La oposici¨®n pierde una moci¨®n contra Margaret Thatcher
Como era de esperar, ante la abultada mayor¨ªa conservadora en la C¨¢mara de los Comunes, la oposici¨®n laborista ha perdido la primera moci¨®n de censura presentada contra el Gobierno de Margaret Thatcher desde que Neil Kinnock asumi¨® el liderazgo del laborismo brit¨¢nico.Aunque a la hora de redactar esta cr¨®nica la votaci¨®n no se hab¨ªa celebrado todav¨ªa -las votaciones en los Comunes se celebran s¨®lo cuando todos los puntos del orden del d¨ªa se han debatido-, la predicci¨®n era que el Gobierno derrotar¨ªa la moci¨®n de censura por m¨¢s de 130 votos.
Neil Kinnock estuvo combativo durante toda su intervenci¨®n, pero su lucha recordaba a la de don Quijote contra las aspas de los molinos. Sus agudas frases de ataque al Gobierno eran ahogadas una y otra vez por los gritos de los diputados del Gobierno, a los que el l¨ªder de la oposici¨®n acus¨® de "manojo de reventadores". El speaker (presidente) de la C¨¢mara, Bernard Weatherhill, tuvo que llamar varias veces al orden a los ruidosos diputados conservadores, que, con su actuaci¨®n, convirtieron la sesi¨®n en una de las m¨¢s tormentosas de los ¨²ltimos meses.
Como manifest¨® un veterano cronista parlamentario, lo que pod¨ªa haber sido un debate interesante acab¨® convirti¨¦ndose en "una desilusi¨®n ruidosa". Kinnock, cuyo acento gal¨¦s se hace m¨¢s perceptible a medida que crece su irritaci¨®n, manifest¨® que el Gobierno, "por la mala administraci¨®n de la econom¨ªa", hab¨ªa convertido a una gran naci¨®n industrial en el saco de boxeo donde golpeaban todos los especuladores de moneda del mundo".
Este Gobierno, a?adi¨®, se propuso hacer historia, y lo ha conseguido. Tiene, dijo, un d¨¦ficit hist¨®rico en sus intercambios industriales, tiene un d¨¦ficit hist¨®rico de desempleo, tiene un d¨¦ficit hist¨®rico de conflictos, amargura y divisi¨®n en este pa¨ªs.
Kinnock se refiri¨® a las cr¨ªticas que la pol¨ªtica, econ¨®mica del Gobierno hab¨ªa merecido hace s¨®lo unas semanas al ex primer ministro conservador Harold McMillan, y volvi¨® a pedir la dimisi¨®n del canciller del Exchequer (ministro de Hacienda), Nigel Lawson, de quien dijo que "no estaba capacitado para el cargo".
Asimismo, el l¨ªder de la oposici¨®n aprovech¨® la publicaci¨®n ayer de las nuevas cifras sobre desempleo, que muestran un incremento en el n¨²mero de parados de 140.000 sobre los de diciembre, para acular a Margaret Thatcher de "no importarle un pimiento la situaci¨®n de los que no tienen trabajo". El n¨²mero de parados ha alcanzado la cifra r¨¦cord de 3.340.958, lo que significa un 13,9% sobre la poblaci¨®n activa.
Margaret Thatcher demostr¨® en su turno de r¨¦plica que una vez m¨¢s sigue siendo el mejor hombre del partido conservador. Utilizando la vieja m¨¢xima de que la mejor defensa es el ataque, la primera ministra, cuya voz aguda es capaz de dominar cualquier disturbio en la C¨¢mara, replic¨® a Kinnock que "a los especuladores de moneda es muy dif¨ªcil pararlos s¨®lo con palabras" y que las cr¨ªticas laboristas se produc¨ªan simplemente porque la oposici¨®n carec¨ªa de una pol¨ªtica alternativa.
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