La concesi¨®n de fondos por el Congreso no despeja el peligro de invasi¨®n de Nicaragua
El presidente Ronald Reagan se manifest¨® ayer "muy feliz" por la luz verde dada por el Congreso para su pol¨ªtica de presi¨®n dirigida a lograr un cambio de Gobierno en Nicaragua. Pero la victoria parlamentaria no despeja las dudas sobre si 27 millones de d¨®lares (unos 4.500 millones de pesetas) para los contra ser¨¢n suficientes o simplemente presagian una acci¨®n que puede acabar con alg¨²n tipo de intervenci¨®n directa estadounidense. Para los 184 representantes que se opusieron al presidente, el voto "abre la puerta a una implicaci¨®n militar m¨¢s profunda".El presidente ha logrado que la C¨¢mara de Representantes, dominada por los dem¨®cratas, cambie radicalmente de opini¨®n, en s¨®lo un mes, tras prometer que no persigue el derrocamiento de los sandinistas mediante una intervenci¨®n militar y que desea reanudar el di¨¢logo con Managua. Reagan, al menos sobre el papel, parece haber olvidado que hace s¨®lo unos meses afirm¨® que los sandinistas deb¨ªan "rendirse". El presidente de la C¨¢mara de Representantes, el dem¨®crata Tip O'Neill, dijo que "el presidente ha repudiado su propia pol¨ªtica hacia Nicaragua" y el Congreso har¨¢ lo necesario para que no vuelva a, desdecirse. Para O'Neill, sin embargo, "Reagan no descansar¨¢ hasta que nuestros marines logren una victoria completa en Nicaragua". "?l (Reagan) se ve desfilando por Broadway, con el confeti cayendo desde los rascacielos, con una gran sonrisa, como un actor de la serie B, volviendo a casa como un h¨¦roe", dijo O'Neill.
La Administraci¨®n estima ahora que la presi¨®n de los rebeldes sobre el Gobierno nicarag¨¹ense ser¨¢ suficiente para que Daniel Ortega ceda y acepte compartir el poder con las fuerzas que tratan de derribarle por las armas. Esta visi¨®n optimista no es compartida por el Pent¨¢gono, cuyos expertos no creen posible que los contra tengan la capacidad para inquietar seriamente a los sandinistas y, mucho menos, para obligarles a dejar el poder.
A¨²n es necesario que una conferencia Senado-C¨¢mara de Representantes llegue a un acuerdo entre sus dos propuestas, que difieren en la intervenci¨®n o no de la CIA en el proceso.
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