Las fuerzas sociales discuten en Italia si habr¨¢ refer¨¦ndum sobre la escala m¨®vil

La posibilidad de que el 9 de junio los italianos tengan que volver a las urnas, convocados para votar en el refer¨¦ndum sobre la escala m¨®vil -mecanismo mediante el cual se revisan autom¨¢ticamente cada dos meses los aumentos salariales seg¨²n el ¨ªndice de la inflaci¨®n-, ha provocado reuniones maratonianas entre las fuerzas pol¨ªticas, el empresariado y los sindicatos. La decisi¨®n sobre si habr¨¢ o no consulta popular se dilucidar¨¢ probablemente ma?ana.
Se trata del refer¨¦ndum promovido por el partido comunista contra el decreto del Gobierno de Bettino Craxi del 14 de febrero del a?o pasado, con el que se recort¨® en cuatro puntos la escala m¨®vil. La repercusi¨®n concreta de aquel decreto fue la disminuci¨®n de 2.000 pesetas netas en los sueldos.El Gobierno justific¨® esta medida tan impopular afirmando que era el ¨²nico modo de poder contener la inflaci¨®n y que, en definitiva, los trabajadores habr¨ªan recuperado con la disminuci¨®n de la inflaci¨®n lo que se les quitaba por decreto.
Pero en aquella ocasi¨®n hubo mucha tensi¨®n pol¨ªtica porque el decreto se aprob¨® contra la voluntad de una parte de los sindicatos, concretamente contra los comunistas de CGIL, el gremio sindical m¨¢s numeroso de este pa¨ªs, mientras los socialistas de dicho sindicato rompieron la unidad del gremio para ponerse de la parte del Gobierno.
Estaba a¨²n en vida Enrico Berlinguer. Era el momento de mayor fricci¨®n entre el partido comunista y el Gobierno Craxi, al que el l¨ªder comunista hab¨ªa calificado de "el peor de esta Rep¨²blica". Y fue Berlinguer quien decidi¨® promover el refer¨¦ndum para anular el decreto del Gobierno. Fallecido Berlinguer, el PCI se sinti¨® en la obligaci¨®n de llevar adelante la iniciativa.
Hubo quien intent¨® anularlo como anticonstitucional, pero el Tribunal Supremo lo consider¨® leg¨ªtimo. Desde entonces ha estado en marcha una febril actividad a todos los niveles para buscar una soluci¨®n que no dividiera en dos al pa¨ªs, a los trabajadores y al propio sindicato. Pero el tiempo se ha echado encima sin que se haya logrado encontrar una salida. En el fondo posiblemente nadie quiera hoy hacer este refer¨¦ndum, ni los mismos comunistas.
En las ¨²ltimas 48 horas, el ministro de Trabajo, el socialista Gianni de Micheles, ha estado casi continuamente reunido con el empresariado, con los sindicatos y con el Gobierno, en mesas separadas, para buscar una soluci¨®n. Tambi¨¦n se ha reunido el pleno de los empresarios privados, con Gianni Agnelli en primera fila. Y los sindicatos, por su cuenta. Lo ¨²nico que se ha decidido por el momento es que, si ma?ana por la noche se ha encontrado un remedio, el refer¨¦ndum se har¨¢. Pero ser¨¢ otra batalla campal. Porque dentro del Gobierno no todos,los partidos est¨¢n de acuerdo en c¨®mo proceder.
Craxi, de acuerdo con los radicales y con el sindicato democristiano CISL, ha propuesto, aconsejar a los ciudadanos que no acudan a las urnas para que no pueda alcanzarse el porcentaje de votantes necesario para la validez de la consulta, mientras los democristianos y republicanos, dentro del mismo Gobierno, prefieren que se vote en contra, pero que se vote.
S¨®lo un milagro podr¨ªa conseguir que en 24 horas se llegase a un acuerdo para una revisi¨®n total de la pol¨ªtica salarial capaz de evitar el refer¨¦ndum. El ministro De Micheles cre¨ªa ayer a¨²n en dicho milagro. Los comunistas dudan ya de la posibilidad de evitarlo, aunque para ellos el refer¨¦ndum se ha convertido en un arma de dos filos: si lo ganan, podr¨ªa ser una revancha al fracaso de las ¨²ltimas elecciones; pero, si lo pierden, dos reveses en un mes podr¨ªan serles pol¨ªticamente nefastos.
Para ellos, el refer¨¦ndum es, sin embargo, algo m¨¢s que la posibilidad de anular un decreto del Gobierno Craxi: se trata, dicen, de obligar al Gobierno a cambiar radicalmente la pol¨ªtica econ¨®mica y salarial.
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