?Hasta cuando y d¨®nde el abuso del divorcio?
Que la justicia espa?ola est¨¢ obsoleta y precisa de una urgente modernizaci¨®n o actualizaci¨®n es cosa harto sabida y deseada, aunque, como liberal, quiz¨¢ tenga raz¨®n el aforismo de que la mejor ley es la no hecha; pero no es sensato pensar en esto.Viene a cuento de que en separaciones y divorcios siempre los leguleyos, jueces, abogados, etc¨¦tera, dan la raz¨®n, aunque no la tengan, a la mujer por ser m¨¢s d¨¦bil. ?D¨¦bil en qu¨¦? Que contesten las feministas, con las cuales estoy de acuerdo, por otro lado (contradictorio que es uno; eso s¨ª, ni machista ni cosas similares).
Y llegado el divorcio, la separaci¨®n o la nulidad para los timoratos (?ah, competencia del divorcio civil frente al eclesi¨¢stico por cuesti¨®n econ¨®mica!), el hombre, presunto jefe de familia o cabeza del hogar, ve arrebatado su dinero, sus hijos y a la intemperir en la calle con un cepillo de dientes en el bolsillo como ajuar. ?Vaya jefatura!
Claro, no es mal exclusivo de Espa?a, pues, por citar un solo ejemplo, en Estados Unidos las mujeres se hacen millonarias -en d¨®lares- con los divorcios.
?Ah, el santo v¨ªnculo! La mujer que no tiene oficio ni beneficio se aferra al santo v¨ªnculo (esto de santo debe venir de la Santa Inquisici¨®n), y comoquiera que adonde llama pidiendo dinero -hay tantas puertas-, alegando su fatal condici¨®n femenina, de separada, de divorciada e incluso de viuda o madre soltera, se lo dan, pues resulta que se dan la vida padre sin dar golpe. Y ello con todas las bendiciones eclesi¨¢sticas y civiles, por supuesto.-
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