Las carmelitas descalzas, molestas con el vaticano
La Curia romana pretende imponer unas nuevas constituciones, frente al criterio del 80% de los conventos
La contrarreforma promovida por la Curia vaticana va m¨¢s all¨¢ de la oposici¨®n a la teolog¨ªa de la liberaci¨®n. En esa misma orientaci¨®n, que trata de contrarrestar los efectos aperturistas del Vaticano II, se dirige ahora una circular enviada a todos los conventos de carmelitas descalzas para que retornen a la clausura m¨¢s estricta y se sometan a las directrices de Roma. Este movimiento se contrapone al esp¨ªritu de la fundadora, Teresa de Jes¨²s, y cuenta con el impulso de la priora del monasterio madrile?o de Aldehuela.
"El tercer mundo de la Iglesia son las mujeres, las monjas y las carmelitas descalzas; nosotras estamos en el ¨²ltimo eslab¨®n". As¨ª se expresa la priora de un carmelo espa?ol al comentar la carta del cardenal Casaroli de fecha 15 de octubre, que ahora est¨¢ llegando a todos los monasterios teresianos. En ella se anuncia que el Papa propone unas nuevas Constituciones que van a ser impuestas a las 13.000 monjas carmelitas de todo el mundo. Se sabe ya que el 80% de los monasterios que conocen el proyecto de ley no ve reflejado en ¨¦l el esp¨ªritu de su fundadora. El mismo cardenal secretario califica la situaci¨®n en dicha carta de "grave y dif¨ªcil", y pide ayuda al general de los varones descalzos para que sea aceptada esta nueva norma, que restringe en muchos detalles la modesta apertura lograda a ra¨ªz del concilio.La sierva de Dios madre Maravillas de Jes¨²s, que fue priora del Carmelo de Aldehuela (Madrid), tiene mucho que ver con esta resistencia a las innovaciones conciliares. La actual priora del mismo convento, Dolores de Jes¨²s (Gandarias), y otras carmelitas del Cerro de los ?ngeles emparentadas con la familia Oriol promueven ahora este movimiento de contrarreforma.
El decreto conciliar "sobre la renovaci¨®n de la vida religiosa" mandaba revisar las Constituciones, libros de costumbres, de preces y ceremonias de todas las congregaciones religiosas. Pero advert¨ªa: "Una renovaci¨®n eficaz y una recta acomodaci¨®n s¨®lo pueden obtenerse por la cooperaci¨®n de todos los miembros del instituto". El caso de la orden carmelitana ofrec¨ªa especiales dificultades. Goza cada uno de especial autonom¨ªa. S¨®lo el padre general de los carmelitas descalzos hace de portavoz ante el Papa y puede coordinar el parecer de todos los monasterios.
Pablo VI orden¨® que, "para la revisi¨®n de las Constituciones de todas las monjas en la Iglesia, cada monasterio, de modo capitular, e incluso las monjas, individualmente, expresaran sus ideas...". Durante el per¨ªodo de 1965 a 1977, los diversos generales de los descalzos organizaron consultas y encuestas entre todos los carmelos femeninos. La madre Maravillas, priora entonces de Aldehuela, redact¨®, con el consejo de alg¨²n canonista conservador y el visto bueno del entonces arzobispo de Madrid Casimiro Morcillo, un documento de tinte conservador que titul¨® Constituciones de las monjas carmelitas descalzas y que fue presentado en Roma en 1973. Consigui¨®, adem¨¢s, que se sumaran a su petici¨®n 18 monasterios y form¨® la Asociaci¨®n de Santa Teresa, que en la jerga actual de las monjas descontentas es conocida por las maravillosas. El criterio de "prudencia en la aceptaci¨®n del concilio" que presid¨ªa dicho movimiento fue ganando adeptos dentro y fuera de Espa?a. Dentro de nuestras fronteras son ya 65; 5 en Argentina, 2 en B¨¦lgica, 5 en Brasil, 7 en Francia, 1 en Grecia, 5 en la India, 1 en Inglaterra, 13 en Italia, 1 en L¨ªbano, 5 en Polonia y 1 en Portugal, Senegal y Suiza. En conjunto agrupan a un 20% de los monasterios. Pero el resto de los carmelos que ahora discrepan del Vaticano suman 650 y agrupan a m¨¢s de 10.000 monjas descontentas con el procedimiento seguido.
