El 'caso Sajarov' polariza las cr¨ªticas por la situaci¨®n de los derechos humanos en la URSS

El secretario de Estado norteamericano, George Shultz, describi¨® ayer en Helsinki al disidente sovi¨¦tico Andrei Sajarov, premio Nobel de la Paz, como "el hombre que representa mejor que nadie los ideales" del Acta Final de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa (CSCE). El caso del conocido cient¨ªfico, en exilio interno desde 1980, ha vuelto a ser el eje de los ataques estadounidenses contra la situaci¨®n de los derechos humanos en la URSS con ocasi¨®n del 10? aniversario de los acuerdos de Heisinki.

Para esta fecha, Mosc¨² ha dejado circular un v¨ªdeo en el que aparece el f¨ªsico de 64 a?os en aparente buen estado de salud. La intenci¨®n de la pel¨ªcula era contrarrestar los esfuerzos occidentales por reactualizar el problema de los disidentes y de Sajarov en particular. El yerno del cient¨ªfico, Alex Semionov, asegur¨® ayer que, a pesar de la imagen que aparece en el v¨ªdeo, el premio Nobel se encuentra en mala situaci¨®n".La liberaci¨®n de Sajarov fue reclamada tambi¨¦n ayer por la Sociedad Internacional de los Derechos del Hombre, de Francfort. Este organismo ha enviado a varios representantes a Helsinki para llamar la atenci¨®n de las distintas delegaciones sobre la suerte de los disidentes encarcelados en los pa¨ªses del Este. Seg¨²n la sociedad, cerca de 1.800 sovi¨¦ticos que ped¨ªan la aplicaci¨®n de lo estipulado en el Acta Final han sido detenidos en los 10 ¨²ltimos a?os.

El movimiento disidente sovi¨¦tico, que alcanz¨® su m¨¢ximo protagonismo durante la segunda mitad de los setenta, se encuentra reducido al silencio cuando se cumplen 10 a?os de la conferencia en la que la URSS se comprometi¨® a respetar los derechos humanos, entre ellos la libertad de pensamiento y de creencia.

La disidencia fue un fen¨®meno surgido en los a?os sesenta, que abarcaba -siempre dentro de una capa minoritaria de la poblaci¨®n- a personalidades de muy diversas tendencias pol¨ªticas, desde conservadores radicales a marxistas reformistas, quienes carec¨ªan de un programa com¨²n. La conferencia de Helsinki supuso la introducci¨®n de un elemento aglutinador en un contexto que se ve¨ªa afectado por el exilio, el encarcelamiento y la persecuci¨®n policial. El grado de tolerancia del sistema frente a la disidencia no ha sido siempre el mismo y ha disminuido radicalmente durante los ¨²ltimos a?os. La imagen de Andrei Sajarov recibiendo a los periodistas en la cocina de su apartamento de Mosc¨², como lo hac¨ªa en los a?os setenta, resulta hoy pr¨¢cticamente inimaginable para un corresponsal acreditado en la URSS.

En 1976, al calor de Helsinki, 20 personas crearon en Mosc¨² el Comit¨¦ para la Vigilancia de la Aplicaci¨®n del Acta Final. Hoy, s¨®lo dos de aquellas 20 personas, el profesor Naum Meiman y la jurista Sof¨ªa Kalistratova, siguen residiendo en sus domicilios de la capital sovi¨¦tica. El resto ha sido encarcelado, enviado al exilio o ha emigrado a Occidente. Como jefe del Comit¨¦ de Seguridad del Estado (KGB) desde 1967 hasta 1982, Yuri Andropov fue el responsable de la puesta en pr¨¢ctica de las acciones emprendidas contra la disidencia, cuyo s¨ªmbolo por excelencia es el profesor Andrei Sajarov, exiliado hoy en la ciudad cerrada de Gorki, en el Volga, seg¨²n unas fuentes, o en otra ciudad cerrada cercana a aqu¨¦lla, seg¨²n otras.

Sajarov fue un d¨ªa ensalzado como el padre de la bomba sovi¨¦tica de hidr¨®geno, aunque posteriormente los medios oficiales sovi¨¦ticos trataran de presentarlo como una figura cient¨ªfica de categor¨ªa menor. De acuerdo con las leyes sovi¨¦ticas, un ciudadano que haya tenido acceso a informaci¨®n confidencial o de importancia estatal no tiene derecho a emigrar, si as¨ª lo deciden los organismos competentes.

Huelgas de hambre

Sajarov, que era miembro del comit¨¦ encargado de la vigilancia de los acuerdos de Helsinki, realiz¨® en su encarcelamiento varias huelgas de hambre con objeto de que permitieran emigrar a su esposa, Elena Bonner. Tras el exilio de su marido, Elena Bonner mantuvo informada durante alg¨²n tiempo a la Prensa occidental de la suerte de Sajarov. Hasta que ella misma fue exiliada y apartada de Mosc¨². Lo ¨²ltimo que se sabe en Mosc¨² de la suerte del matrimonio se remonta a noviembre de 1984, cuando Elena Bonner hizo llegar una carta describiendo la huelga de hambre mantenida por el cient¨ªfico. La huelga hab¨ªa sido interrumpida con alimentaci¨®n artificial y, seg¨²n Bonner, Sajarov se encontraba muy d¨¦bil de salud.

Al igual que Sajarov, el profesor Meiman, de 75 a?os, recib¨ªa a los periodistas en su domicilio moscovita a finales de los setenta. Meiman, un matem¨¢tico que gan¨® el Premio Stalin en los a?os cincuenta, cree hoy que la atm¨®sfera ha empeorado en relaci¨®n a hace 10 a?os. Sin embargo, tanto ¨¦l como su esposa, Ina, que se encuentra gravemente enferma, siguen esperando que se atienda la petici¨®n para emigrar formulada hace 10 a?os. Soria Kalistratova, de 78 a?os, a su vez, permanece al margen de toda actividad p¨²blica debido a lo avanzado de su edad, que la salv¨® de cumplir una condena por actividades antisovi¨¦ticas en 1982.

Entre los nombres famosos de la disidencia se encuentra Anatoli Charanski, que fue condenado en 1977 a tres a?os de prisi¨®n y 10 de trabajos forzados, y cumple actualmente condena en un campo situado en los Urales. La esposa de Charanski, Vital, est¨¢ en Helsinki para interceder por la suerte de su marido.