Melodrama sensual
Los amantes de Mar¨ªa es un h¨¢bil cruce entre Repulsi¨®n y El cazador. De la primera, Konchalovsky ha extra¨ªdo la historia de un trauma sexual y la sordidez que acaba rodeando la impotencia del protagonista -aqu¨ª es ¨¦l quien se siente incapaz de relacionarse sexualmente con la persona amada-; de la segunda, una cierta imagen de Estados Unidos, la que nos proporciona una peque?a comunidad de inmigrantes eslavos que celebran fiestas especiales y conservan ritos de su pa¨ªs de origen, Rusia en el caso de Cimino, Yugoslavia en el de los personajes de Los amantes de Mar¨ªa.Con estas dos fuentes de inspiraci¨®n, el director sovi¨¦tico ha rodado su primera pel¨ªcula norteamericana, que es algo as¨ª como un hard melo (melodrama duro) en el que los conflictos son presentados de manera expl¨ªcita. La escasa sutileza narrativa del filme lo har¨ªa naufragar en otras condiciones, pero el arte de director, guionista y actores de Los amantes de Mar¨ªa ha conseguido precisamente conjurar ese peligro.
Los amantes de Mar¨ªa
Director: Andrei Konchalovsky. Int¨¦rpretes: Nastassja Kinski, John Savage, Robert Mitchum, Keith Carradine, Anita Morris, Bud Cort. Gui¨®n: Gerard Brach y A. Konchalovsky. Fotografia: Juan Ruiz Anchia. Estadounidense, 1984. Estreno: Infantas, Amaya, T¨ªvoli. Madrid.
John Savage, que llega procedente de Let there be light, el documental b¨¦lico de John Huston, tiene fijadas en su cabeza unas im¨¢genes terribles, im¨¢genes de las que ¨¦l procuraba escapar imagin¨¢ndose en brazos de su amada Mar¨ªa, entregado a las m¨¢s satisfactorias efusiones er¨®ticas.
De esa manera, el cuerpo de Mar¨ªa se asocia al horror y se convierte en tab¨² para Savage, al que, desde su regreso de Vietnam, le ser¨¢ completamente imposible el contacto afectivo con Mar¨ªa. S¨®lo al final, despu¨¦s de tragarse literalmente al causante de su impotencia, el happy end es posible.
Lo que salva Los amantes de Mar¨ªa del psicoan¨¢lisis es el poder¨ªo real de sus personajes, la convicci¨®n con que est¨¢ filmado su deseo o su capacidad para convertirse en objetos sexuales, m¨¢s all¨¢ de cualquier explicaci¨®n m¨¦dica o cualquier conveniencia dram¨¢tica.
Lado oculto
Lo que aleja el filme del costumbrismo documental es ese lado oculto, traum¨¢tico, que atraviesanlos protagonistas. Y en ese balanceo, de un lado a otro, narrando los problemas de una doble integraci¨®n (la individual, a trav¨¦s del matrimonio; la colectiva en la comunidad, a trav¨¦s del papel social), encuentra la pel¨ªcula la manera de ser distinta, alej¨¢ndose de sus modelos, despolitizando El cazador y politizando Repulsi¨®n.
Claro que en Los amantes de Mar¨ªa el equilibrio no siempre es el ideal, y a veces es todo demasiado literal mientras que en otras ocasiones la poetizaci¨®n roza la cursiler¨ªa. Pero ello no priva del encanto y m¨¦rito a ese melodrama sensual y arriesgado, espl¨¦ndidamente fotografiado por Anchia y mejor interpretado por la Kinski, Savage y un Mitchum al que le bastan un par de planos para fabricar un personaje cargado de sugerencias.
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