La oposici¨®n chilena, dividida e impotente
"La pol¨ªtica de represi¨®n del Gobierno de Pinochet ha mostrado la debilidad de los partidos pol¨ªticos, que renacen despu¨¦s de 10 a?os con las mismas trabas y el mismo sectarismo que originaron la ca¨ªda de la legalidad democr¨¢tica". "Pinochet no estuvo a punto de caer ni en 1983 ni en 1984, porque en ning¨²n momento las fuerzas armadas, que sen las ¨²nicas que pueden derribarlo, estuvieron dispuestas a hacerlo". Estas dos afirmaciones del dirigente sindical democristiano Jos¨¦ Ruiz di Giorgio, presidente de la Confederaci¨®n de Trabajadores del Petr¨®leo y miembro de la direcci¨®n del Comando Nacional de Trabajadores (CNT), explican en gran parte el fracaso de la oposici¨®n chilena, que ostenta el r¨¦cord de haber conseguido un estado de sitio como resultado de su di¨¢logo con la dictadura.
Debilitada por la represi¨®n de que ha sido objeto, pero tambi¨¦n por sus permanentes luchas intestinas y su tradicional tendencia a la demagogia y a los sue?os revolucionarios, la oposici¨®n se ha dedicado en los dos ¨²ltimos a?os, mientras cientos de miles de chilenos ped¨ªan en la calle el fin de la dictadura, a discutir sobre las caracter¨ªsticas de un eventual Gobierno de transici¨®n, convencida de que Pinochet ten¨ªa los d¨ªas contados.La derecha no ha terminado de deshojar la margarita del s¨ª o no a Pinochet; el centro cristiano-socialdem¨®crata echa los restos en el debate sobre si hay que dialogar con la dictadura o si hay que excluir a los comunistas; la izquierda, con olor a exilio todav¨ªa, no ha resuelto la disyuntiva de lucha armada o movilizaci¨®n popular.
En este momento existe media docena de grupos que se disputan el espacio ultraconservador del hist¨®rico Partido Nacional; los radicales se han dividido en cuatro fuerzas pol¨ªticas; los socialistas han llegado a superar la docena de minipartidos y hoy sufren una divisi¨®n profunda entre los socialdem¨®cratas de Ricardo Lagos y de la Izquierda Socialista de Clodomiro Almeyda; los comunistas libran batallas muy fuertes en su direcci¨®n por el tipo de t¨¢ctica a emplear. S¨®lo la democracia cristiana se ha librado de la quema y permanece hoy como un partido con cierta implantaci¨®n y organizaci¨®n interna.
La fuerza democristiana"
El partido est¨¢ vivo, actuante, tenemos m¨¢s de 1.500 bases operando, tenemos registros de muchas decenas de millares de militantes operando, de modo que somos el partido m¨¢s fuerte, y las encuestas nos dan entre el 30% y el 40% de los votos. Tenemos todos los cargos sindicales importantes en Chile y todos los cargos estudiantiles", afirma Gabriel Vald¨¦s, presidente del Partido Dem¨®crata Cristiano (PDC), principal fuerza de la Alianza Democr¨¢tica (AD), coalici¨®n de centro derecha a la que pertenecen tambi¨¦n el Partido Socialista , el Partido Radical, los liberales de la Derecha Republicana y el Partido Liberal y la Socialdemocracia Chilena. Estos cuatro ¨²ltimos, insignificantes.La AD es en estos momentos la caja de resonancia de la indecisi¨®n de la democracia cristiana sobre c¨®mo combatir a Pinochet. El partido, que se encuentra en una fase de renovaci¨®n de dirigentes que debe concluir con la elecci¨®n de un nuevo presidente, est¨¢ sumido en la pol¨¦mica de si dialogar o no con el Gobierno. El sector m¨¢s derechista, encabezado por el presidente de la Internacional Dem¨®crata Cristiana, Andr¨¦s Zald¨ªvar, cree que hay que hacer un esfuerzo por encontrar un resquicio a la dictadura y meterse por ¨¦l. Un alto representante de esta tendencia coment¨® que en este pa¨ªs hace falta una buena dosis de realismo, admitir que s¨®lo un milagro puede evitar que Pinochet llegue hasta 1989 y comprender que no se puede dialogar con Pinochet al mismo tiempo que se le exige su renuncia.
Gabriel Vald¨¦s, m¨¢ximo representante de la izquierda del partido, probablemente mayoritaria, asegura con rotundidad que "no podemos aceptar el plazo de 1989, ni el del 85, ni el del 86, ni el del 87". "Yo soy absolutamente intransigente con la dictadura", a?ade, "y creo que Pinochet no est¨¢ dispuesto a la transici¨®n, de manera que quien piense que abland¨¢ndonos con Pinochet vamos a conseguir espacios de democracia en Chile est¨¢ absolutamente equivocado. Lo que s¨ª decimos es que la forma civilizada de llegar a la democracia es el di¨¢logo, como se hizo en Argentina y en Uruguay, pero mientras est¨¦ Pinochet yo no creo en el di¨¢logo. En estas condiciones, pensar en el di¨¢logo es pensar en el di¨¢logo del esclavo con el proc¨®nsul".
