El agua no tiene due?o
Punto final a las ganancias de los contaminadores en r¨ªos revueltos
Los r¨ªos se han convertido en su mayor parte en cloacas al aire libre. Una ley del agua que en estos d¨ªas se discute en las Cortes pretende, entre otras cosas, poner coto a tal situaci¨®n.Una de las novedades m¨¢s notables de esta ley, que sustituye a otra de 1879 que hab¨ªa quedado desfasada, es la declaraci¨®n de titularidad p¨²blica de todas las aguas. Como declara su pre¨¢mbulo, al considerar los recursos hidrol¨®gicos, "( ... ) no cabe distinguir entre aguas superficiales y subterr¨¢neas. Unas y otras se encuentran ¨ªntimamente relacionadas y presentan una identidad de naturaleza y funci¨®n ( ... )". Esta unidad de titularidad es muy importante desde el punto de vista ambiental, ya que permite atacar los problemas de contaminaci¨®n partiendo de la unidad de gesti¨®n del recurso. Hasta ahora, la titularidad y la gesti¨®n de las aguas eran compartidas por una serie de particulares y de organismos p¨²blicos y asociaciones privadas que no hac¨ªan sino explotar lo que ten¨ªa el agua de aprovechable, dejando a otros los problemas y los costes de la depuraci¨®n. Muchos no estaban a las duras, aunque s¨ª a las maduras, y el resultado f¨¢cilmente comprobable han sido unos r¨ªos pestilentes, unas lagunas contaminadas por pesticidas y residuos industriales y unas aguas subterr¨¢neas en franca sobreexplotaci¨®n. Al privar a los particulares de un derecho ilimitado sobre las aguas subterr¨¢neas en sus propiedades, se pretende defender un recurso com¨²n a toda la sociedad. Se evitar¨¢, por ejemplo, la inyecci¨®n de vertidos contaminantes al subsuelo.
La ley proh¨ªbe tambi¨¦n establecer escombreras o basureros en las proximidades de cursos fluviales y ampl¨ªa la zona de servidumbre de las m¨¢rgenes para uso p¨²blico, de modo que las comunidades vegetales de ribera se ver¨¢n m¨¢s protegidas. Igualmente se proh¨ªbe la desecaci¨®n de lagunas o zonas h¨²medas sin la autorizaci¨®n de las autoridades de medio ambiente. Aunque en algunos aspectos la ley se ha quedado muy corta y es m¨¢s pol¨ªtica que t¨¦cnica, esperemos que se cumpla, l¨ªmite el actual descontrol y las aguas vuelvan a su cauce.
EL QUE CONTAMINA PAGA
Con la nueva ley se har¨¢ pagar a los contaminadores el coste de la limpieza de las aguas a trav¨¦s del llamado canon de contaminaci¨®n, por el cual los usuarios del agua no s¨®lo tendr¨¢n obligaci¨®n de realizar parte de la depuraci¨®n, sino adem¨¢s deber¨¢n pagar tasas progresivas en funci¨®n del grado de contaminaci¨®n con que devuelvan el agua al r¨ªo.
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