El Madrid mereci¨® ganar por mas goles en Londres
El t¨¦cnico del Barcelona, Venables, anunci¨® en la Prensa brit¨¢nica que el Madrid no marcar¨ªa. El presidente del Real se jug¨® dos libras a que su equipo perd¨ªa por 1-3. Preguntado Luis de Carlos si eso era miedo, contest¨®: "Miedo, no; la realidad del equipo". La realidad del equipo es que es un buen equipo, que sabe jugar al f¨²tbol y que sabe acometer misiones dif¨ªciles. Otro problema es si tiene que visitar al psicoanalista.El Madrid s¨®lo marc¨® un gol ayer y pudo marcar m¨¢s. Pero pareci¨® que los aplausos del p¨²blico, las oleadas de murmullos de los supporters o la salida precipitada de estos aficionados antes de acabarse el partido provocaban en el equipo de Amancio la sensaci¨®n de meter goles de tac¨®n. S¨®lo as¨ª se puede explicar el gol que fall¨® Michel a cuatro minutos del final.
De la tercera revoluci¨®n industrial aprendimos que el ¨¦xito, seg¨²n los norteamericanos, estaba en trabajar en equipo. Algo as¨ª como todos para todos. Parece que esto es muy duro para los latinos y siempre tiene que haber un h¨¦roe, alguien que vuele m¨¢s alto que los dem¨¢s. En el viejo campo del Tottenham apareci¨® The Rapacious, en franc¨¦s, como ya le conocen, Le Vautour, o, simplemente, El Buitre.
Pero, cuando El Buitre vuela, otros trabajan para ¨¦l. Un equipo trabaja siempre. Cuando el delantero pierde el bal¨®n, tiene que tapar huecos. Si no tapa huecos -en eso fallaron a veces Valdano y Butrague?o, posiblemente por cansancio-, un centrocampista tiene que salir a parar al defensa contrario que avanza. Pero, si el centrocampista del Madrid -?ngel o Gallego- sal¨ªa al paso de este defensa corredor, el hombre al que marcaba quedaba libre. Esto sucedi¨® con Hazar, la ¨²nica sorpresa del bien estudiado partido. Hazar, durante los diez primeros minutos, corri¨® sin que nadie le marcase. Posteriormente, Gallego se encarg¨® de ¨¦l.
La primera ocasi¨®n
Sin embargo, el Madrid tuvo la virtud de aprovechar su primera ocasi¨®n de gol. Butrague?o lo hizo casi todo y el veterano Perryman puso el bal¨®n en la red. Dos minutos despu¨¦s, nuevamente Butrague?o coloc¨® un bal¨®n de oro a los pies de Valdano, que se recre¨® y escor¨® demasiado y su disparo raso sali¨® fuera. En este tiempo el ¨²nico peligro del equipo ingl¨¦s estaba en las cabalgadas de Hazar. Por momentos, Amancio decidi¨® que entre Michel y Gallego se en cargasen de este jugador, que hac¨ªa las veces del ausente Roberts, el Pirri ingl¨¦s.
Pero el Madrid jugaba cada vez m¨¢s desahogado. Ya en el minuto 41, el p¨²blico, bastante silencioso, levant¨® una ola de murmullos en una bonita jugada entre Gallego y Butrague?o. Fueron los hombres m¨¢s vistosos de este tiempo, pero no los ¨²nicos eficaces.
El Madrid sali¨® luego hecho una furia. Hab¨ªa comprendido en los vestuarios que un gol era poco para sus merecimientos. Con m¨¢s fe que al principio, viendo que el Tottenham no era tan fiero, comenz¨® a abrir balones por las bandas y Butrague?o tuvo ocasiones de ponerse delante de Clemence, aunque sin suerte. Unas veces, por fallos; otras, por cansancio. Las posibilidades de espaparse en solitario se multiplicaron en cinco minutos. Llegaron despu¨¦s minutos de presi¨®n del Tottenham, pero ya a base de rechaces, disparos a larga distancia, alg¨²n saque de esquina... El p¨²blico, que nada tiene que ver con el del otro barrio de Londres, el de Chelsea -el lunes la polic¨ªa tuvo que irrumpir en su campo para dispersar a los furibundos hinchas-, empez¨® a abuchear a los suyos.
Si El Buitre luc¨ªa por sus escapadas, otros hombres luchaban para que pasaran inadvertidos los ingleses. Sanchis anul¨® a Crooks; Chendo, a Galvin; Salguero, al potent¨ªsimo Falco. Unos brillaron m¨¢s en ataque, como Gallego; otros, m¨¢s en la defensa, -como ?ngel. Pero quiz¨¢ el m¨¢s completo en las dos facetas fue Michel, que acab¨® los ¨²ltimos diez minutos dando balones de gol y fallando ¨¦l mismo otros. Y, adem¨¢s, jug¨® el alem¨¢n, al que no se le vio en todo el encuentro. No hizo falta. Si los pa¨ªses franc¨®fonos aprendieron el apelativo de Butrague?o a ra¨ªz del 6-1 al Anderlecht, desde ayer los ojos ingleses se saben de memoria los 22 a?os de aqu¨¦l al que llaman The Rapacious. El.Buitre, al parecer, junto con sus diez compa?eros, ten¨ªa m¨¢s fe que su m¨¢ximo dirigente.
Los encuentros restantes
Los encuentros restantes de la Copa de la UEFA jugados ayer concluyeron con los resultados siguientes: Manchester United, 1; Videoton, 0. Zeljecnicar, 2; Dinamo Minsk, 0. Inter Mil¨¢n, 1; Colonia, 0.
En la Copa de Europa: Austria Viena, 1; Liverpool, 1. Juventus Tur¨ªn, 3; Sparta Praga, 0. Girondins Burdeos, 1; Dnieper, 1. Gotemburgo, 0; Panathinaikos Atenas, 1.
En la Recopa: Everton, 3; Fortuna Sittard, 0. Larissa, 0; Dinamo Mosc¨², 0. nayern M¨²nich, 2; Roma, 0. Dinamo Dresde, 3; Rapid Viena, 0.
Los partidos de vuelta en los tres torneos est¨¢n previstos para el pr¨®ximo d¨ªa 20.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.