La beligerancia de la derecha salvadorena impide que se reanude el di¨¢logo entre Duarte y la guerrilla
El di¨¢logo entre el Gobierno y la guerrilla de El Salvador corre peligro de aplazarse indefinidamente por la impotencia del presidente, Jos¨¦ Napole¨®n Duarte, para afrontar la beligerancia de la derecha en sus tres expresiones: militar, pol¨ªtica y econ¨®mica. La oposici¨®n le hizo llegar, el 11 de enero, a trav¨¦s de la Iglesia, su propuesta de fecha y lugar para la tercera ronda de conversaciones, sin que haya recibido respuesta. El silencio gubernamental parece indicar que no habr¨¢ nuevos encuentros hasta despu¨¦s de las elecciones generales, que por decisi¨®n de la Asamblea se han retrasado del 17 al 31 de marzo.
El sistema pol¨ªtico salvadore?o pasa por una aguda crisis interna. Un veto del presidente a cinco art¨ªculos de la ley electoral le ha enfrentado frontalmente con un Parlamento en el que su partido est¨¢ en minor¨ªa. La campa?a se ha iniciado de hecho sin que se sepa cu¨¢l va a ser la regulaci¨®n de los comicios.Se suma a esto la oposici¨®n de la derecha a cualquier nuevo contacto con la guerrilla. Se est¨¢n utilizando incluso las bater¨ªas militares con este fin. El coronel Juan Bustillo, jefe de la Fuerza A¨¦rea y titular interino del Estado Mayor, censur¨® en diciembre sin paliativos estos encuentros, que por otra parte obedecen a una iniciativa presidencial anunciada a bombo y platillo en la sede de las Naciones Unidas.
El propio Duarte ha denunciado en conferencia de prensa que sus adversarios pol¨ªticos est¨¢n distribuyendo "documentos fascistas" entre los militares, con la esperanza de incitar a un golpe de Estado. "Tengo en mi poder", a?adi¨®, "dos documentos escritos, de car¨¢cter fascista, que tienen la intenci¨®n de crear una actitud antidemocr¨¢tica. Durante esta semana han llegado a o¨ªdos de los militares una serie de rumores sobre la desestabilizaci¨®n de mi Gobierno".
Ante esta acumulaci¨®n de adversidades, Duarte no reacciona poniendo orden en los cuarteles como comandante general de las Fuerzas Armadas, cargo que reivindica con frecuencia ante los periodistas, sino dando coces a la izquierda. Para continuar un di¨¢logo que ¨¦l mismo plante¨® sin condiciones previas, exige ahora de la guerrilla "alguna se?al de buena fe", como es el cese del sabotaje econ¨®mico a fin de humanizar la guerra. Admite que en otro caso no podr¨¢n reanudarse las conversaciones iniciadas el 15 de octubre en La Palma, "porque a m¨ª no me gusta jugar con las esperanzas del pueblo".
A juicio del presidente del Frente Democr¨¢tico Revolucionario (FDR), Guillermo Ungo, a Duarte le est¨¢ sucediendo lo mismo que le ocurri¨® en el 81, que "siempre termina domesticado por la derecha. El a?o pasado dijo que el voto le iba a dar el poder. Ya hemos visto que no ha sido as¨ª. Ahora dice que necesita la mayor¨ªa en la asamblea y teme que el di¨¢logo le reste votos por la derecha, pero sabemos que aunque consiga esa dif¨ªcil mayor¨ªa no le va a resolver el problema del poder real".
No habr¨¢ nueva reuni¨®n
En una conversaci¨®n telef¨®nica sostenida con este corresponsal desde Panam¨¢, el l¨ªder opositor declar¨® que tal como est¨¢n las cosas "no parece posible" una nueva reuni¨®n con el Gobierno antes de las elecciones. "Duarte est¨¢ pidiendo gestos a la guerrilla, igual que hizo despu¨¦s de la reuni¨®n de Ayagualo, cuando nos acus¨® de rechazar una tregua de Navidad. Luego qued¨® en evidencia, porque nosotros dimos la tregua y el Ej¨¦rcito mostr¨® una actitud ambivalente".El principal problema del presidente, opina Ungo, es que ante su impotencia para controlar a la .derecha termina por asumir sus esquemas y su lenguaje. "En noviembre no pudo impedir. que Roberto D'Aubuisson, un militar dado de baja, visitase varios cuarteles. Ahora tiene al coronel Bustillo, un enemigo del di¨¢logo, como jefe provisional del Estado Mayor. Ese equilibrio inestable, que por otra parte Washington no parece interesado en resolver, le lleva a inclinarse hacia la derecha".
Ungo entiende que ha habido un cambio sustancial en la actitud del presidente salvadore?o despu¨¦s de su primer encuentro con la izquierda. "La reuni¨®n de La Palma suscit¨® falsas expectativas de que pudieran realizarse progresos parciales. La reacci¨®n de la derecha antes de la entrevista de Ayagualo le puso a la defensiva y ahora, cada vez que se refiere a nuestro proyecto de paz, menciona s¨®lo las propuestas de la tercera fase, sin abordar los aspectos iniciales de la negociaci¨®n que nosotros presentamos y que deben tratarse en primer lugar". La izquierda propuso en Ayagualo que la tercera reuni¨®n se celebrase el 27 de diciembre. La agenda personal del mediador, arzobispo Arturo Rivera, oblig¨® a un aplazamiento. Las conversaciones terminaron sin acuerdo en este tema.
La Iglesia se ha referido posteriormente a la conveniencia de que el di¨¢logo se restableciese a finales de enero, pero el Gobierno ha dado hasta ahora la callada por respuesta.
Duarte acusa a la guerrilla de utilizar estas conversaciones con fines t¨¢cticos, al tiempo que exige condiciones no previstas. H¨¦ctor Oquel¨ª, uno de los representantes de la izquierda en Ayagualo, declara, por su parte, que el presidente les exige de hecho una rendici¨®n, "olvid¨¢ndose de que existe una guerra entre dos fuerzas reales". Todo parece indicar que la tercera ronda de negociaciones puede posponerse, no ya hasta despu¨¦s de los com¨ªcios sino hasta las calendas griegas.
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