Las medidas de Boyer
EL CONSEJO de Ministros aprob¨® ayer una parte de las medidas de pol¨ªtica econ¨®mica que fueron anunciadas, por Miguel Boyer hace dos semanas y cuyo objetivo es conseguir una recuperaci¨®n de la actividad econ¨®mica. Se concretan en la rebaja en las retenciones sobre el ?m.puesto de la renta de las personas risicas (IRPF), la libertad de horario para los establecimentos comerciales, la desgravaci¨®n por inversi¨®n en viviendas de nueva construcci¨®n, una liberalizaci¨®n superior a la anunciada en las inversiones extranjeras y el aumento de las cantidades de divisas permitidas a los espa?oles en sus viajes al extranjero. Del paquete inicial faltan por aprobar la ley que fijar¨¢ la reducci¨®n en la tarifa del impuesto sobre la renta y la bonificaci¨®n del 50% en las cuotas de la Seguridad Social para colocaciones de j¨®venes menores de 26 a?os.En los tres primeros meses del a?o los indicadores econ¨®micos han reflejado un comportamiento de la econom¨ªa sensiblemente peor de lo que el Gobierno hab¨ªa previsto. La escasa actividad inversora, a pesar de que la excelente recuperaci¨®n en los beneficios parec¨ªa indicar que las condiciones favorables estaban creadas, intenta ser compensada con las facilidades otorgadas a la inversi¨®n procedente del exterior.
Ante este panorama, el Gobierno ha instrumentado, no sin prisas y con ciertas tensiones internas, una ser?e de medidas coyunturales cuyo fin es m¨¢s bien modesto: obtener un crecimiento del 2,5% al final del a?o, inferior en medio punto al objetivo. En el fondo, no es m¨¢s que el intento de corregir una desviaci¨®n profunda en las previsones econ¨®micas. Sin embargo, por encima de la coyuntura nacional e internacional, los principales problemas de la econom¨ªa espa?ola siguen siendo estructurales. El paro, pr¨®ximo ya a la abrumadora cifra de los tres millones de personas sin empleo, y el d¨¦ficit p¨²blico son los dos grandes retos, cuya soluci¨®n no cabe esperar de una correcci¨®n de rumbo que tendr¨¢ efectos beneficiosos, pero parciales; representar¨¢n una especie de maquillaje sobre algunas magnitudes macroecon¨®micas, pero pueden introducir tensiones a?adidas.
Estas decisiones se adelantan en un d¨ªa a la celebraci¨®n del Primero de Mayo, al que, una vez m¨¢s, los sindicatos acuden desunidos, aunque sus reivindicaciones son coincidentes. Las exigencias sindicales insisten en el tema del empleo como principal problema al que hay que poner soluciones y en su oposici¨®n al proyecto de reforma de la Seguridad Social, que prev¨¦ una reducci¨®n de las prestaciones de los pensionistas como uno de los remedios a la crisis financiera de la Seguridad Social. El sindicato socialista ha expresado claramente su intenci¨®n de mantenerse al margen de unas medidas de dif¨ªcil justificaci¨®n desde el punto de vista de los intereses sociales.
Los retoques fiscales dejan en manos de los consumidores unas rentas que, hasta ahora, ingresaba Hacienda en concepto de retenciones a cuenta del impuesto. El objetivo del Gobierno es que ese dinero (107.000 millones de pesetas) revierta hacia el consumo, con lo cual la demanda interna recibir¨ªa un apoyo adicional estimado en medio punto. Pero, te¨®ricamente, el impulso al consumo se produce eficazmente cuando aumentan significativamente las rentas medias. Las reba as en las reducciones anunciadas por el Gobierno se concentran en las rentas m¨¢s bajas y las previsiones iniciales sobre las rentas medias (entre mill¨®n y medio y 3,5 millones de pesetas al a?o) han sido recortadas al comprobar que la disminuci¨®n de ingresos para el fisco era superior en. m¨¢s de dos veces al calculado inicialmente. Para que esta medida conserve todos sus efectos beneficiosos la tarifa real del impuesto deber¨¢ verse reducida en proporciones similares, porque de lo contrario se tratar¨ªa de un cr¨¦dito al consumo a cuenta, que el ciudadano tendr¨ªa que devolver a la hora de hacer sus cuentas con Hacienda.
Tampoco el Gobierno ha definido los frenos al gasto p¨²blico para evitar que la reducci¨®n de ingresos fiscales suponga un incremento del d¨¦ficit. El retraso de las transferencias a empresas p¨²blicas permite un margen de maniobra, pero provoca problemas a?adidos a unas empresas y sectores en pleno saneamiento, con planes y programas ya suscritos para conseguir su reequilibrio financiero. Faltan, asimismo, por concretar en qu¨¦ se van a traducir los recortes en ciertas importaciones del Estado y en las compras de armamento, ante las que el electorado socialista no es insensible cuando se restan recursos de sectores de inter¨¦s social.
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