La demanda de Barrionuevo

Ocho a?os en defensa de la democracia han acumulado suficientes m¨¦ritos para que un ministro del Gobierno socialista se lo pensara dos veces antes de dar un paso adelante contra un peri¨®dico que, dicho as¨ª de paso, ha contribuido a formar m¨¢s adictos a la libertad y a lajusticia que el propio colectivo donde militam¨¢s el se?or Barrionuevo y el firmante de esta carta.No es nada f¨¢cil recoger una cosecha de triunfos espectaculares desde un departamento como el de Gobernaci¨®n, en el que las estructuras heredadas tienen un enorme lastre, con un complejo caldo de cultivo donde los m¨¢s diversos ingredientes aportan sustancias de indudable sabor nauseabundo; tampoco la alfombra nacional se hallaba sembrada de p¨¦talos floridos, y EL PAIS ha conseguido que alg¨²n que otro mill¨®n de habitantes aprendan a discurrir pac¨ªfica y honestamente por el bacheado camino de la democracia; a ¨¦sta, a Barrionuevo y a Cebri¨¢n m¨¢s debiera inquietarles el enemigo com¨²n que continuamente les hostiga, en lugar de distraerse con el personal por un qu¨ªtame estas paj as de conflictiva minucia ret¨®rica.

Los jueces, en este caso los ciudadanos dem¨®cratas lectores de este importante diario, algo tendremos que decir en plan colectivo o en el mucho m¨¢s humilde de reflexi¨®n individual. No me gusta el asunto, y creo que, como medida razonable, necesitar¨ªamos que el se?or Barrionuevo se envainara el moh¨ªn de dudosa justificaci¨®n, aportando como gesto conciliador el paso atr¨¢s de esa demanda que tanta satisfacci¨®n habr¨¢ engendrado en las opuestas filas reaccionarias. ("Si el sabio no aprueba.... ?malo!; si el necio aplaude....

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