Vernon Walters
Un general retirado, especializado en misiones especiales, embajador norteamericano en las Naciones Unidas
El veterano diplom¨¢tico Vernon Walters fue confirmado en la madrugada de ayer por el Senado norteamericano, de forma un¨¢nime y en votaci¨®n oral, como embajador de Estados Unidos en las Naciones Unidas. Walters sustituye a la conservadora Jeane Kirkpatrick, quien hab¨ªa presentado hac¨ªa meses su dimisi¨®n. El nuevo embajador estuvo en Espa?a en 1959 acompa?ando al presidente Eisenhower, sirvi¨¦ndole entonces como traductor en las conversaciones que mantuvo con Franco y que consolidaron la dictadura en Espa?a. Recientemente ha vuelto a Madrid en una discreta misi¨®n informativa, enviado por Ronald Reagan.
Entre viaje y viaje ha pasado una generaci¨®n, y Vernon Walters ha seguido haciendo lo mismo: misiones silenciosas para llegar a donde no llegan ni los secretarios de Estado ni los embajadores acreditados en los distintos pa¨ªses. Viaja siempre en vuelos comerciales, reside en hoteles, en Madrid le gusta el Ritz, y casi nunca utiliza la cobertura de las embajadas estadounidenses. Nacido en Nueva York y educado en colegios cat¨®licos de Francia y el Reino Unido, Walters presume de pasar las aduanas con un pasaporte normal y siempre con su nombre real.Este general, que nunca mand¨® ninguna unidad, y que dej¨® los estudios a los 16 a?os para entrar en el Ej¨¦rcito, tiene un acceso especialmente bueno a los militares espa?oles y a las personalidades de la derecha que conoce desde la ¨¦poca del antiguo r¨¦gimen, pero su peso como enviado de la Casa Blanca es tan grande que puede hablar con quien se proponga. Pol¨ªticamente, es muy conservador y decididamente anticomunista. Calific¨® en una ocasi¨®n a la guerra de Vietnam como "una de las m¨¢s nobles y desinteresadas de la historia americana".
Su lenguaje puede ser muy directo, pero tras su aspecto de rudeza se esconde una fuerte humanidad y un aut¨¦ntico car¨¢cter.
S¨®lo al servicio de Reagan, Walters ha recorrido 100 pa¨ªses, volando 100.000 millas. Las banderitas de todas estas naciones est¨¢n en su despacho del sexto piso del Departamento de Estado. Para realizar este trabajo hay que dominar como ¨¦l lo hace siete idiomas. Es el extremo opuesto al personaje de James Bond: soltero, no fuma, bebe muy poco y su ¨²nica debilidad conocida es comer buenos chocolates.
Fue el encargado de volar a Buenos Aires y advertir al general Galtieri que Estados Unidos apoyaba plenamente al Reino Unido en la guerra de las Malvinas. En los primeros meses de la Administraci¨®n Reagan vio en La Habana a Fidel Castro durante seis horas para explorar las posibilidades de mejorar las relaciones. El l¨ªder cubano le dijo que ambos hab¨ªan estudiado en los jesuitas, a lo que Walters respondi¨® que era cierto, pero que ¨¦l "continuaba siendo fiel". Walters tuvo que parar los pies al l¨ªder ultraderechista salvadore?o Roberto d'Aubuisson cuando surgieron los rumores sobre un compl¨® para asesinar al embajador norteamericano es San Salvador.
Este diplom¨¢tico solitario, que recibi¨® en sus hombreras las estrellas de coronel, en 1960, de manos de los generales Eisenhower y De Gaulle, ha estado presente en todos los acontecimientos importantes desde la II Guerra Mundial. Entr¨® en Roma con las tropas aliadas como ayudante del general Clark. Fue ayudante de Averell Harriman en la guerra fr¨ªa. Asisti¨® a la tensa entrevista entre el presidente Truman y un insubordinado general Mac Arthur en el Pac¨ªfico, y en 1958 estuvo a punto de ser linchado, en Caracas, junto con el entonces vicepresidente Nixon.
En 1964 era el agregado militar en Brasil cuando se produjo el golpe del Ej¨¦rcito que acab¨® con la democracia y el Gobierno Goulart. Las acusaciones sobre su participaci¨®n en el golpe nunca pudieron ser probadas.
Una de sus especialidades es Marruecos. Cuando el actual rey Hassan, entonces pr¨ªncipe heredero, ten¨ªa 13 a?os, en 1942, Walters le dio un paseo en un carro de combate. Desde entonces, su acceso a los palacios del monarca alau¨ª ha sido libre y constante.
Uno de los mayores ¨¦xitos diplom¨¢ticos de Walters fue, a finales de los sesenta y principios de los senenta, la organizaci¨®n de los viajes secretos de Henry Kissinger a Par¨ªs para entrevistarse con los norv¨ªetnamitas para tratar de poner fin a la guerra de Vietnam. Walters, entonces agregado militar en la capital francesa, utiliz¨® el avi¨®n del presidente Pompidou para colar a Kissinger en Francia.
Walters vivi¨® el momento m¨¢s dif¨ªcil en su carrera cuando fue nombrado por Nixon subdirector de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), y el jefe del Gabinete de la Casa Blanca, Haldeman, y el consejero presidencial John Dean trataron de que la agencia tapara a los fontaneros del Watergate. En un primer momento, Haldeman consigui¨® enga?ar a Walters, pero ¨¦ste reaccion¨® y amenaz¨® con dimitir si se implicaba a la CIA, a la que consigui¨® mantener fuera del esc¨¢ndalo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.