A?oranza de los d¨ªas normales
"Cada vez hay menos d¨ªas normales en mi vida". Miguel Del¨ªbes sonr¨ªe -mitad triste, mitad resignado- cuando se le pregunta por su quehacer cotidiano y se incluye la palabra normal en el interrogante. Sus d¨ªas normales llevan aparejadas demasiadas obligaciones y atenciones propias de la literatura para un joven y robusto jubilado que sigue creando sin mirar para atr¨¢s ni para adelante. Para alguien que se define como "hombre de penumbra" y que sabe perfectamente c¨®mo llenar su tiempo libre, la esclavitud de la fama y de los compromisos son obst¨¢culos llevaderos pero no siempre deseables para su libertad solitaria. Delibes acepta todas estas servidumbres, pero preferir¨ªa no estar continuamente en la cresta de la ola. Cambiar¨ªa todas las peticiones de entrevistas por poder disfrutar unos minutos m¨¢s de los paseos matinales o vespertinos que realiza diariamente por su Valladolid. El primero lo efect¨²a a las nueve de la ma?ana. Tocado con una gorra, a paso vivo y saludando a los numerosos conocidos, recorre cinco o seis kil¨®metros antes de encerrarse en un despacho sin tel¨¦fono.El autor de Las ratas a?ora los d¨ªas normales, ¨¦sos en los que tras el almuerzo en familia, en el que a veces aprovecha para acercarse al lenguaje y los modos de vida que sus hijos dominan mejor que ¨¦l, puede leer dos horas seguidas y despu¨¦s dar paso a un per¨ªodo en el que contesta personalmente y a mano la correspondencia o aconseja sobre tesis literarias o traducciones de sus obras. Esas jornadas en las que puede elegir, ya por la tarde, entre ir a alg¨²n concierto o asistir a conferencias o actos culturales y volver a casa para cenar y ver alg¨²n programa de televisi¨®n "siempre elegido por m¨ª, porque creo que ver la televisi¨®n a ciegas es lo peor que puede hacer un horrible". M¨¢s tarde se refugiar¨¢ en la lectura o la m¨²sica, antes de "all¨¢, al filo de la una de la madrugada, cerrar los ojos para intentar dormirme". Un d¨ªa normal en la vida de Delibes no tiene, como ¨¦l mismo reconoce, mayor relieve. Quiz¨¢ s¨ª lo tenga su queja: "Cada vez tengo menos d¨ªas normales".
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