Verona seg¨²n los 'hippies'

Romeo y Julieta, de Shakespeare, con est¨¦tica, sonido, ritmo de los hippies: se suman dos antig¨¹edades y se mantiene una permanencia. Los chicos y chicas del Grupo de Teatro Macunaima, de Brasil, son frescos y alegres, espont¨¢neos y carnales.El viejo prerromanticismo de la historia lo cuenta con una comicidad de fondo; las torpes mesnadas de Montescos y Capuletos que se apedrean, el fraile gracioso, los figurines de caricatura. No pierden el sentimentalismo; el movimiento hippie fue la ¨²ltima -hasta el momento- exaltaci¨®n del amor; cuaja su est¨¦tica floral con esta historia.

Suena continuadamente m¨²sica de los Beatles y con una cierta insistencia su canci¨®n She is leaving home; la alusi¨®n a que Julieta es una muchacha que toma en sus manos su propio destino, se atreve a elegir por su cuenta y rompe con los esquemas tradicionales y convenciones.

La forma de levantar al final los dos cad¨¢veres por el coro juvenil parece querer sugerir el nacimiento de una sociedad paralela que se construye sobre las v¨ªctimas que ha hecho la del poder convencional, la de los adultos y sus querellas.

Carga de amor

En la adaptaci¨®n literaria se han suprimido las partes de la obra que podr¨ªan contradecir este esp¨ªritu; especialmente, los inauditos esfuerzos de William Shakespeare por dar verosimilitud a su enredo y a las complicaciones creadas por el mismo.El texto se dice sin ning¨²n ¨¦nfasis, sin ninguna acentuaci¨®n de su lirismo.

El resultado es excelente. Se puede seguir prefiriendo la belleza de la gran palabra de William Shakespeare, su carga de amor melanc¨®lico y de humor triste, pero no por ello hay que dejar de estimar este trabajo.