Editoriales como sermones
Leo todos los d¨ªas EL PA?S y de cuando en cuando sus editoriales me evocan la imagen del predicador que sube al p¨²lpito y reparte desde all¨ª credenciales de moralidad e independencia a diestro y siniestro. En el editorial del 21 de marzo, El defensor del poder, hay toda una ascensi¨®n a la c¨²pula de los universos simb¨®lico-dogm¨¢ticos para exorcizar desde all¨ª al defensor del pueblo con el agua bendita del resentido que exclama "no, si ya te lo dec¨ªa yo...". He aqu¨ª el exorcismo: "Al fin y al cabo, los h¨¢bitos del respeto reverencial al Poder (con may¨²scula) suelen arraigar profundamente en quienes jam¨¢s terminan de romper el cord¨®n que les une a centros de decisi¨®n que tienen en sus manos el dominio de la sociedad".A eso lo llamo yo coz destemplada con el sello de la herradura calentado al fuego del lenguaje freudiano y de la filosofia social. Pero el editorialista es todav¨ªa m¨¢s osado y carga al defensor del pueblo con .el inconfundible tono de la mala conciencia". Ser¨ªa interesante que definiera en otro editorial esos tonos. En una sociedad como la nues tra, donde los perfiles de grupos e instituciones son bastante difusos, a lo mejor nos ayuda a desenmas carar la dependencia de los independientes, la mala conciencia de los predicadores y el respeto reve rencial de quienes presumen de ser irreverentes. Si se inspira escu chando los acordes de la mazurca Ma petite Marianne, nos deparar¨¢, adem¨¢s, una regocijante lectura.
Frases como las del editorial al que me refiero abundan en muchos do cumentos emanados de esos "centros de decisi¨®n que tienen en sus manos el dominio de la sociedad" ad maiorem Dei gloriam. Eso es estar a la altura del contrincante.
Quede constancia, pues, de asiduo lector que no quiere ver arraigar en ¨¦l ninguna clase de respeto reve rencial al poder (con min¨²scula) de sus editoriales.-
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