Camar¨®n los vuelve locos
Y estuvo Camar¨®n. Esta vez s¨ª, sin suspense ni nerviosismos generados por la incertidumbre. Apenas Manolo Fern¨¢ndez termin¨® sus encendidas y fervorosas palabras de presentaci¨®n, y ya el Palacio de los Deportes era una fiesta. La gitaner¨ªa hab¨ªa acudido en masa, y no hab¨ªa forma de que estuvieran quietos en sus asientos, se levantaban, quer¨ªan acercarse al estrado y los servicios de orden hubieron de multiplicarse para evitar lo que al fin fue inevitable: la invasi¨®n de los espacios pr¨®ximos al escenario. Camar¨®n los vuelve locos.Pero no estuvo solo el de la Isla, por supuesto. Enrique Morente, pese al obst¨¢culo de que su cante no es el que mejor conecta con la clase de p¨²blico all¨ª predominante, tuvo una buena actuaci¨®n, muy sentida, profundizando en las ton¨¢s, en las grana¨ªnas, en las soleares, aligerando por aires de Huelva y en las bamberas-tangos en homenaje a Lorca.
Conciertos de San Isidro
Cante: Enrique Morente, Lole y Manuel Camar¨®n. Cante y baile: Los Montoya. Toque: Pepe Habichue¨ªa, con Juan Carmona y los hermanos Losada; Tomatito, Ni?o Jero, Diego Carrasco. Palacio de los Deportes. Madrid, 16 de mayo.
Lole y Manuel hicieron uno de sus recitales cl¨¢sicos. En definitiva, lo que ellos hacen es dulcificar lo flamenco, quitarle aspereza, y tomar en pr¨¦stamo otras formas musicales m¨¢s en consonancia con nuestra ¨¦poca. Quiz¨¢ ah¨ª radica el secreto de su notable impacto popular, especialmente en las masas j¨®venes. Como de alguna manera queda la referencia a lo jondo -alegr¨ªas, buler¨ªas, tangos, distorsionados, ciertamente, pero que ah¨ª est¨¢n-, la experiencia puede ser valiosa porque acerca a este arte a gentes que de otra manera nunca lo comprender¨ªan. Buen triunfo el de esta singular pareja, con un cante en solitario por buler¨ªas de Manuel extraordinario.
?xito de los Montoya
Los Montoya repitieron tambi¨¦n sus actuaciones recientes, con su garra habitual, su fuerza que a veces desborda los l¨ªmites de lo razonable, vulgarizando un arte buleariero lleno de gracia y gitaner¨ªa. El toque endiablado y riqu¨ªsimo, en los palos festeros, de Periqu¨ªn Jero y Diego Carrasco contribuy¨® de forma terminante a su ¨¦xito.
El toque de guitarra ray¨® a gran altura en toda la noche, con Habichuela y Tomatito en vena, aunque la megafon¨ªa anul¨® pr¨¢cticamente los tonos graves y c¨¢lidos, dej¨¢ndonos s¨®lo un sonido agudo, met¨¢lico, incluso hiriente.
Y Camar¨®n, en fin, con ganas de abreviar, de irse r¨¢pido, pese a lo cual nos dej¨® un cante portarantos grandioso, tres por buler¨ªas llenos de jondura, alegr¨ªas y fandangos. Camar¨®n tiene un instinto especial para conjurar los duendes en su cante. ?El genio? S¨ª, seguramente.
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