El jefe del Estado Mayor del Ejercito argentino defiende la democracia y condena el golpismo
El jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito argentino, general H¨¦ctor R¨ªos Ere?¨², hizo ayer las primeras declaraciones abiertamente constitucionalistas que formula un militar de su cargo desde la restauraci¨®n de la democracia en este pa¨ªs. R¨ªos Ere?¨² dijo que "la primera y fundamental experiencia recogida por los militares es que a trav¨¦s del Gobierno militar el pa¨ªs no encuentra su soluci¨®n pol¨ªtica. Hay que admitir que es al ejercicio pol¨ªtico al que le corresponde consolidar este sistema democr¨¢tico". "Las fuerzas armadas", sentenci¨®, "no pueden intervenir nunca m¨¢s en un proceso pol¨ªtico".
El jefe del Ej¨¦rcito de Tierra afirm¨® que "nunca en Argentina hubo un golpe militar sin consenso", que "...el juicio a los ex comandantes tendr¨¢ una soluci¨®n final pol¨ªtica avalada por un acto jur¨ªdico", y que "...las Madres de Plaza de Mayo no ayudan a la democracia".El acatamiento constitucional de R¨ªos Ere?¨² viene a aliviar la preocupaci¨®n castrense por las gestiones de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo contra los recientes ascensos militares aprobados por el Senado de la naci¨®n. Madres y Abuelas permanecieron 17 horas apostadas en el vest¨ªbulo de la Casa Rosada como protesta por la negativa del presidente Alfons¨ªn a recibirlas. Finalmente fueron acogidas en su despacho por el ministro del Interior, Antonio Troccoli.
Madres y Abuelas preguntaron al ministro sobre los recientes ascensos del ex jefe de la polic¨ªa de Jujuy, Luis Arena; del coronel de la misma provincia, Mario Ledesma; del general Pedro Malagamba; del tambi¨¦n general Naldo Dasso, y del coronel Juan Valentino, todos ellos relacionados en forma directa y activa -seg¨²n la documentaci¨®n en poder de las organizaciones de defensa de los derechos humanos- en la comisi¨®n de secuestros, torturas y asesinatos durante la dictadura militar.
Es la barrera que el presidente Ra¨²l Alfons¨ªn tiene en su decisi¨®n de enjuiciar los cr¨ªmenes contra la humanidad cometidos por los militares y la soluci¨®n pol¨ªtica a la que alude el general R¨ªo Ere?¨²: no es posible enjuiciar pormenorizadamente a los responsables de aquella barbarie ni se podr¨ªan efectuar ascensos militares contando exclusivamente con quienes tuvieran limpio el uniforme.
Mientras tanto, la conducci¨®n del Movimiento Justicialista ha quedado en manos de la mesa del congreso hasta que el plenario a celebrar en Santa Rosa (la Pampa) el pr¨®ximo 6 de julio designe las nuevas autoridades nacionales. Las dos fracciones peronistas en pugna han renunciado a las acciones judiciales anteriormente emprendidas.
El senador Oraldo Britos, primer vicepresidente del peronismo renovador (respaldado por la justicia electoral argentina) renunci¨® p¨²blicamente a la conducci¨®n del partido en aras de la reunificaci¨®n. Igualmente ha sido retirada la intervenci¨®n judicial del partido en la provincia de Buenos Aires ante las supuestas irregularidades de su caudillo Herminio Iglesias. ?ste ha convocado elecciones directas partidarias en su circunscripci¨®n, la primera en importancia del pa¨ªs.
No obstante, es un¨¢nime la opini¨®n de que la divisi¨®n peronista se mantendr¨¢ y que esas elecciones terminar¨¢n siendo manipuladas por Herminio Iglesias. Dentro del peronismo ninguna figura respetada aparece por sobre los dem¨¢s dirigentes como para concitar una voluntad mayoritaria, y la apelaci¨®n a Isabelita Per¨®n como jefa espiritual de los peronistas ya est¨¢ agotada por consunci¨®n.
Vuelve a emerger, en estas v¨ªsperas de reunificaci¨®n peronista, la figura incombustible de Lorenzo Miguel, l¨ªder metal¨²rgico de las 62 organizaciones peronistas -los sindicatos del movimiento- como art¨ªfice de -un trenzado de compromisos que permitan remendar el descosido Movimiento Justicialista. Lorenzo Miguel se reuni¨® con el presidente Alfons¨ªn el pasado mi¨¦rcoles tras cerca de dos a?os sin hablarse; ambos intercambiaron dur¨ªsimas acusaciones mutuas durante la campa?a de 1983.
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