El elegante silencio de Tati
Jacques Tati sab¨ªa que muchos humoristas parlanchines hab¨ªan destrozado la herencia del cine c¨®mico mudo. El sonido aniquil¨® la pirueta gestual, el gui?o visual, y carg¨® las tintas en el chiste. Los hermanos Marx, precavidos, se repartieron los papeles y a uno de ellos le toc¨® permanecer mudo para -con el ¨²nico alivio de los bocinazos y el arpa- poder aprovechar la gracia heredada de la troupe de Sennett. Tati no regresa al cine mudo, pero s¨ª que hace perdurable el cine sin palabras, al menos palabras inteligibles. Chaplin, con el cine sonoro, tuvo que prescindir de Charlot e incluso, sin ¨¦l, tard¨® en dar la palabra a sus personajes, una palabra que buscara la sonrisa y no el mensaje (El dictador).En Mi t¨ªo, Tati inicia el tema de la f¨¢brica, la m¨¢quina y la producci¨®n para terminar con un pormenorizado apunte sobre el n¨²cleo familiar, donde todo, empezando por la visi¨®n antropom¨®rfica del chal¨¦ -esas ventanas como ojos- tiene un parentesco. El silencio de Tati es, tambi¨¦n, una forma elegante de desde?ar las ridiculeces cotidianas de quienes y de aquello que le rodean.
Lo cotidiano
Los trastos nunca han sido amigos de Tati y desde los limpiaparabrisas hasta las novedades de una feria industrial, todo se rebela o se r¨ªe del hombre, aparente y fr¨¢gil due?o de ellos.El ¨¦xito que Jacques Tati logr¨® con Mi t¨ªo no se mantuvo a lo largo de su carrera. Al final, casi sobrevivi¨® de encargos alimenticios. La risotada y la obviedad desplazaron la callada -que no muda- mirada de este gran c¨®mico. En Mi t¨ªo hay una aut¨¦ntica antolog¨ªa de secuencias punteras. No se plantea el dearrollo de una trama nuclear sino la descripci¨®n maliciosa de un clima, de lo habitual, de lo cotidiano, por lo que la sonrisa ha de doler m¨¢s a quienes se tomen en serio los peque?os absurdos de cada d¨ªa. Reconocerse en ellos es algo muy f¨¢cil, si se acepta que el humor es un espejo, deformante, pero que devuelve tu propia imagen.
Mi t¨ªo se emite hoy a las 20.00 horas por TVE-2.
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