Shultz y Gromiko discutir¨¢n por primera vez sobre todas las armas at¨®micas
Los ministros de Asuntos Exteriores de Estados Unidos, George Shultz, y de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, Andrei Gromiko, tienen prevista hoy su llegada a Ginebra para iniciar ma?ana la m¨¢s importante ronda de negociaciones sobre armamento nuclear desde hace m¨¢s de cinco a?os. Shultz y Gromiko tendr¨¢n sobre la mesa por primera vez en toda la historia el conjunto de temas relativos a armamento at¨®mico: misiles estrat¨¦gicos o de largo alcance, misiles de radio intermedio, investigaci¨®n sobre sistemas antibal¨ªsticos o de defensa y la militarizaci¨®n del espacio.
La entrevista entre los m¨¢ximos responsables de la diplomacia de las dos superpotencias pone fin a m¨¢s de un a?o de incomunicaci¨®n y de ataques verbales mutuos. Los dos pa¨ªses han preparado el encuentro cuidadosamente, con numerosas declaraciones previas para evitar malentendidos de partida. Shultz se ha entrevistado varias veces con el presidente Ronald Reagan, y Grorniko ha recibido las "instrucciones adecuadas" del Politbur¨® sovi¨¦tico.Tanto Washington como Mosc¨² se han esforzado, sin embargo, en los ¨²ltimos d¨ªas en rebajar las expectativas que rodean la entrevista. Fuentes norteamericanas insisten en que el camino "ser¨¢ largo y complejo", mientras que portavoces del Kremlim aseguran que necesitan "pruebas" de la buena fe negociadora de Reagan.
Pese a todo, el hecho de que la Alianza Atl¨¢ntica haya renunciado a sacar provecho del incidente del misil sovi¨¦tico que sobrevol¨® Noruega (pa¨ªs miembro de la OTAN) y Finlandia y la rapidez con que Mosc¨² ha pedido disculpas parecen indicar que las dos superpotencias quieren llegar a Ginebra en un clima distendido.
El deseo de no alentar demasiadas esperanzas y de no atraer sobre s¨ª la culpabilidad en caso de fracaso no ha hecho mella en los medios de comunicaci¨®n internacionales, que conceden la m¨¢xima importancia al encuentro. Casi 600 periodistas de todo el mundo han solicitado acreditaciones. La cadena norteamericana de televisi¨®n NBC ha desplazado ocho equipos de c¨¢maras y ha alquilado dos plantas completas de un hotel para instalar sus estudios. Su competidora, la ABC, pretende retransmitir en directo desde la ciudad suiza todos sus servicios informativos. El Departamento de Estado norteamericano ha ayudado a instalar en el mismo hotel en el que se alojar¨¢ Shultz un moderno centro de prensa.
Las autoridades suizas, por su parte, han puesto a punto una sofisticada red de seguridad. Las entrevistas -tres o cuatro, repartidas entre lunes y martes- tendr¨¢n lugar alternativamente en las misiones de la URSS y de Estados Unidos ante los ¨®rganos de la ONU radicados en Ginebra, dos edificios que est¨¢n separados por unos pocos centenares de metros. El Ayuntamiento de Ginebra ha aceptado poner en marcha el surtidor del lago Leman, que no deber¨ªa inaugurarse hasta marzo, para permitir que las cadenas de televisi¨®n reproduzcan la t¨ªpica postal de la ciudad.
Todo est¨¢, pues, preparado y dispuesto para el gran acontecimiento diplom¨¢tico. Sin embargo, no faltan las preocupaciones. La primera, de orden puramente t¨¦cnico. Suiza sufre estos d¨ªas una fuerte ola de fr¨ªo, con temperaturas de entre - 7? y - 11? en Ginebra, por lo que algunos vuelos han tenido que ser desviados. Shultz tiene prevista su llegada a las nueve de la ma?ana y desde ayer, cientos de kilos suplementarios de sal esperan en las proximidades del aeropuerto para cubrir la pista e impedir que se congele.
Los temores principales son, sin embargo, pol¨ªticos. Toda Europa espera y desea fervientemente un encuentro fruct¨ªfero. Por supuesto, Shultz y Gromiko no entrar¨¢n a discutir destalles. La entrevista se considerar¨¢ un ¨¦xito si son capaces de ponerse de acuerdo en el contenido y en la agenda de negociaciones, es decir, sobre qu¨¦ temas se va a discutir y en cuantos grupos distintos. El problema no es en absoluto trivial. Mosc¨² ha insinuado que no ser¨¢ posible negociar si Washington no se compromete a paralizar la Iniciativa de Defensa Estrat¨¦gica (SDI), es decir, la investigaci¨®n t¨¦cnica sobre c¨®mo destruir los misiles enemigos antes de que lleguen a sus objetivos. El presidente Reagan ha dejado bien claro, por su parte, ya antes de acudir a Ginebra, que la investigaci¨®n continuar¨¢ y que no ser¨¢ posible llegar en el futuro a acuerdos sobre la guerra de las galaxias (nombre popular de la SDI) si los sovi¨¦ticos no acceden al mismo tiempo a reducir sus arsenales ofensivos.
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