Los dineros de las autonom¨ªas

LA RENEGOCIACI?N del sistema de financiaci¨®n de las autonom¨ªas parece haber entrado en una fase final que, seg¨²n el nuevo ministro de Administraci¨®n Territorial, F¨¦lix Pons, podr¨ªa cerrarse coincidiendo con la presentaci¨®n de los nuevos Presupuestos Generales del Estado, antes del pr¨®ximo 30 de septiembre. La remodelaci¨®n del Gobierno ha frenado el calendario previsto.En los contactos mantenidos esta semana en Madrid, los representantes de la Generalitat de Catalu?a -cuyo estatuto de autonom¨ªa prev¨¦ formalmente que a principios del a?o pr¨®ximo ya debe entrar en vigor el esquema definitivo de financiaci¨®n- han vuelto a urgir una soluci¨®n. Para el Gobierno Pujol, que cometi¨® el error de aceptar transferencias mal valoradas a cambio de poder asumir r¨¢pidamente el mayor n¨²mero posible de competencias, en estos momentos constituye una cuesti¨®n de vida o muerte lograr un mecanismo de financiaci¨®n que compense aquellas desigualdades iniciales y que le permita trazar una pol¨ªtica con vistas al futuro. El Gobierno central, que considera que independientemente de aquellas infravaloraciones hay una mala gesti¨®n financiera por parte de los actuales responsables de la Generalitat, tambi¨¦n tiene inter¨¦s en establecer una f¨®rmula.

Como se evidenci¨® un¨¢nimemente en la reuni¨®n de Sig¨¹enza por parte de los representantes de las m¨¢s variadas opciones pol¨ªticas, el replanteamiento es necesario no s¨®lo para la autonom¨ªa catalana, sino tambi¨¦n para marcar con mucha m¨¢s precisi¨®n el terreno de juego administrativo del conjunto de los gobiernos auton¨®micos, para que el Estado y la opini¨®n p¨²blica puedan exigirles racionalidad y realismo en el gasto. El sistema actual es incoherente, pues no resulta razonable que la ¨²nica partida presupuestaria que tienen disponible las autonom¨ªas para la inversi¨®n provenga del Fondo de Compensaci¨®n Interterritorial, que como su nombre indica tiene que ser inversamente proporcional a la renta per c¨¢pita de cada comunidad, a su capacidad recauda toria y a su estructura de desarrollo. M¨¢s absurdo resulta comprobar aritm¨¦ticamente que con dicho mecanismo actual cuanto menos recauda una comunidad m¨¢s dinero se le adjudica por v¨ªa del fondo compensatorio, lo que supone una clara tentaci¨®n antirrecaudatoria. Una concepci¨®n tan insatisfactoria de la financiaci¨®n auton¨®mica lo ¨²nico que puede lograr es una inmensa insolidaridad respecto a la globalidad del Estado, lo que en el fondo encierra, con vistas al futuro, graves problemas para la consolidaci¨®n de la Espa?a de las autonom¨ªas.

Pero del mismo modo que la f¨®rmula actual es t¨¦cnicamente mala, nadie ha encontrado tampoco una f¨®rmula m¨¢gica alternativa que solucione el problema. La propia Generalitat de Catalu?a a la hora de ofrecer soluciones ha hecho un escasamente consistente Libro blanco que incluso reconoce la imposibilidad de hacer todav¨ªa ninguna propuesta definitiva y se limita a ofrecer diversos criterios para que sean examinados para despejar las dudas sobre su eficacia. Por otra parte, la incorporaci¨®n a la Comunidad Econ¨®mica Europea a?ade tambi¨¦n nuevas inc¨®gnitas, pues la supresi¨®n -en favor del IVA- de algunos tipos impositivos que hoy est¨¢n cedidos a las comunidades aut¨®nomas, as¨ª como la posibilidad de obtener de los fondos comunitarios importantes ayudas para las zonas m¨¢s necesitadas de Espa?a, desequilibran todas las previsiones que se hab¨ªan hecho hasta ahora sobre la materia.

Resulta significativo que algunas de las propuestas que esta semana ha trasladado a Madrid el conseller de Econom¨ªa y Finanzas de la Generalitat tengan como punto de partida la LOFCA, una ley que fue ferozmente criticada por el partido de Jordi Pujol en el momento de su promulgaci¨®n. Pero este dato lo que refleja tambi¨¦n es que, afortunadamente, despu¨¦s de despilfarrarse mucha artiller¨ªa verbal -en un reciente libro Trias Fargas llegaba a hacer la estridente proclamaci¨®n de que para Catalu?a ser¨ªa m¨¢s rentable la independencia que seguir en la situaci¨®n actual-, se va abriendo paso el pragmatismo y la conciencia de que es necesario entenderse.

A partir de esta voluntad de acuerdo, acelerar la consecuci¨®n d? un sistema de financiaci¨®n auton¨®mica m¨¢s justo distender¨ªa las posturas y contribuir¨ªa a racionalizar el gasto en todo el Estado. Adem¨¢s, servir¨ªa para despejar inc¨®gnitas sobre la existencia o no de d¨¦ficit generados por la estructura auton¨®mica -los acumulados durante estos a?os por la Administraci¨®n catalana y los de las comunidades regidas por los socialistas- o por, la supervivencia de mecanismos centrales obsoletos.

Paralelamente, esta negociaci¨®n podr¨ªa poner las bases para que haya mucha m¨¢s transparencia sobre la utilizaci¨®n real de los recursos p¨²blicos, ya que las mayor¨ªas absolutas en los parlamentos est¨¢n permitiendo, en el contexto de aquella situaci¨®n de injusticia y provisionalidad, que queden muy difuminadas las realidades contables. La claridad en las cuentas es una contrapartida que debe exigirse, en este replanteamiento de la financiaci¨®n de las autonom¨ªas, en nombre del inter¨¦s de los ciudadanos. Porque esa claridad, el dar explicaci¨®n peseta a peseta, acabar con las partidas abstractas, es otra important¨ªsima asignatura pendiente en la actual configuraci¨®n plural del Estado.