El reclamo del inter¨¦s en forma de regalo
?Compensa ingresar unos ahorros a cambio de una cuberteria que no se necesita?
Un acuerdo ha puesto fin en la comunidad vasca a las ofertas financieras con regalo que las cajas de ahorro mantuvieron durante varios a?os.No cabe duda que una de las razones que les condujeron a una coincidencia total en la fecha de su cancelaci¨®n fue el proyecto de una ley sobre r¨¦gimen fiscal de determinados activos financieros.
El art¨ªculo segundo de este proyecto, que tal vez se apruebe poco antes o justo despu¨¦s de las vacaciones parlamentarias de verano, observa que el pagador de los intereses, es decir, las cajas de ahorro, vendr¨¢ obligado a practicar retenci¨®n sobre los mismos, al 18%, en el momento que se entrega el regalo. Por tanto, bancos, cajas de ahorro y dem¨¢s entidades financieras que abonen el capital de los intereses mediante cualquier tipo de retribuciones en especie vendr¨¢n obligados a ingresar, a cuenta del Impuesto sobre la Renta de las Personas F¨ªsicas o del Impuesto sobre Sociedades del perceptor, el 18%. de dichos rendimientos.
Cambiar el inter¨¦s en met¨¢lico de un capital impuesto a plazo fijo, a cobrar anualmente, por un regalo o producto en especie, fue la f¨®rmula que las entidades de cr¨¦dito y ahorro adoptaron all¨¢ por el a?o 1982 con la pretensi¨®n de retener la salida de dinero hacia f¨®rmulas de mayor remuneraci¨®n. Esta decisi¨®n de las entidades de ahorro puede deberse a la liberalizaci¨®n del mercado financiero a largo plazo, a la p¨¦rdida del valor real del dinero, fruto de la inflaci¨®n, y a la acci¨®n de los organismos p¨²blicos y parap¨²blicos que, con ofertas tales como deuda p¨²blica, bonos, pagar¨¦s del Tesoro, ofrec¨ªan intereses mucho m¨¢s elevados.
Ante todo esto, el ahorrador se dej¨® seducir por las imposiciones a plazo con regalo de las cajas de ahorro y entidades bancarias. El regalo ten¨ªa atractivas ventajas en contraposici¨®n al cobro de peque?as cantidades l¨ªquidas como inter¨¦s. Por ejemplo, el pago de los intereses se hace inmediatamente, sin esperar a la liquidaci¨®n semestral o anual; asimismo, el art¨ªculo-regalo se valora por el ahorrador al precio que se encuentra dicho producto en el mercado; y, finalmente, las retenciones del impuesto sobre la renta afectan exclusivamente -hasta que se apruebe la ley- a los baj¨ªsimos intereses en met¨¢lico que marginalmente acompa?an a la percepci¨®n del regalo, como, por ejemplo, un 0,1%.
Estos factores han inducido al consumidor a acercarse a dichas ofertas financieras. La diversidad de las mismas ha hecho que se estuvieran ofreciendo por imposiciones de 100.000, 200.000 o 300.000 pesetas a uno, dos o tres a?os m¨¢quinas de coser el¨¦ctricas, m¨¢quinas de escribir, cuberter¨ªas, vajillas, bicicletas, equipos hi-fi, incluso, hasta coches utilitarios.
Al calcular la rentabilidad anual bruta de esas ofertas a plazo con regalo, el ahorrador se puede encontrar con intereses no esperados. En algunos casos no llegan al 10%, otros lo sobrepasan bastante y algunos, incluso, pueden dispararse. La rentabilidad est¨¢ calculada dividiendo el valor del art¨ªculo en el mercado por los a?os exigidos a la imposici¨®n y por el dinero impuesto a plazo m¨¢s la suma a los intereses ofertados en met¨¢lico.
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