Las quiebras y suspensiones de pagos empiezan a bajar claramente, despu¨¦s de muchos a?os de aumento
El n¨²mero de quiebras y suspensiones de pagos, al Igual que el volumen de recursos afectados, ha disminuido claramente durante 1984, por primera vez en varias d¨¦cadas, seg¨²n los datos comunicados por los juzgados de toda Espa?a al Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE). Este fen¨®meno, ya esbozado con timidez en 1983, ha contribuido a un menor crecimiento de los morosos de la banca, que en los ¨²ltimos a?os sufri¨® notables aumentos. El ajuste de la econom¨ªa espa?ola parece haber causado este descenso de la siniestrabilidad.
Adem¨¢s de disminuir la importancia de los concursos, en 1984 fueron levantadas varias de las grandes suspensiones de pagos declaradas en 1983, como la del grupo p¨²blico Alumina-Aluminio, la de la multinacional Westinghouse y la de Bruguera-Libresa. Tambi¨¦n se sentaron las bases para el convenio en la papelera Torras Hostench. Pero hubo otras suspensiones de considerable dimensi¨®n, como las de General El¨¦ctrica Espa?ola (segunda multinacional de bienes de equipo que recurre a esta medida, con 12.700 millones de pasivo), CECSA-Consumo (¨²ltima firma espa?ola de televisores, con 7.069 millones de pesetas de deudas) y el grupo editorial Oc¨¦ano (2.167 millones de deudas).Seg¨²n los datos del INE, el n¨²mero de suspensiones de pagos declaradas en 1984 (en total 729) ha bajado un 14,4% respecto a las del ejercicio anterior (841). La ca¨ªda ha sido todav¨ªa mayor -concretamente del 31,7%- si se comparan los pasivos de las empresas afectadas (deudas y capitales propios o reservas). Este dato es el m¨¢s significativo, debido a que las deudas en suspensi¨®n inciden sobre otras empresas y personas: la clientela, la banca, los trabajadores e incluso el Estado y la Seguridad Social.
Falta de liquidez
En conjunto, los pasivos implicados han sumado 118.198 millones de pesetas, frente a los 170.496,5 millones contabilizados durante 1983. Igualmente, el total de los activos (instalaciones, mercanc¨ªas, etc¨¦tera) ha bajado un 29,2%, desde 291.221 millones de pesetas en 1983 a 170.496,5 en el ¨²ltimo ejercicio.Tambi¨¦n las quiebras declaradas -normalmente, por situaciones arrastradas de a?os anteriores- han acusado ciertos descensos, aunque de menor magnitud que los de suspensiones de pagos. Durante 1984 han sido 149, un 6,3% menos que en 1983. Los activos de las empresas quebradas descendieron un 47,7% (desde 16.630 a 10.362 millones de pesetas). No obstante, los pasivos han sido todav¨ªa un 3,9% superiores (19.649 millones en el ¨²ltimo a?o, frente a los 18.913 millones del anterior).
El conjunto de las quiebras y suspensiones de pagos ya hab¨ªa registrado un t¨ªmido descenso en 1983, facilitado porque 1982 fue el de la suspensi¨®n del grupo p¨²blico Alumina-Aluminio, con unos 100.000 millones de pesetas de pasivo. Pese a esa distorsi¨®n en las comparaciones, los 189.000 millones de capital y deudas afectados por concursos quedaron muy pr¨®ximos a los 200.239 millones de 1982.
De las 729 suspensiones de pagos, 532 (casi el 73%) alegaron como causa desencadenante la falta de liquidez. En 1983 este motivo fue citado en el 68% de los casos. La escasez de demanda y, a mayor distancia, la baja de productividad adquirieron menor importancia. En cuanto a las propuestas de soluci¨®n de los concursos, se mantiene con respecto a a?os anteriores un amplio dominio de las destinadas a que los acreedores esperen a cobrar las deudas durante un plazo de hasta tres a?os. Tambi¨¦n persiste la m¨ªnima presencia de las propuestas de quita (recuperar s¨®lo una parte de la deuda).
El aumento relativo en el n¨²mero de expedientes motivados por la falta de liquidez contrasta con la impresi¨®n, recogida en medios financieros, de que la mejora en los resultados empresariales durante los ¨²ltimos a?os, y un menor recurso al cr¨¦dito como forma de financiar la actividad, han contribuido a moderar la siniestrabilidad. Seg¨²n fuentes del INE, los datos de los juzgados no pueden ser utilizados para confirmar o refutar dicha impresi¨®n, aunque a nivel de hip¨®teis es l¨®gico que hayan influido tanto los altos niveles de siniestrabilidad de a?os anteriores como la mejora de excedentes empresariales (aumento del 22% en 1984, seg¨²n el avance de la Contabilidad Nacional).
Los morosos
Por otra parte, los balances facilitados por la banca privada al Banco de Espa?a indican que el valor de los morosos s¨®lo creci¨® el pasado a?o un 2,4%. Aunque tambi¨¦n desaceler¨® algo su aumento, el conjunto del riesgo calificado por los propios bancos como moroso, en litigio o de cobro dudoso, todav¨ªa se increment¨® durante 1984 un 11,4%, pasando de 604.000 a 673.000 millones de pesetas.As¨ª, las provisiones frente a insolvencias detra¨ªdas de la cuenta de resultados por los bancos, que son deducibles del impuesto sobre beneficios, han aumentado de nuevo un 30,2% (desde 311.000 a 405.000 millones de pesetas). Ahora estas ¨²ltimas representan el 60,27. del riesgo moroso o de dudoso cobro frente al 51,5% a finales de 1983.
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