Figuras de la m¨²sica italiana en el curso Manuel de Falla
No s¨®lo el festival, sino tambi¨¦n el curso Manuel de Falla -donde intervinieron grandes m¨²sicos italianos-, cuya d¨¦cimosexta edici¨®n acaba de celebrarse en Granada, acusan los aires renovadores del nuevo equipo directivo. La atenci¨®n hacia la m¨²sica pret¨¦rita -con aportaciones de tanto inter¨¦s como la del director Luis Remart¨ªnez y ensayos como la Camerata y la orquesta del propio festival- estuvo ampliamente equilibrada por el cultivo de la m¨²sica de nuestro tiempo.En cuanto al curso Manuel de Falla es necesario se?alar lo que ha sido la participaci¨®n italiana en el cuadro docente. La presencia durante una semana de una figura de la talla de Luigi Nono, sus lecciones y conferencias, como las del milan¨¦s Giacomo Manzoni o del compositor y music¨®grafo Armando Gentilucci (autor de obras muy divulgadas en Espa?a), forman, junto con el trabajo del contrabajista Fernando Grillo, la contribuci¨®n de los m¨²sicos italianos al curso espa?ol.
Novedad ha sido el curso de Esperanza Abad sobre Nuevas t¨¦cnicas de la voz, en tanto Antonio Mart¨ªn Moreno y Ram¨®n Barce han continuado la serie de conferencias autocr¨ªticas, establecidas en cursos anteriores por Antonio Iglesias.
En ellas los autores interpretados y algunos que no lo han sido explicaron el porqu¨¦ de su pensamiento y de su t¨¦cnica. Las aulas del Centro Falla se vieron animadas cada tarde lo mismo que el auditorio de Garc¨ªa de Paredes, en el que ten¨ªan lugar los conciertos, o el teatro Isabel la Cat¨®lica, en el que se representaron las ya comentadas ¨®peras barrocas espa?olas: Los elementos, de Literes, y La guerra de los gigantes.
De todo punto ejemplar result¨® la actuaci¨®n de la Agrupaci¨®n Coral de C¨¢mara de Pamplona, que con su director actual, Jos¨¦ Luis Eslava, prolonga con eficaz fidelidad la larga tarea de Luis Morondo. El Llanto por S¨¢nchez Mej¨ªas, basado en el poema de Lorca, nos da una imagen expresiva del gusto de la polifon¨ªa modernizada propio de Fernando Remacha, en 1955. No es canto funeral ni estampa folelor¨ªstica, sino orden l¨ªrico sereno y resumido.
En el fondo -m¨¢s que en la forma- no queda lejano de los Tres epitafios cervantinos, de Rodolfo Halffter, ultimados por la misma ¨¦poca en su exilio mexicano. Son formas de superar lo nacionalista y de encontrar emociones puramente musicales para la alta po¨¦tica del autor del Quijote y el del Romancero gitano.
Cr¨®nica hist¨®rica
M¨¢s estructural y como un ensayo y casi investigaci¨®n de la explotaci¨®n moderna de la polifon¨ªa vocal puesta al servicio de una l¨ªrica tan objetiva que no necesita la exaltaci¨®n de un texto, las Voces n¨²mero 1 suponen una de las muchas descubiertas personales del barcelon¨¦s Leonardo Balada. El efecto directo, la esbeltez mel¨®dica, el juego de contrastes y el expresivismo sin concesiones valoran esta p¨¢gina de 1971.Conocidas y comentadas las danzas h¨²ngaras, de Kodaly, o los bien pensados y escritos tiempos del Concerto a capella, del ecl¨¦ctico y racial Paul Arm¨¢, el punto culminante de cuanto ofreci¨® el conjunto pamplonica fue sin duda Arrano beltza (Aguila negra), de Agust¨ªn Gonz¨¢lez Acilu (Alsasua, 1929), sobre versos en euskera de Jos¨¦ Antonio Artze.
Entendido el poema -seg¨²n el compositor- como una cr¨®nica hist¨®rica de Navarra, desde el siglo XIII hasta hoy, todo se encuadra en un pensamiento y se exterioriza en un lenguaje de fuerza inusitada y talante actual¨ªsimo. Los valores fon¨¦ticos del texto impulsan una hermosa l¨ªnea que a veces agota las posibilidades de violencia.
No por ello se olvida el significado y el significante de las palabras de Artze, y el total-pleno de sentido, coherente, depurado de cualquier ganga o soluci¨®n f¨¢cil, constituye uno de los m¨¢s valiosos ejemplos de m¨²sica vocal de nuestro tiempo, y en este caso de un medio muy determinado: Navarra en su ser geogr¨¢fico e hist¨®rico.
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