Uno de los personajes de mayor peso en la alianza, Ricardo Lagos, dirigente del socialismo m¨¢s pr¨®ximo al espa?ol, advierte por su parte, que "en estos momentos no hay ninguna posibilidad de reanudar el di¨¢logo. Antes tiene que haber un espacio pol¨ªtico m¨ªnimo". "Pinochet tiene el prop¨®sito de permanecer en el poder hasta que tenga un soplo de vida, as¨ª pues, el plazo de 1989 no es un plazo real, y si alguien en la Alianza hiciese un planteamiento de ese tipo, nosotros tendr¨ªamos que revisar nuestra permanencia en, ella".
Las diferencias en el seno de la Democracia Cristiana y de la Alianza Democr¨¢tica han sido aprovechadas por el Gobierno y por la Embajada de Estados Unidos, que juegan la baza de buscar un acercamiento, entre la derecha militarista y el sector m¨¢s conservador del PDC.
El otro punto de fricci¨®n en la oposici¨®n chilena es la exclusi¨®n, o no del partido comunista, al que en los ¨²ltimos meses se le ha atribuido la creaci¨®n del Frente Patri¨®tico Manuel Rodr¨ªguez, responsable de diversas acciones terroristas, como explosiones de coches bomba y voladura de postes el¨¦ctricos.
"El Partido Comunista no est¨¢ en la Alianza Democr¨¢tica, no fue invitado y no tenemos intenci¨®n de invitarlo, b¨¢sicamente porque ha adoptado el m¨¦todo de la violencia y eso es un disparate antihist¨®rico que ha hecho el juego a la dictadura. El Partido Comunista se ha colocado en una posici¨®n que nosotros repudiamos muy claramente porque la consideramos nefasta para encontrar un acuerdo entre los chilenos", explica Gabriel Vald¨¦s.
M¨¢s abierto, Ricardo Lagos cree que "los dos elementos que han obstaculizado la unidad de la oposici¨®n en Chile son, de una parte, los que creen que se acelera el retorno a la democracia mediante la exclusi¨®n del Partido Comunista, y de otra la posici¨®n del Partido Comunista de que todas las formas de lucha son leg¨ªtimas". "El Partido Socialista", a?ade, "ha estado a favor de la unidad, pero unidad tambi¨¦n en los m¨¦todos de lucha. Creo que este criterio tiene que terminar imponi¨¦ndose. No hay raz¨®n para excluir al 8%, al 10% o al 12% de la poblaci¨®n que pueden apoyar al Partido Comunista".
El futuro de AD
Agotada en el debate sobre estos aspectos te¨®ricos, la Alianza Democr¨¢tica (AD) ha ido a remolque de una poblaci¨®n harta de Pinochet. Tras el fracaso de la ¨²ltima jornada de protesta, en noviembre del pasado a?o, los dirigentes pol¨ªticos creyeron necesario reorganizar las fuerzas de oposici¨®n de cara al futuro. "Las nuevas protestas exigen que la oposici¨®n sea capaz de decir al pa¨ªs que no s¨®lo est¨¢ en contra de Pinochet, sino que es capaz de ofrecer una alternativa real de gobierno para este pa¨ªs", estima Lagos. "Queremos llegar a una alianza que tenga contacto con todas las fuerzas democr¨¢ticas, para desembocar, si es necesario, en una multipartidaria, un gran frente por la democracia", afirma Vald¨¦s.El dirigente sindicalista Ruiz di Giorgio considera que "el pueblo no est¨¢ preocupado por los modelos que se van a construir despu¨¦s de la dictadura, lo que quierees que creen las condiciones para que el pa¨ªs inicie un proceso de reconstrucci¨®n de su econom¨ªa y se respeten los derechos de las personas. Por eso se debe elaborar un programa para poner t¨¦rmino al r¨¦gimen dictatorial, nada m¨¢s que para eso".
La derecha de la Democracia Cristiana duda de la utilidad, en estos momentos, de convocar manifestaciones de protesta, porque cree que la clase media, muy numerosa en Chile, ya est¨¢ cansada de manifestaciones.
"Es muy posible que la clase media est¨¦ cansada de las protestas, pero tambi¨¦n est¨¢ desesperada por la situaci¨®n", replica Vald¨¦s. "Yo creo que el enfrentamiento a una dictadura personal se hace sobre la base de movilizar a la gran mayor¨ªa de la poblaci¨®n", afirma Lagos. "Se necesita crear una presi¨®ri. de tal magnitud que las Fuerzas Armadas tengan que elegir entre una disyuntiva: o reprimen masivamente o sacan al dicta,dor", cree Ruiz di Giorgio.
Los dirigentes de la Alianza Democr¨¢tica coinciden en que el tiempo juega a favor de la desestabilizaci¨®n del pa¨ªs. Ricardo Lagos advierte que "conforme pase el tiempo y no haya soluci¨®n, no cabe la menor duda de que ese 80% que ahora est¨¢ por la movilizaci¨®n pac¨ªfica va a ir perdiendo faerza en favor de la posici¨®n fascista y de la violencia, justificada sin duda por la situaci¨®n de hambre y de falta de libertad de expresi¨®n". El presidente democristiano afirma que "`ahora mismo, el ¨²nico terorismo es el de Estado, pero si siguen las cosas as¨ª se van a crear las condiciones para una situaci¨®n de violencia en Chile".
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