Alia se presenta como garante de la continuidad en Albania
Hoy ser¨¢ enterrado en el cementerio de los M¨¢rtires, de Tirana, Enver Hoxha, m¨¢ximo dirigente alban¨¦s, fallecido a principios de semana, a los 77 a?os, v¨ªctima de trastornos cardiovasculares. Durante cuatro decenios Hoxha gobern¨® Albania con implacable ortodoxia marxista-leninista y un radical aislamiento del mundo exterior. Cuando a la una de la tarde caiga la losa sobre su tumba se disparar¨¢n 21 salvas de honor y el ulular de las sirenas de todo el pa¨ªs marcar¨¢ el final de la ¨¦poca Hoxha Presidir¨¢ la ceremonia su sucesor, Ramiz Alia, de 60 a?os, que parece avalar la continuidad del r¨¦gimen, severamente igualitarista en el interior y enfrentado sin compromisos con los dos grandes bloques en su pol¨ªtica exterior.
El pleno del Comit¨¦ Central del Partido del Trabajo Alban¨¦s confirm¨® el s¨¢bado a Ramiz Alia, nacido el a?o 1925, como sucesor de Enver Hoxha al frente del partido ¨²nico, oficialmente estalinista. Se supone que seguir¨¢ conservando el cargo de jefe nominal del Estado, al que accedi¨® en 1982. Adil Carcani, primer ministro, present¨® a Ramiz Alia como "colaborador pr¨®ximo y disc¨ªpulo de Enver Hoxha, que mantendr¨¢ en alto y afilado el sable del camarada Enver Hoxha contra los enemigos de dentro y fuera del pa¨ªs". Ramiz Alia es 17 a?os m¨¢s joven que su predecesor. Desciende de una modesta familia de inmigrantes procedentes del lim¨ªtrofe Kosovo, regi¨®n aut¨®noma yugoslava de etnia mayoritariamente albanesa. En 1942, a los 17 a?os de edad, ingresa en el partido comunista de una Albania ocupada por Mussolini. Llega al fin de la guerra partisana con el rango de teniente coronel y el cargo de comisario pol¨ªtico de divisi¨®n. Aqu¨¦l ser¨ªa el tramo m¨¢s espectacular de su carrera. A diferencia de otros l¨ªderes, frena su velocidad de ascenso y comienza a medrar paso a paso, al socaire de las purgas que se llevaron los m¨¢s robustos pol¨ªticos del pa¨ªs.
Ministro de Educaci¨®n en 1955, casi siempre trabaj¨® en los sectores de la juventud y la ideolog¨ªa. Es el hombre de la pureza ideol¨®gica que criticar¨ªa a los escritores albaneses que, a fines de los a?os sesenta, empezaban a discutir de esa "decadencia peque?oburguesa" que es el existencialismo. En 1961 reemplaza en el bur¨® pol¨ªtico a Liri Belishova, al haber sido eliminada ¨¦sta por sus simpat¨ªas prosovi¨¦ticas cuando Hoxha rompe con Nikita Jruschov.
Corr¨ªan a?os de completa hegemon¨ªa de la pareja Hoxha-Shehu. La estrella de Alia se alumbra en el azaroso firmamento de Albania cuando se apaga la de Mehmet Shehu. ?ste acabar¨ªa suicid¨¢ndose extra?amente, acusado por Hoxha de ser triple esp¨ªa: al servicio de la UDB yugoslava, la CIA estadounidense y el KGB sovi¨¦tica. En 1982 asume Alia la jefatura nominal del Estado como presidente de la Asamblea. Su cauteloso ritmo de ascenso es s¨ªntoma de que se trata de una persona capaz de explotar el peligro exterior y la psicosis de cerco, "segunda naturaleza del pueblo alban¨¦s", seg¨²n el escritor Ismail Kadare.
El puerto de la ciudad adri¨¢tica de Durres (Durazo) recibir¨¢ el nombre de Enver Hoxha y a su memoria se levantar¨¢n tres monumentos: uno, en Tirana; otro, en su Gjirokastra natal, y un tercero, en Korca, donde estudi¨® en el Liceo Franc¨¦s. La universidad de Tirana pasar¨¢ a llamarse universidad Enver Hoxha. Fuentes diplom¨¢ticas albanesas ignoraban ayer en Belgrado si una ciudad entera recibir¨ªa su nombre.
El sable en alto
La continuidad interna del r¨¦gimen parece garantizada por la promesa de los nuevos dirigentes de mantener "en alto y afilado el sable" de Enver Hoxha, que a los turistas podr¨ªa aparec¨¦rseles como una espada de Damocles m¨¢s que un sable, con la memoria bien presente de las purgas de 1948, 1960, 1974 y 1981. En pol¨ªtica exterior, la devoluci¨®n a Mosc¨² del telegrama de p¨¦same enviado por la Uni¨®n Sovi¨¦tica a Tirana muestra la vigencia de la l¨ªnea contra el socialimperialismo. Los telegramas de los dem¨¢s pa¨ªses socialistas fueron aceptados y s¨®lo el enviado por Bulgaria llega a la osad¨ªa de esperar mejores relaciones con Tirana. Subsiste sobre el papel un viejo tratado de amistad y cooperaci¨®n entre Tirana y Sof¨ªa, carente de toda validez seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas albanesas.
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