Los molinos de mar de Cantabria corren el peligro de su total desaparici¨®n
El estudio de los ejemplos de arquitectura hidr¨¢ulica en r¨ªas y marismas incluye el entorno ecol¨®gico
Los molinos de mar o de marea de Cantabria, de los siglos XVII y XVIII, testigos hist¨®ricos y arquitect¨®nicos del litoral c¨¢ntabro, pueden desaparecer en su totalidad si no se toman con urgencia medidas cautelares y se realiza un estudio conjunto de los molinos y su entorno ecol¨®gico, seg¨²n el arquitecto Luis Azurmendi. La reciente publicaci¨®n por el Colegio de Arquitectos de Cantabria de sus investigaciones sobre los ejemplares o restos existentes en la zona de Trasmiera ha provocado el inter¨¦s de algunos profesionales, pero hasta la fecha no se ha reflejado la misma preocupaci¨®n en los planes de urbanismo.El arquitecto Luis Azurmendi, de 42 a?os, titulado por la Escuela de Arquitectura de Madrid en 1974, tropez¨® por casualidad con los molinos de mar durante sus estancias en Noja (Cantabria), y en los ¨²ltimos a?os se ha convertido en una aut¨¦ntica obsesi¨®n. Empez¨® dibujando estos vestigios de arquitectura hidr¨¢ulica, que en la zona se los conoce como los molinos, lugares para pescar o coger navajas, y pudo documentar en dos a?os los existentes en Trasmiera, entre los r¨ªos Miera y As¨®n, con especial dedicaci¨®n a la r¨ªa de la Venera y las marismas de Isla, Noja y Santo?a.
Las referencias iniciales se situaban en las investigaciones sobre energ¨ªas paralelas o alternativas, entre las que figura la energ¨ªa maremotriz, a partir de la marea del mar en su flujo y reflujo sobre las costas. El sistema consiste en cerrar las marismas, en este caso, para retener el agua durante la pleamar y en el tiempo de bajamar aprovechar los desniveles y producir el flujo necesario para el funcionamiento de las m¨¢quinas. Este ingenio popular tiene escasos estudios en Espa?a, aunque existen alusiones y documentos a lo largo de la historia. El Colegio de Arquitectos de Galicia ha publicado un trabajo sobre el antiguo molino de Tragove.
Luis Azurmendi ha dibujado y analizado los molinos de mar de la zona de Trasmiera. No s¨®lo ha recogido los escasos testimonios de gentes sobre los molinos, sino que ha podido fechar la mayor¨ªa de ellos, junto a su rastro a trav¨¦s de los siglos. Los molinos son del siglo XVIII en su mayor¨ªa, relacionados con la necesidad de exportar el trigo y la lana por el puerto de Santander, a trav¨¦s del canal de Castilla. Hay referencias escritas del siglo XVII sobre los molinos de Isla. A Azurmendi le gusta pensar que eran conocidos por Leonardo, y ha encontrado en la Biblioteca Nacional un dibujo de un molino de mar de Il Taccola, de medidos del siglo XV. Pero hay citas de molinos en los siglos XI y XII en lugares tan dispares como el Adri¨¢tico y el Pa¨ªs Vasco. A trav¨¦s de la difusi¨®n de t¨¦cnicas que realizan las abad¨ªas medievales llega a descubrir una nota sobre el molino marini en la abad¨ªa de Santa Mar¨ªa del Puerto, en Santo?a.
Los canteros de Trasmiera
En la actualidad, Luis Azurmendi documenta ocho o 10 molinos de mar, de los siglos XVII y XVIII, de buena calidad constructiva, ya que en ellos trabajaron los famosos maestros canteros de Trasmiera, cuya marca tambi¨¦n figura en el monasterio de El Escorial. El ¨²nico que est¨¢ completo, el molino de la Venera, de 1740, sirve de vivienda a su propietario, con la maquinaria rescatada y en buen estado de conservaci¨®n.
La mayor preocupaci¨®n de Azurmendi es considerar como una unidad el molino y su entorno. La cadencia de las mareas, la formaci¨®n de marismas y la creaci¨®n de presas forman un ciclo ecol¨®gico en el comportamiento biol¨®gico y natural. Este delicado equilibrio, que en el siglo XVIII dispon¨ªa de unas ordenanzas, se rompe en el XIX con el abandono de los molinos de mar y la puesta en marcha de diversas disposiciones sobre saneamiento de marismas. Ahora mismo, roto el equilibrio, cerradas las presas y aislados los embalses, se est¨¢ fomentando la desecaci¨®n total de las marismas para conseguir concesiones urban¨ªsticas.
Los molinos de mar pueden desaparecer sepultados como cimentaci¨®n de urbanizaciones. El estudio de Azurmendi, la exposici¨®n con dibujos y planos realizada en el Colegio de Arquitectos de Cantabria y la publicaci¨®n de sus investigaciones sobre lo que denomina "conjuntos hist¨®ricos de car¨¢cter ¨²nico" han provocado que los ni?os de las escuelas acudan de visita did¨¢ctica a los viejos molinos, pero los ayuntamientos afectados no han incluido su restauraci¨®n y destino en los planes de urbanismo.
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