Dobles llaves, dobles rejas
A la vista de la oposici¨®n suscitada, ya Pablo VI, un a?o antes de su muerte, aprob¨® unas Declaraciones, como experiencia para cinco a?os, que fueron bastante bien acogidas por la mayor¨ªa. En 1982, terminado el plazo del experimento, las maravillosas han vuelto a la carga. La priora Gandarias, de Aldehuela, con fecha de 6 de marzo de 1982, se dirige a todos los conventos de su asociaci¨®n en los siguientes t¨¦rminos: "Que cuando llegue lo que ¨¦l nos env¨ªa (la consulta del padre general Sainz de Baranda), no hace falta que se analicen las Declaraciones, sino decir clara y brevemente el motivo por qu¨¦ no las queremos, diciendo, en cambio, que queremos las Constituciones de nuestra santa madre Teresa de Jes¨²s, adaptadas (por ella) al Concilio Vaticano II". Da libertad para que redacten la carta a su modo, con tal de que incluyan el p¨¢rrafo entrecomillado, y a?ade: "Es indispensable que hagamos todas lo mismo y as¨ª se vea la uni¨®n tan verdadera que tenemos; esto, se nos dice de Roma, es muy importante".Habr¨ªa que tener presente el modo como procedi¨® la misma fundadora. Teresa de Jes¨²s redact¨® de su propia mano la regla en 1562-1567. Para la revisi¨®n que realiz¨® el Cap¨ªtulo de Alcal¨¢ en 1581, la santa mand¨® que se consultara a todas las monjas. Hoy, la Iglesia desea que las Constituciones sean sobrias, que tengan car¨¢cter universal y puedan ser adaptables a las diversas culturas. Considera que adem¨¢s de ser claras y breves deber¨ªan destacar la dimensi¨®n de la oraci¨®n sobre la misma clausura. Para doctrina basta El camino y Las moradas. Valgan algunos ejemplos de las minucias que ahora se vuelven a introducir y que constituyen los puntos de discordia. Afectan fundamentalmente al reforzamiento del aislamiento y la clausura. Propone que se vuelva a la doble llave, las rejas y celos¨ªas; que se vuelva a la discriminaci¨®n entre hermanas coristas y no coristas; que se exija el uso del velo cubriendo la cara en el locutorio y para acompa?ar a las personas que entren en clausura; que se exija la presencia de la tercera hermana (escucha) en las visitas. "Que las monjas que acompa?en al confesor, le gu¨ªen por camino derecho, y en ning¨²n caso se detengan con ¨¦l. En vestido ni en cama jam¨¢s haya cosa de color, aunque sea cosa tan poca como franja. A la priora y subpriora llamen madre reverencia, y a las dem¨¢s hermanas caridad. Que se mantengan las reverencias, inclinaciones, postraciones de cap¨ªtulo y no se expongan a las miradas de extra?os". Las monjas no podr¨¢n salir de clausura ni para visitar a sus padres enfermos o moribundos. Se proh¨ªbe terminantemente las asambleas o reuniones de cualquier g¨¦nero fuera del convento. Se renuevan las sanciones, actos de humillaci¨®n que Santa Teresa de Jes¨²s s¨®lo admit¨ªa como devoci¨®n e iniciativa libre de las monjas.
Diversos escritos de las discrepantes piden y suplican a la Santa Sede que sea el Evangelio, contrario a las clases sociales dentro del monasterio y a las exageraciones de clausura, la norma suprema. Que se les siga permitiendo participar en la vida y prop¨®sitos de la Iglesia en materia b¨ªblica, lit¨²rgica y dogm¨¢tica y en el conocimiento e informaci¨®n de las necesidades de la Iglesia. Que las nuevas Constituciones se redacten en consonancia con las condiciones f¨ªsicas y ps¨ªquicas actuales, con las exigencias de la cultura y con las circunstancias sociales y econ¨®micas.
Aislar a los carmelos
La carta del cardenal Casaroli parece excluir ya cualquier discrepancia del texto redactado por la Santa Sede, aprobado ya por el Papa y que va a ser impuesto. Da la raz¨®n a las que consideran a las Constituciones de 1981 m¨¢s genuinas que el manuscrito de la santa elaborado en 1567, y ofrece esta ¨²ltima posibilidad: "Aquellas religiosas -hay que pensar y esperar que sean pocas- que tras un per¨ªodo prudencial de espera no logren reconocerse en este proyecto, ofrec¨¦rseles eventualmente otras formas de vida consagrada". Es decir, la escisi¨®n o expulsi¨®n de la familia teresiana.No hace muchos meses, en un espacio televisivo de Mercedes Mil¨¢ apareci¨® la madre Cristina Kaufmann, priora de Matar¨®, que conmovi¨® a la audiencia por su esp¨ªritualidad, realismo y sentido de la oraci¨®n. Una carmelita que ha luchado por el aggiomamento conciliar de su convento de Matar¨®. Llovieron las cartas a Televisi¨®n Espa?ola para que se repitiera esa entrevista. La cultura, la teolog¨ªa y relaci¨®n con el mundo moderno parecen de nuevo cerrarse a los carmelos en aras de la unidad o uniformidad que ahora trata de imponer la Secretar¨ªa de Estado.
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