Vieja, hab¨ªa lugares para la celebraci¨®n donde la gente conoc¨ªa de antemano con qu¨¦ o con qui¨¦n iba a encontrarse, y correlativamente vest¨ªan de acuerdo con esas marcas. En Nueva York, la discoteca ?rea, que pasa por ser la m¨¢s osada, re¨²ne gentes ataviadas de punk o de macarras, se?oras con trajes de noche y caballeros con taparrabos de tigre, parejas con camisa de cuello abierto y jersei de pico y tipos con falda escocesa, ejecutivos con traje y corbata hasta la nuez junto a fulanos con camiseta sport y meyba. Ser¨ªa imposible discernir en ese punto de la vanguardia a qui¨¦n corresponde la vanguardia. La extrema informalidad est¨¢ doblada por la formalidad, y la vulgar convenci¨®n de hace poco puede pasar a ser, por su conversi¨®n en residuo, la nota m¨¢s original de la velada. ?A qui¨¦n pertenece la moda, la se?al distintiva, el ¨²ltimo grito?
La moda va inseparablemente asociada a la inauguraci¨®n temporal, y de ah¨ª su vigor y su vida. Si la moda concebida de esta manera se acabara, ser¨ªa imposible contener la sensaci¨®n de que se ha terminado el tiempo. Pero el tiempo, si no todo, s¨ª al menos el tiempo lineal, ha empezado a representarse como concluido. El tiempo c¨ªclico, la simultaneidad en un espacio sin fronteras, la sincron¨ªa de la tolerancia, eso es moderno y eso es el fin de la ideolog¨ªa de la moda. O bien ¨¦ste es el punto de una moda convertida fatalmente en antimoda.
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