Llega Claude Chabrol, un cronista ir¨®nico de la 'Francia profunda'
El director present¨® su ¨²ltimo filme, 'Poulet au vinaigre', en la secci¨®n oficial
El festival de Cannes ha entrado en su recta final con todos los pronunciamientos favorables: la calidad media de las pel¨ªculas es aceptable, las estrellas francesas dominan los escaparates de la Croisette. El legendario actor norteamericano James Stewart ha llegado a Cannes para asistir a la clausura, y las inevitables starlettes posan para los fot¨®grafos, las an¨¦cdotas se suceden y permiten a los periodistas llenar p¨¢ginas contando, por ejemplo, que Ben Chandi Kingsley fue desvalijado en el momento mismo de poner los pies en la estaci¨®n de Cannes, o que Claude Chabrol, cronista ir¨®nico de la Francia profunda, parece un provinciano.
Tambi¨¦n puede uno admirarse ante las r¨¦plicas descaradas de Juliette Binoche -"?Acaso no le gustan a usted mis nalgas?" fue su respuesta a quien le recriminaba que se pasara su rendez-vous desnud¨¢ndose-, y adem¨¢s ahora brilla el sol, circunstancia meteorol¨®gica que agradecen tanto los mirones entusiastas que se agolpan a la entrada del palacio del festival, como las actrices, que as¨ª pueden sacar del armario el modelito exclusivamente pensado para estas ocasiones.Otros, como el veteran¨ªsimo actor franc¨¦s, con sus 93 a?os a cuestas, Charles Vanel -recu¨¦rdese su premiad¨ªsima actuaci¨®n en El salario del miedo, de Henri-Georges Clouzot- aprovechan el buen tiempo para salir a pasear y contemplar con ojitos burlones las caras de sue?o de los forzados de la cr¨®nica, condenados a deglutir una parte de los 15.000 kil¨®metros de pel¨ªculas que se proyectan en estos 12 d¨ªas de Cannes.
Tambi¨¦n aparecen noticias que resultan un tanto incre¨ªbles, como esa de que Menahem Golan consigui¨® que el director de Je vous salue Marie, Jean-Luc Godard, le firmara un contrato para dirigir una versi¨®n de El rey Lear de Shakespeare en la que el rey ser¨¢ ni m¨¢s ni menos que Marlon Brando y el buf¨®n Woody Allen. La verdad es que ni santa Rita parece capaz de hacer este milagro contra natura.
Quien s¨ª tiene dominado todo lo que la naturaleza del hombre es capaz de hacer es Claude Chabrol, cronista distinguido de la vida de provincias en Francia, en esa "Francia profunda" de la que tanto se vanagloriaba el ex presidente franc¨¦s Valery Giscard d'Estaing. Poulet au vinaigre, su ¨²ltima pel¨ªcula -que se presenta en la selecci¨®n oficial a concurso-, es una nueva entrega de ese intento de pintura global de inspiraci¨®n balzaciana que ha dado t¨ªtulos excelentes, como Juste avant la nuit o Le boucher.
Humor fr¨ªo
Nos encontramos en este filme el mismo humor fr¨ªo presidi¨¦ndolo todo, la misma mirada de analista provisto de microscopio que observa las barbaridades de sus personajes, el mismo talento para captar la realidad y saber pasar de lo m¨¢s concreto a lo general. En Poulet au vinaigre no falta el polic¨ªa gastr¨®nomo, sonriente y s¨¢dico, ni tampoco los asesinatos, y Chabrol lo cuenta todo muy bien, sin pretensiones, modestamente, pero con exactitud.Con el tiempo, la trayectoria de Chabrol, a priori pr¨®xima a Hitchcock, se acerca cada vez m¨¢s a la de un Fritz Lang que hubiera sustituido su idea de predestinaci¨®n por la mec¨¢nica de las interrelaciones. Todos los personajes esp¨ªan y a su vez son espiados, quedan integrados dentro del engranaje de las convenciones, est¨¢n obligados a comportarse de acuerdo con su condici¨®n social, pero tambi¨¦n mantienen una doble vida, la aparente y la criminal, que tanto divierte a Chabrol.
Cannes posee un cierto poder para imponer modas, consagrar valores y desvalorizar consagrados, y esa fuerza no se aplica tan s¨®lo a actores y directores, sino tambi¨¦n a temas y naciones. El cine espa?ol, que despu¨¦s de la muerte de Franco se hab¨ªa convertido en una de las vedettes festivaleras, ha visto este a?o c¨®mo Cannes optaba por relegarlo con la complicidad de la Prensa local.
Paternalismo
Su ausencia, como la alemana o la sovi¨¦tica, ha sido interpretada no como una maniobra de la direcci¨®n y los seleccionadores del certamen, sino como hija de una situaci¨®n de mercado en el que s¨®lo franceses y norteamericanos mantienen sus posiciones, unos simbolizando la potencia cultural de la producci¨®n surgida de una pol¨ªtica, los otros como imagen de la Creatividad capitalista.La f¨®rmula tiene en cuenta la satelizaci¨®n y permite colar pel¨ªculas egipcias y portuguesas porque est¨¢n coproducidas por el Ministerio de Cultura franc¨¦s, o cintas brit¨¢nicas porque, aparte de su peso espec¨ªfico, est¨¢n hermanadas, econ¨®mica y mitol¨®gicamente -en Insignificance se juega con Marilyn Monroe, el senador McCarthy, etc¨¦tera-, a Estados Unidos.
El cine argentino, con La historia oficial, o la actualidad nicarag¨¹ense, con Latino, son las alternativas a la atenci¨®n que antes se dedicaba a espa?oles y germanos, encumbrando a cineastas como Saura, Erice, Schlondorf, Guti¨¦rrez Arag¨®n, Schroeter, Camus o Sybeberg.
Ahora, por razones de actualidad, de esnobismo pol¨ªtico y cultural, y qui¨¦n sabe si por conveniencia, ya que tampoco es sensato dejar crecer demasiado a los competidores, los latinoamericanos tienen preferencia. Es una actitud de comprensible paternalismo, de curiosidad con los pueblos y culturas que logran salir de un per¨ªodo dictatorial.
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