Versiones ¨ªntegras del ¨²ltimo Taviani y de un filme de Truffaut abren la muestra
La Semana Internacional de Cine de Barcelona se ha convertido en la capital cinematogr¨¢fica de las versiones ¨ªntegras. La presentaci¨®n de Les deux anglaises et le Continent con los 14 minutos que, en su d¨ªa, y a ra¨ªz de un estreno particularmente decepcionante, amputara el propio Truffaut, y la proyecci¨®n de Kaos, ¨²ltimo filme de los hermanos Paolo y Vittorio Taviani, que en Espa?a -como en Francia y en otros pa¨ªses europeos- veremos con 47 minutos menos (los correspondientes al episodio titulado La giara), son los acontecimientos del primer d¨ªa de festival.
Kaos es un filme que parte en busca de los or¨ªgenes, que contrapone desorden y cultura. Claro que se trata de un concepto de cultura muy amplio, que prefiere la memoria popular, el mito, la tierra o la madre, al saber libresco, una idea de cultura que no renuncia a nada, porque todo lo engloba en el placer de contar, de articular historias que atraviesan el tiempo.La giara es, probablemente y junto con R¨¦quiem, el episodio menos afortunado del conjunto, pero no es eso lo que ha pesado a la hora de valorar su descarte por necesidades de comercializaci¨®n, sino el hecho de que fuera el m¨¢s largo.
Las interpretaciones de Franco Franchi y Ciccio Ingrassia eran lo bastante divertidas como para haberlas preferido a la previsible farsa sobre la muerte que propone R¨¦quiem. El hecho es sintom¨¢tico, porque muestra que uno de los grandes males que aquejan a la industria cinematogr¨¢fica contempor¨¢nea es la desorientaci¨®n en que se encuentra el sector.
M¨¢s all¨¢ de los t¨®picos
Kaos, si no hay una sorpresa de ¨²ltima hora, se explotar¨¢ en versi¨®n doblada, tal y como se ha hecho con los filmes de Fellini, Bertolucci, Visconti y otros muchos cineastas que, en un momento dado, fueron los puntales del Arte y Ensayo.Este doblaje contribuye a la exigencia de cortar y fomenta la confusi¨®n. Los Taviani, como Wenders o Herzog, no se pliegan a ciertas exigencias de la narrativa tradicional. Para su desgracia, el ¨¦xito de taquilla amenaza con desvirtuar su trabajo, proponi¨¦ndolo a un p¨²blico indiscriminado, que puede interesarse por la tem¨¢tica de ciertos directores, pero esa atenci¨®n moment¨¢nea no se prolonga, porque la misma est¨¢ expresada en un lenguaje que no es el del t¨®pico ni tampoco el del clasicismo.
Kaos es una pel¨ªcula bell¨ªsima -para la que no resulta exagerado desempolvar adjetivos sospechosos como po¨¦tica-, basada en un texto pirandelliano (Le novelle per un anno), que toma su t¨ªtulo de una coincidencia feliz.
La palabra tanto remite a una informe geograf¨ªa siciliana, como al nombre del lugarejo donde naciera el escritor. Se abre con Margarita Lozano interpretando a una madre desesperada, que no sabe nada de sus hijos emigrados. A su lado, otro hijo, bastardo y desconocido, da otra dimensi¨®n a la tragedia.
El tiempo vindica a Truffaut
Y Kaos acaba con el propio Pirandello regresando a Sicilia para asistir al entierro de su madre. Es el paisaje de la memoria, la idealizaci¨®n infantil, son sus creaciones literarias y su vida, su capacidad para crear y para vivir lo que se da la mano en un final extraordinario.El director de fotograf¨ªa N¨¦stor Almendros, por su parte, hizo de presentador de la versi¨®n ¨ªntegra de Les deux anglaises... Almendros record¨® que, durante el rodaje de la pel¨ªcula, en la escena en que Muriel se encuentra de nuevo con Jean Pierre L¨¦aud, en el puerto y despu¨¦s de mucho tiempo de no verse, ¨¦l le hizo notar al director las posibilidades del oleaje y la luz al reflejarse en el mar: "Ser¨ªa muy bello que los amantes se encontraran en medio de esa vibraci¨®n de luz", afirm¨®.
La sugerencia fue escuchada y desapareci¨® el di¨¢logo de la secuencia: "Cuando se logra una imagen con una luz como ¨¦sta, eso equivale a una l¨ªnea de di¨¢logo", sentenci¨® Truffaut.
Vista hoy, Les deux anglaises et le Continent es una de las mejores obras de su autor. En la ¨¦poca no fue comprendida, porque su universo rom¨¢ntico, monocrom¨¢tico, ¨ªntimo, preocupado por los libros y las mujeres, no coincid¨ªa con la euforia pol¨ªtica y revolucionaria de las postrimer¨ªas de Mayo de 1968, pero el paso del tiempo le ha vindicado.
Ahora, con esa estructura en secuencias puntuadas por fundidos, el parti-pris de no dejar entrar nunca el cielo en los encuadres y su car¨¢cter de premonici¨®n de la tambi¨¦n magn¨ªfica L'homme qui aimait les femmes, es expresi¨®n acabada del universo de un cineasta obsesionado por narrar las cosas con claridad, incluso cuando lo que quiere mostrar son acontecimientos y sentimientos confusos.
Esperando a Fellini
Truffaut montaba contra lo rodado y filmaba contra lo escrito en el gui¨®n, procurando que cada fase aportara algo nuevo, que no fuera una ilustraci¨®n o aplicaci¨®n de la idea de origen. De ah¨ª la bondad de la an¨¦cdota de Almendros y de ah¨ª tambi¨¦n la vitalidad que conserva el filme.Mientras Fellini da los ¨²ltimos toques al rodaje de Ginger and Fred, retrasado por desavenencias con el director de fotograria, se ha proyectado Zoom su Fellini, un documento de Gianfranco Angelucci en el que son protagonistas los actores del director de Rimini.
Alberto Sordi, Marcello Mastroianni, Anita Ekberg, Anouk Aim¨¦e, Fran?ois P¨¦rier, Freddy Jones, Magal¨ª No?l, Franco Fabrizi, Donald Sutherland, Giulietta Masina y otras muchas figuras colaboradoras del tinglado felliniano -que Barcelona celebra con una exposici¨®n bajo una carpa circense instalada en la sede del festival y la edici¨®n de un libro de Jorge Grau, que relaciona el paisaje urbano de la ciudad con el paisaje f¨ªlmico del director- son algunos de los actores que aportan su testimonio a la hora de aproximarse a la personalidad proteica del cineasta. Zoom su Fellini es un documental discreto, televisivo, sin grandes pretensiones interpretativas. Y as¨ª es mejor.
Babelia
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