Salvador P¨¢niker publica sus memorias, escritas "con mucho amor"
Salvador P¨¢niker, fil¨®sofo, escritor, editor, ingeniero, posible representante de la minor¨ªa indocatalana, compuesta por ¨¦l y sus hermanos, acaba de publicar una primera entrega de sus memorias, con el t¨ªtulo de Primer testamento. El libro, que ayer fue presentado en Madrid por Francisco Umbral, es definido por su autor como una doble mirada sobre un tiempo que ya fue y a¨²n sigue siendo. Reconoce que en ¨¦l hay "mucho amor", aunque alguno de esos seres amados no se siente a gusto con el retrato.
Al Salvador P¨¢niker de hoy no le gusta c¨®mo vivi¨® el Salvador P¨¢niker que fue creciendo hasta convertirse de ni?o mimado en padre de familia. Y as¨ª lo afirma en sus memorias. Sin embargo, no le cuesta reconocer que su vida fue m¨¢s feliz que lo que, desde una visi¨®n aparentemente desencantada, ha proyectado en su Ebro. Seg¨²n ¨¦l mismo explica, en sus memorias, "escritas siempre en presente de indicativo", ha intentado plasmar el tiempo, un pasado que fue y sigue siendo; por eso, aunque no sufri¨® en aquellos a?os, al revivirlo, "en su eterno presente que persiste", lo experimenta sin el mismo placer.Es una visi¨®n que podr¨ªa definirse con un t¨¦rmino al que ¨¦l es dado: retroprogresiva: "Un movimiento de progreso hacia el logos, respetando los or¨ªgenes". A?adida la superaci¨®n del tiempo en su dimensi¨®n occidental -no en vano su padre era indio, si bien tamizado por la cultura brit¨¢nica y afincado en Barcelona- las memorias son un revivir que recrea "lo que pudo haber sido y no fue".
P¨¢niker considera que su obra est¨¢ escrita con grandes, dosis de amor y de cari?o. Dos sentimientos afines pero diferenciados. El cari?o, que a veces llega a la ternura, se manifiesta en las an¨¦cdotas que narra de sus padres; el amor, aparece al tratar de su hermano Raimundo y de su ex mujer, a la que en la obra llama simplemente Nuria. A pesar de ese amor vertido en escritura, P¨¢niker teme que las p¨¢ginas dedicadas a estos ¨²ltimos no sean entendidas as¨ª. En el caso del hermano, el mayor, y nacido 10 a?os antes que el autor, P¨¢niker reconoce que hay cr¨ªticas duras, pero no ¨¢cidas. "Ten¨ªa que matarlo porque era como matar al padre. Mi hermano, a quien verdaderamente amo y mucho, fue para mi como un padre y ha influido mucho en m¨ª". Respecto a su ex mujer, P¨¢niker sabe ya que no Je ha gustado. "No creo que sea por el tratamiento que hago de ella. Debe ser porque no le gusta ser tra¨ªda y llevada en p¨²blico".
Se podr¨ªa plantear qu¨¦ hay de com¨²n entre aquel Salvador P¨¢niker que vive hasta mediados de los a?os cincuenta en Barcelona y Madrid, con breves temporadas en Inglaterra, Francia y Alemania y el de hoy, residente eterno en una Barcelona que no le gusta y le sigue pareciendo gris: "Lo que hay de com¨²n es la esperanza y un seguir anclado en la ni?ez".
Al final, P¨¢niker afirma que se siente satisfecho de esta primera entrega, "escrita con el cuerpo". Le queda esperar la reacci¨®n que provoque la lectura. "Me interesa la cr¨ªtica de dos o tres personas, de dos o tres mujeres para que el Ebro sea como un coito bien llevado y no se quede en un puro ejercicio masturbatorio".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.