Hiroshima y Nagasaki piden que el mundo reflexione sobre los riesgos de un desastre nuclear

Los habitantes de las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki preparan importantes actos conmemorativos del 40? aniversario de las explosiones de dos bombas at¨®micas que el 6 y el 9 de agosto de 1945, respectivamente, lanz¨® Estados Unidos como primera prueba del poder¨ªo destructivo nuclear, a fin de obligar a la capitulaci¨®n de Jap¨®n en la Il Guerra Mundial. "Queremos que sea un acto de reflexi¨®n mundial sobre los riesgos que estamos viviendo de una aniquilaci¨®n total de la civilizaci¨®n" ha manifestado recientemente el alcalde de Hiroshima, Takeshi Araki.

Se trata tambi¨¦n de un acto en memoria de las 200.000 v¨ªctimas de Hiroshima y las 140.000 de Nagasaki (nunca pudieron cifrarse con exactitud), que perecieron en los d¨ªas, semanas, meses y a?os consecutivos a los dos primeros y ¨²nicos bombardeos at¨®micos de la historia."No queremos que haya nunca m¨¢s Hiroshimas", comenta en la alcald¨ªa Takeshi Araki, superviviente de la tragedia. Pero Araki es pesimista para el futuro de la humanidad cuando cifra el actual potencial at¨®mico en, ni m¨¢s ni menos, que unas 50.000 cabezas nucleares, comparativamente 1.600.000 veces superiores a la capacidad destructiva de la minibomba que borr¨® pr¨¢cticamente del mapa a Hiroshima, una ciudad de casi 400.000 habitantes, en el verano de 1945. Y tambi¨¦n, cuando comenta que los estrategas militares consideran como simples "bombas at¨®micas t¨¢cticas" artefactos nucleares con poder destructivo 10 veces superior a los lanzados sobre Hiroshima y Nagasaki.

Desde 1949, el 6 de agosto de cada a?o, Hiroshima celebra actos en memoria de los muertos por la bomba at¨®mica. En la explanada donde se alza el Memorial de la Paz, con una llama ardiendo bajo la promesa de no apagarla hasta que acaben todos los conflictos armados en el mundo, se congregan miles de personas en memoria de las v¨ªctimas.

Desde el parque de la Paz, donde un museo deja patentes los recuerdos del horror de la bomba at¨®mica, se vislumbran las ruina, de lo que fue el centro para exposiciones industriales. Se trata de uno de los pocos edificios cuya estructur¨¢ resisti¨® parcialmente los efectos de la explosi¨®n y est¨¢ considerado como el epicentro donde cay¨® la genbaku (la bomba), lanzada en paraca¨ªdas y hecha estallar unos 600 metros antes de llegar al suelo.

Terminar la guerra

El estallido origin¨® una bola de fuego blanco con temperaturas de 300.000 grados en el cielo, acompa?ada minutos despu¨¦s del c¨¦lebre hongo nuclear, seguido de hora y media de lluvia negra radiactiva.La utilizaci¨®n de la entonces nueva arma fue-justificada para acelerar el fin de la II Guerra Mundial tras el rechazo japon¨¦s al ultim¨¢tum de rendici¨®n lanzado en Potsdam bajo la amenaza de aniquilaci¨®n militar.

"En los actos conmemorativos queremos intercambiar puntos de vista con 54 alcaldes procedentes de 21 pa¨ªses [entre los que han sido invitados los de Barcelona y Guernica] para que el caso de Hiroshima influya en la formaci¨®n de una opini¨®n p¨²blica mundial sobre la necesidad del desarme", seg¨²n explican los organizadores en la alcald¨ªa.

El Consejo de las Asociaciones de V¨ªctimas de la Bomba At¨®mica (Hidankvo) enviar¨¢ delegaciones a Estados Unidos, la Uni¨®n Sovi¨¦ tica, China, el Reino Unido y Francia -pa¨ªses con arsenal at¨®mico- para pedir que la experien cia de Hiroshima y Nagasaki sirva para una abolici¨®n de las armas nucleares.

Concierto para la paz

Un grupo de 400 m¨²sicos procedentes de 14 pa¨ªses, bajo la direc ci¨®n del norteamericano Leonard Bernstein, acudir¨¢ a Hiroshima para actuar en un concierto para la paz, invitados por los movimientos antinucleares japoneses, que esperan dar as¨ª un particular realce a la conmemoraci¨®n del 40? aniversa do de la explosi¨®n de la bomba at¨®mica.En Jap¨®n, 435 municipios proclamar¨¢n resoluciones contra este tipo de armas, en contraste con un contexto de modernizaci¨®n de la defensa japonesa que excluye constitucionalmente la fabrica ci¨®n, posesi¨®n o almacenamiento de armas at¨®micas, pero cuyas empresas abren la exportaci¨®n de Estados Unidos de nuevas y avanzadas tecnolog¨ªas para el proyecto norteamericano del presidente Ronald Reagan de guerra de las estrellas.

En Nagasaki, Katsuischi Fukahori, presidente de la Asociaci¨®n de V¨ªctimas de la Bomba At¨®mica, anunci¨¦ la publicaci¨®n de un libro en el que unos 200 supervivientes narrar¨¢n sus experiencias sobre el d¨ªa de la bomba at¨®mica y las consecuencias posteriores.

Con el recuerdo vivo por lo ocurrido aquel 6 de agosto de 1945, Hiroshima es hoy una ciudad supermoderna "reconstruida sobre miles de cad¨¢veres", precisan en la alcald¨ªa. Sus 900.000 habitant.es y la vitalidad de su econom¨ªa (es sede de la f¨¢brica de autom¨®viles Mazda, segundo gigante mundial, y de los astilleros Mitsubishi) demuestran que los japoneses de Hiroshima supieron renacer de las cenizas at¨®micas. La cat¨¢strofe de hace 40 a?os ha sido superada con tenacidad y esfuerzo, aunque perdure en la memoria para recordar al mundo los riesgos de un nuevo desastre nuclear.