El cansancio de un 'superministro'

Miguel Boyer, el que fue llamado superministro, se ha retirado al final como un hombre normal: cansado. Hijo de padres republicanos exiliados, Miguel Boyer Salvador naci¨® en San Juan de Luz (Francia), el 5 de febrero de 1939. Licenciado en Ciencias F¨ªsicas y Ciencias Econ¨®micas, con premio extraordinario, en la universidad de Madrid, en 1958 ingres¨® en la Asociaci¨®n Socialista Madrile?a. En 1962 formaba parte del Comit¨¦ de Juventudes Socialistas y, por causa de sus ideas socialistas y democr¨¢ticas, fue detenido y encarcelado durante cinco meses en Carabanchel y expulsado de la Junta de Energ¨ªa Nuclear.Boyer ha trabajado en el Banco de Espa?a, en el INI, en Explosivos R¨ªo Tinto -con Leopoldo Calvo Sotelo-, de nuevo en el Banco de Espa?a -con Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez Rendueles y Mariano Rubio-, y en el Instituto Nacional de Hidrocarburos (INH), donde permaneci¨® hasta las elecciones de 1982.

Durante el 27 Congreso del PSOE en 1976, fue elegido miembro de la Ejecutiva. En febrero de 1977 abandon¨® el partido, a donde volvi¨® tras unos meses de militancia en el Partido Socialdem¨®crata de Fern¨¢ndez Ord¨®?ez. En las elecciones de 1979, al ser rechazado por el PSOE como candidato por Madrid se present¨® por la provincia de Ja¨¦n y result¨® elegido. Designado delegado por la Agrupaci¨®n Socialista de dicha provincia en el 282 Congreso del PSOE, renunci¨® a su mandato al negarse a defender el t¨¦rmino marxista aprobado por su agrupaci¨®n. En octubre de 1980 decidi¨® dejar el esca?o y volver a su profesi¨®n. Particip¨® en el programa econ¨®mico del PSOE en las ¨²ltimas elecciones y fue nombrado ministro de Econom¨ªa, Hacienda y Comercio en diciembre de 1982.

Miguel Boyer, casado con la doctora Elena Arnedo y padre de dos hijos, inici¨® su gesti¨®n en el ministerio con el bombazo que supuso la expropiaci¨®n de Rumasa.

La columna vertebral de su pol¨ªtica al frente del Ministerio de Econom¨ªa y Hacienda se ha basado en una tarea de ajuste, efectuada con el instrumento de una estricta pol¨ªtica monetaria. La dureza del control monetario iba directamente encaminada a controlar la inflaci¨®n, que ha sido quiz¨¢ el ¨¦xito m¨¢s notable del superministro Boyer, aunque el rebrote en los primeros meses de este a?o muestra la dificultad de dominar a la serpiente inflacionaria.

Su pol¨ªtica, que este mismo a?o pretendi¨® variar con una t¨ªmida expansi¨®n del consumo, ha dado, sin embargo, frutos como el aumento imparable del paro, sin conseguir reactivar la inversi¨®n.