El asesinato de D¨ªaz Arcocha

El asesinato del teniente coronel D¨ªaz Arcocha, superintendente de la Ertzantza, ha sido calificado un¨¢nimemente como un salto cualitativo en la actividad de los terroristas. D¨ªaz Arcocha reun¨ªa en su persona la doble condici¨®n de militar y de jefe de la polic¨ªa aut¨®noma. Por ello todo parece demostrar que la loca estrategia de los terroristas iba dirigida frontalmente contra la autonom¨ªa, pero no desaprovechaba golpear de nuevo al estamento militar. El punto de mira de los asesinos ha estado dirigido contra una de las instituciones de la autonom¨ªa en la que se tiene especial esperanza como v¨ªa de soluci¨®n para los problemas de orden p¨²blico y violencia del Pa¨ªs Vasco.A esto debe a?adirse el tel¨®n de fondo del pacto entre socialistas y nacionalistas, que en estos momentos da aliento para seguir adelante despu¨¦s de tanto enfrentamiento pol¨ªtico est¨¦ril y cuando, entre otros aspectos, por medio del mismo se plantea una conjunci¨®n b¨¢sica en la forma de lucha contra los terroristas.

Por otra parte, ¨¦stos son momentos en los que soluciones policiales y pol¨ªticas (reinserci¨®n social o extradiciones a pa¨ªses americanos o africanos) se han emparejado. Y ¨¦sta es otra de las f¨®rmulas en que siempre se ha confiado que servir¨ªan para traer la paz a este pueblo.

Contra todo esto ha ido dirigido este asesinato, que ha conmocionado por su fr¨ªo c¨¢lculo a un pueblo que lucha denodadamente por salir de la crisis de valores que agudiza a¨²n m¨¢s sus ya graves problemas.

El terrorismo desprecia la vida humana, no respeta la voluntad mayoritaria expresada en las urnas y anula las esperanzas del pueblo vasco. El terrorismo deja a su paso un rastro de sangre, siembra el odio, aviva la crisis econ¨®mica y el paro y aleja las soluciones pol¨ªticas. ?se es su saldo definitivo.