Christine Noestlinger: "Los ni?os buenos me parecen espantosos"
La escritora austriaca ha participado en la Semana de Literatura Infantil de Elche
La escritora austriaca Christine Noestlinger, premio Andersen 1984, ha participado, junto con otros autores espa?oles, en la II Semana de Literatura Infantil de Elche, clausurada el lunes. Partidaria de una escuela no represiva, distinta a la actual, Christine Noestlinger, 49 a?os, se manifiesta marxista ut¨®pica, muy pr¨®xima a Ivan Illich, autor de La escuela ha muerto, y considera que "los ni?os buenos son espantosos".
Christine Noestlinger, creadora del personaje Konrad, o el ni?o que sali¨® de una lata de conservas, ha escrito 60 libros para ni?os, de los cuales s¨®lo seis est¨¢n traducidos al castellano. Cuando el a?o pasado recibi¨® en Chipre el premio Andersen, no dud¨® en rascar con sus u?as la fina capa de oro de la medalla honor¨ªfica que recibi¨®, para satisfacer su curiosidad de ni?a y comprobar que otro metal menos noble aparec¨ªa ante sus ojos con rapidez.La escritora austriaca ha participado, junto con otros autores espa?oles, en la Segunda Semana de Literatura Infantil de Elche, en la que unos 2.000 escolares han jugado a leer. El pasado domingo, d¨ªa 12, regres¨® a su granja cercana a Viena, acompa?ada de su novio, al que ama pero con quien no quiere casarse, para seguir trabajando en un gui¨®n de cine para adultos titulado Una gorda con talla. Diariamente seguir¨¢ escribiendo 100 l¨ªneas para un peri¨®dico vien¨¦s, abordando desde una perspectiva sat¨ªrica los asuntos cotidianos de la vida.
La ganadora del premio Andersen 1984 empez¨® a escribir hace unos 20 a?os. Antes estudi¨® dise?o gr¨¢fico. En su primer matrimonio tuvo dos hijos y ejerci¨® como ama de casa. En 1968 apareci¨® su primer libro, Federica roja como el fuego, desconocido en Espa?a. Un libro pol¨ªtico para ni?os, imbuido del pensamiento marxista ut¨®pico que profesa. "El libro no fue comprendido aunque fue muy bien recibido en Alemania porque era una ¨¦poca pol¨ªticamente distinta a la actual", comenta Christine Noestlinger. La falta de comprensi¨®n de los niveles de sus libros -la historia fantasiosa en s¨ª y las ideas profundas que pretende transmitir a trav¨¦s de ¨¦sta- es una constante en algunos de sus trabajos. "Los libros que yo m¨¢s estimo no se conocen en Espa?a", afirma Christine Noestlinger, "pero es que en Alemania y en Austria tampoco han sido acepta dos por la sociedad".
A trav¨¦s de su programa semanal en la televisi¨®n austriaca, Christine Noestlinger tiene acceso a todas las novedades europeas que aparecen en el campo de la literatura infantil; "sin embargo", dice, "nunca ha llegado hasta mi mesa un libro espa?ol para ni?os". Su obra preferida de todos los tiempos es La roja Zora y su banda, del alem¨¢n Held, un libro de los a?os treinta. De la literatura espa?ola que conoce s¨®lo se atreve a recomendar para los ni?os lecturas de Garc¨ªa Lorca.
La fantas¨ªa de Ende
Adem¨¢s de Konrad, o el ni?o que sali¨® de una lata de conservas, los ni?os espa?oles conocen Me importa un comino el rey Pepino, que es la obra que mayor popularidad le ha dado. Y tambi¨¦n Filo entra en acci¨®n, considerado por su autora como "un alimento para los ni?os". Christine Noestlinger considera que "los ni?os buenos son espantosos" y esa idea est¨¢ tambi¨¦n presente en un tercer libro conocido en Espa?a, Rosalinde, cuya principal virtud radica en que "el ni?o que lo lea tiene solamente que pensar para pas¨¢rselo bien".En Espa?a se vive en la actualidad un cierto inter¨¦s por la literatura infantil alemana, auspiciado tal vez por autores como Michael Ende y su Historia interminable. Christine Noestlinger considera que esta literatura ya est¨¢ desfasada en la Rep¨²blica Federal de Alemania, "donde en los ¨²ltimos cinco a?os se ha vuelto a esquemas mucho m¨¢s conservadores y tradicionales, m¨¢s de derechas, en la literatura infantil". La ganadora del premio Andersen 1984 no es partidaria de la fantas¨ªa de Ende "por que la fantas¨ªa debe estar sujeta al progreso humano y esto no lo encuentro en sus obras". En cambio, no esconde sus preferencias por autores como Peter Hartling y Peter Bischel, o el ilustrador Janosch, del que ideol¨®gicamente se encuentra muy lejana.
Cristine Noestlinger piensa que "s¨®lo cambiando la educaci¨®n puede conseguirse una sociedad de hombres m¨¢s libres", y aunque no conoce ning¨²n pa¨ªs donde el socialismo -se haya realizado como tal -"y eso es lamentable", a?ade la escritora-, manifiesta estar muy de acuerdo con las tesis de Lenin sobre educaci¨®n a trav¨¦s del trabajo y de la investigaci¨®n. "La educaci¨®n", dice, "no puede atontar a los ni?os como ocurre hoy en d¨ªa".
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