Los del 27
La generaci¨®n del 27 fue un grupo de gente atildada, profesoral y herbolaria que nunca descompuso la figura ni sac¨® los pies del plato. Entre aquellos poetas hubo los homosexuales de costumbre, seg¨²n el cupo asignado, pero nadie brill¨® en el alcoholismo militante, en los alardes de urinario o en otras virtudes de la miseria humana. No dieron un solo esc¨¢ndalo. Llevaban muy limpio el cuello de la camisa y sab¨ªan besar la mano de las se?oras sin hincarles el diente. Muchos eran catedr¨¢ticos, algunos iban de se?oritos por casa, el resto viv¨ªa al margen de la bohemia merodeando la exquisitez de la Instituci¨®n Libre de Ense?anza y todos ol¨ªan un poco a espliego de Cercedilla o de Miraflores. Uno de ellos, el m¨¢s feliz e inocente, alcanz¨® el martirio durante la guerra civil, a cargo del bando vencedor. Lorca fue un poeta pasado por las armas y el estigma de aquel crimen tan terrible, que a¨²n no ha cesado de percutir sobre la conciencia de este pa¨ªs, impuls¨® hacia la gloria tambi¨¦n a sus camaradas. La mayor¨ªa de aquellos delicados amigos se vio aventada al exilio, all¨ª se puso la pajarita y comenz¨® a impartir clases de literatura en Oxford, Nueva York o Buenos Aires. Todo redondo.La generaci¨®n del 2 7 se compone de un grupo de gente fina, inteligente e incluso adorable, pero francamente uno est¨¢ ya hasta las narices de ella. El colonialismo que ejerce en nuestra cultura resulta insoportable. Hoy no se puede abrir un peri¨®dico, ir al teatro, enchufar la radio, asistir a un coloquio o prender el televisor sin que un progresista revenido te agreda con un fragmento de Garc¨ªa Lorca, con una an¨¦cdota de Bu?uel, con una estupidez de Dal¨ª, con un poema de Guill¨¦n, con un suspiro de Cernuda o con el recuerdo de la tertulia en la biblioteca de Aleixandre. Se trata de una receta que comienza a. ser macabra. Parece que toda Espa?a estudia COU y las monjitas anti-LODE se han puesto de acuerdo con los cr¨ªticos estructuralistas para mandar a sus chicas a la papeler¨ªa de la esquina. Abrazadas al cartapacio escolar, ellas all¨ª preguntan al tendero: "?Tiene algo de Lorca?". Y el papelero contesta: "Ayer Luis del Olmo habl¨® muy bien de ¨¦l". No es por nada, pero al final conseguir¨¢n que todo el mundo acabe odiando a la generaci¨®n del 27.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
