Un discreto encanto
Floralia 85, un certamen m¨¢s pensado para los profesionales que para el aficionado de a pie
Son muy escasas las oportunidades que se le presentan al aficionado madrile?o de ver de cerca una muestra de los aspectos m¨¢s comerciales de nuestra Jardiner¨ªa. Las exposiciones y ferias, que no se prodigan en nuestro pa¨ªs, tienen adem¨¢s un enfoque excesivarnente herm¨¦tico como para que el visitante de a pie pueda desentra?ar ¨¦l solo los intr¨ªngulis (de nuestra peculiar situaci¨®n flor¨ªcola y ornamental: pese a nuestras favorables condiciones clim¨¢ticas, nuestro pa¨ªs sigue todav¨ªa dependiendo no s¨®lo de la maquinaria Importada, sino importando plantas que luego se comercializan en nuestros viveros y florister¨ªas: Italia, Holanda, B¨¦lgica y Francia son nuestros principales proveedores. Cierto que somos exportadores de algunas especies (claveles, fundamentalmente) y que las cantidades y calidades importadas son progresivamente m¨¢s importantes. Quiz¨¢ el dato m¨¢s significativo sea la cantidad que cada espa?ol dedica a comprar plantas o flores: 300 pesetas al a?o, cuando los pa¨ªses m¨¢s avanzados de la CEE suelen multiplicar por varios enteros dicha cantidad.Por todo ello, cualquier certamen que supere las tradicionales barreras de financiaci¨®n, organizaci¨®n y competencia con los ya existentes debe darse como bienvenido, siquiera como punto anual de contacto para los aficionados sin mayores pretensiones que gustan de ver las ¨²ltimas novedades y adquirir alguna planta con la que llenar un hueco en alg¨²n lugar de la casa.
?Qu¨¦ puede encontrar el visitante en Floralia 85? En un recorrido tranquilo, pausado, la visita puede realizarse en unos tres cuartos de hora, contando con alguna parada en alg¨²n expositor que ofrezca algo ciertamente llamativo. Lo que quiere decir que para el aficionado pocas son las novedades que se ofrecen y quiz¨¢ el mayor atractivo resida en los jardines llamados de prestigio o de ex.posici¨®n, donde los participantes hacen gala de sus productos y de su gusto para componerlos. Nadie deber¨ªa llamarse a enga?o por estos ajardinamientos: son simples montajes est¨¦ticos para presentar las distintas plantas; algunos de ellos ofrecen algunas innovaciones formales como un intento bastante logrado de jard¨ªn japon¨¦s; pero de forma general estas realizaciones se repiten en otros cert¨¢menes. En lo que s¨ª deben fijarse los aficionados es en las plantas que en ellos se exhiben: no se presenta una gran variedad de especies y casi todas ellas son de interior, pero por regla general su calidad es de notable alto para arriba. A destacar, por la perfecci¨®n de su forma y sus brillantes coloridos, las hortensias, numerosos cactos, lirios, espatifilos y otras no menos espectaculares; l¨¢stima que una gran parte de ellas sea irreconocible para el principiante por falta de letreros indicadores de g¨¦nero y especie; este es un defecto que se repite de forma sistem¨¢tica.
Pero el grueso del certamen lo componen los pabellones de accesorios, complementos y elementos auxiliares. En ellos pueden encontrarse luminarias de jard¨ªn, elementos de riego, cortac¨¦spedes y m¨¢quinas para diversas labores, herramientas de muy diverso uso, libros y revistas, recipientes y contenedores de los materiales m¨¢s variados, tierras, abonos, productos fitosanitarios... y flores artificiales. Este es un aspecto que siempre ha creado algo de pol¨¦mica, pues hay quien opina que estas plantas no deber¨ªan tener cabida en una feria de jardiner¨ªa: la realidad es que no pocas veces la imitaci¨®n es tan perfecta que dice mucho de la calidad de su fabricaci¨®n y muy poco de nuestra cultura jardinera, al no distinguirlas con facilidad. Y no resulta descabellado reunir en un mismo local estas imitaciones con sus modelos naturales para apreciar las diferencias y promover el conocimiento de estas ¨²ltimas, que son -deben ser- las verdaderas protagonistas.
A?adir, finalmente, que la actuaci¨®n en directo de floristas muy destacados puede dar oportunidad a los aficionados al arte floral de admirar t¨¦cnicas y composiciones que normalmente pasan inadvertidas cuando simplemente se compra un ramo en una florister¨ªa. Iberiada 85, que as¨ª se denomina esta reuni¨®n de floristas iberoamericanos, ofrece as¨ª demostraciones que suelen quedar fuera del ¨¢mbito conocido por el gran p¨²blico.
Con todo lo dicho se hace necesaria una reflexi¨®n alejada de triunfalismos inoportunos. Floralia 85 es un certamen para profesionales -y como tal cumple su papel- y en el cual los aficionados a la jardiner¨ªa s¨®lo tienen una representaci¨®n marginal. ?Para cu¨¢ndo, entonces, una gran exposici¨®n de jardiner¨ªa que agrupe esos dos conceptos y donde los materiales expuestos se ofrezcan al p¨²blico con un af¨¢n did¨¢ctico y verdaderamente cultural? Baste, como ejemplo, recurrir a dos peque?as muestras que pueden pasar inadvertidas para los visitantes no avisados. Comunidad Aut¨®noma y Ayuntamiento presentan dos pabellones, dignos y discretos, en los que se muestran algunas de sus realizaciones. Pero dada la ausencia de explicaciones, de paneles did¨¢cticos, de sistemas audiovisuales, de charlas o debates que los acompa?en, las muestras quedan diluidas y su significado ¨²ltimo, la construcci¨®n de espacios verdes para los ciudadanos, resulta casi secundario al hecho mismo de la p¨²blica exposici¨®n. Una estupenda oportunidad perdida y cuyo replanteo para el futuro ser¨ªa m¨¢s que conveniente. ?Acaso no es posible una exposici¨®n cada dos o tres a?os que ense?e al ciudadano lo que hay en los parques de su ciudad, lo que significan las plantas en el medio, el aprovechamiento que de ellas puede obtenerse, la inmensa riqueza cultural que guardan los jardines, las posibilidades de las investigaciones m¨¢s avanzadas? Acaso fuera posible una exposici¨®n as¨ª, en la que toda esa informaci¨®n, farragosa cuando se lee en las p¨¢ginas cient¨ªficas o culturales de peri¨®dicos y revistas, tuviera una cabida visual, de contacto f¨¢cil y con verdaderas posibilidades de penetraci¨®n (e incluso de aplicaci¨®n pr¨¢ctica) en los visitantes de cualquier edad.
Datos para una exposici¨®n
El IIISal¨®n de la Flor y de la Planta y Elementos Auxiliares est¨¢ situado en el pabell¨®n 11 del recinto ferial de la Casa de Campo madrile?a. El pabell¨®n tiene 6.800 metros cuadrados, de los cuales los expositores ocupan alrededor de 4.000. Aproximadamente un centenar y medio de firmas exponen sus productos de una ampl¨ªsima gama, desde maquinaria a libros, pasando por tierras y recipientes, adem¨¢s de plantas e imitaciones artificiales. Es muy probable que el n¨²mero de visitantes no profesionales rebase los 30.000. El certamen puede visitarse desde las diez de la ma?ana hasta las ocho de la tarde, ininterrumpidamente; cierra sus puertas hoy, domingo, y fue abierto al p¨²blico el d¨ªa 17.
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