La 'generaci¨®n del 27'
Por ser la primera carta que env¨ªo, apenas tengo esperanzas de que salga a la luz p¨²blica, pero por esta vez no he podido dejar de intentarlo, dada la excitante naturaleza que para m¨ª tiene el tema. El d¨ªa 29 de enero, don Manuel Vicent arremete contra el 27. Dos muertos: uno, la propia generaci¨®n, ya fenecida tiempo ha como tal, y otro muerto, seguramente el columnista. Y digo seguramente porque los sancta sanct¨®rum, los de sill¨®n con letra (o sin ella) no permitir¨¢n tama?a osad¨ªa: "?El 27, por favor!", "?Lorca, por favor!", "De lo que m¨¢s se conoce de nuestra literatura" (v¨¦anse reportajes coet¨¢neos sobre la cultura espa?ola en el mundo y los imb¨¦ciles programas para cursos de extranjeros).Con esta carta, lo ¨²nico que vengo a decir, con peor estilo, evidentemente, que mi amigo Vicent, es que ya era hora que alguien desmelenase el totem del 27; que muy bien, que son muy buenos, pero viejos. Que le pregunten a los grupos de teatro andaluces si no han hecho algo de Lorca ("con Lorca", mejor dicho; a excepci¨®n del grupo Tiempo y su antiguo montaje de la Bernarda). Algunos dir¨¢n que siempre es tiempo de esperar algo nuevo de Lorca (como los ingleses lo esperan de Shakespeare), pero es que, aparte de que se vender¨ªa m¨¢s, ese algo nuevo impide que se hagan otros tanto o m¨¢s necesarios que el de Lorca. Y para colmo, en Granada, donde todav¨ªa crea revuelo una interpretaci¨®n prosovi¨¦tica de otro mito local. Y es que el 27 es una losa que pesa sobre la sepultura de la poes¨ªa espa?ola del XX. Inconscientemente pensamos: "Tras el 27, nada mejor hemos hecho". Puede que sea verdad, pero si, adem¨¢s, nos lo creemos, no hacemos m¨¢s que ayudar a cavar una fosa m¨¢s profunda a¨²n. Pero lo que m¨¢s lamento de todo esto es que haya sido Vicent el que haya roto la lanza por la modernidad, que se llama, porque igual la pagan con ¨¦l.
Manuel, amado Manuel, el 27 es como el S¨¦ptimo de Caballer¨ªa: arrasa en grupo y desde antiguo. No hay indio que lo pare. Pienso as¨ª desde hace tiempo, por eso los progres nunca me han dejado ser de los suyos y siempre me ha tocado hacer de indio.-
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.