La Iglesia sueca rechaza el matrimonio entre homosexuales

Celibato y amistad pero no matrimonio es, en s¨ªntesis, la posici¨®n sustentada por el arzobispo de la Iglesia sueca, Bertil Werkstrom, en el pol¨¦mico tema de la homosexualidad. Es asunto de cada persona como tal adoptar o no este consejo, agreg¨® el arzobispo, que dijo tambi¨¦n que su posici¨®n est¨¢ sustentada en la Biblia y cuenta con el apoyo mayoritario dentro de la Iglesia.El arzobispo hizo estas declaraciones en el curso de una conferencia de prensa d¨ªas despu¨¦s de haber respondido por escrito a una investigaci¨®n que sobre el asunto est¨¢ efectuando la direcci¨®n de Asuntos Sociales. Sus opiniones, sin embargo, han suscitado dudas y confusi¨®n, cuando no rechazo, no s¨®lo por parte de las organizaciones que reivindican para los homosexuales los mismos derechos que para la pareja heterosexual, sino adem¨¢s en el seno de la propia Iglesia.

La posici¨®n del arzobispo ha sido ya cuestionada desde la Iglesia por Johan Unger, director del Instituto de Cultura de la Iglesia, que le acusa de ambig¨¹edad, de expresar la voz de una Iglesia que tiene dos rostros, uno progresista, de apoyo y compromiso con los oprimidos de diversas partes del mundo, y una l¨ªnea fundamentalista que permanece ligada a valoraciones que no se corresponden con la sociedad actual.

El asunto de la homosexualidad, especialmente en relaci¨®n con a quienes ejercen funciones eclesi¨¢sticas, ha motivado intensos debates en el seno de la Iglesia sueca y fue tratado sin que se adoptara una resoluci¨®n en la reciente reuni¨®n anual de la jerarqu¨ªa de este pa¨ªs. Algunos padres expresaron su inquietud ante el contacto asiduo de sus hijos en las parroquias con pastores homosexuales. Un obispo interpelado por los padres respondi¨® a su vez a estos si no sent¨ªan la misma preocupaci¨®n cuando se trata del contacto de sus hijas con un pastor heterosexual.

La Iglesia sueca, decantada al protestantismo desde los tiempos de Lutero, ha evolucionado desde posiciones marcadamente intransigentes respecto al sexo y la homosexualidad a las actuales de tolerancia, aunque no de aceptaci¨®n plena de la tesis de que la sexualidad como expresi¨®n de amor no debe estar limitada solamente al matrimonio ni a la pareja heterosexual.

Los homosexuales en Suecia han reivindicando el derecho al matrimonio, a la adopci¨®n de hijos, y al asilo para los perseguidos de cualquier pa¨ªs por causas de su homosexualidad. Sobre estos tres puntos el arzobispo Werkstrom ha expresado su posici¨®n contraria, criterio que coincide con peque?as variantes de matices con la posici¨®n de los principales partidos pol¨ªticos. Dentro y fuera de la Iglesia hay voces discrepantes que est¨¢n decididas a librar una batalla en defensa de otros enfoques. La vieja pol¨¦mica parece rebrotar con nuevo impulso.