1.440 millones para los 350 vecinos de Canales
La localidad monta?esa de Canales, situada a unos 40 kil¨®metros de Le¨®n, se ha llevado 1.440 millones de pesetas en premios en la Loter¨ªa del Ni?o. Se trata de un pueblo de reducidas dimensiones, de 350 vecinos, con una econom¨ªa fundamentalmente ganadera y con minas en sus inmediaciones. Manuel Robla, propietario de la cafeter¨ªa El Descanso, compr¨® nueve series del 87.449 en la administraci¨®n n¨²mero 8 de Le¨®n, y ha sido el interrriediario que ha repartido la suerte a la mayor¨ªa de las familias del pueblo.
Salpicaduras muy importantes han ca¨ªdo tambi¨¦n en La Magdalena, un barrio situado al otro extremo del r¨ªo.
Un bar con suerte
La cafeter¨ªa El Descanso o bar Canales -cada uno lo llama de una manera- permanece abierta en medio de un jolgorio atronador. Aqu¨ª nadie oculta su suerte, y los afortunados se funden en abrazos en medio de gritos de alborozo, mientras las existencias de champa?a corren el riesgo de agotarse pronto, a juzgar por la frecuencia con que se oyen los taponazos que anuncian la apertura de una nueva botella.Realmente, ¨¦ste es un bar con mucha suerte. Manuel Robla, su actual propietario, que sin duda se habr¨¢ quedado un buen pellizco, ha cogido el traspaso hace poco tiempo.
El anterior due?o dej¨® el negocio despu¨¦s de que el pasado 13 de agosto le correspondiera el primer premio de la Loter¨ªa Nacional, en un n¨²mero tambi¨¦n terminado en 9 y que tambi¨¦n compr¨® en la misma administraci¨®n n¨²mero 8 de Le¨®n.
48 millones al panadero
El premio repartido en el pueblo en aquella ocasi¨®n fue de 160 millones, suficiente para motivar el traspaso del bar de la suerte. El actual propietario adquiri¨®, con el negocio, la tradici¨®n de abonarse al 9 en la administraci¨®n citada. Una tradici¨®n que le ha hecho repetir fortuna, mucho m¨¢s generosa esta vez.El bar es un enjambre. Los vec¨ªnos agraciados r¨ªen, cantan, inv¨ªtan a todo el mundo. Uno de los que han obtenido un premio m¨¢s importante, 48 millones, es Esteban D¨ªez, due?o de una panader¨ªa. Est¨¢ alegre, pero sereno: "Seguir¨¦ haciendo buen pan para mis vecinos", dice. Ricardo P¨¦rez, peluquero, tiene un d¨¦cimo; In¨¦s Garc¨ªa, otro, que ha repartido en varias participaciones. Domingo Guti¨¦rrez, alba?il, piensa con sus 16 millones terminar de pagar las letras pendientes de un coche y disfrutar del resto.
Una chica, Irene, de 16 a?os, entra en el bar gritando sobre el vocer¨ªo que a su padre le ha correspondido un mill¨®n por cada uno de sus abriles. Industrial Angel¨ªn tiene 16 millones: no caben en s¨ª de gozo. El m¨¦dico, el practicante, gente que trabaja en las minas pr¨®ximas.
Un hombre de mediana edad, que no confiesa su nombre, comenta que sus 16 kilos le han venido al pelo: se dedica al transporte con un cami¨®n y lleva una temporada con el negocio muy bajo.
La lista ser¨ªa interminable. Tambi¨¦n el alcalde de la localidad ha recibido ocho millones: comparte la alegr¨ªa con sus vecinos y brinda por los Reyes Magos, que han pasado generosos por su pueblo.
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