El Papa, recibido como el 'gran jefe' en la tierra del animismo
A los africanos de Togo, tierra de animismo y de fetichismo, de musulmanes, protestantes y cat¨®licos, les gusta, sin duda alguna, el gran amega de Roma, es decir, el gran sacerdote, el gran jefe. Ancestral mente, Africa tiene arraigado el concepto de la autoridad por el culto al jefe de la tribu, al sacerdote de la foresta. Para ellos, el color blanco es el color del poder, y el papa Wojtyla ha llegado aqu¨ª vestido de blanco. Les gusta la familia, el clan, y a Juan Pablo II, que les est¨¢ llamando siempre "amigos", le ven como al gran padre que "nos trae bendiciones" seg¨²n dec¨ªa una viejecita que se arrastraba apoyada en un bast¨®n, ayudada amorosamente por los m¨¢s j¨®venes, en una tierra donde el anciano es sagrado, como s¨ªmbolo de sabidur¨ªa.
ENVIADO ESPECIAL,Los dirigentes de las otras religiones no tienen rubor en calificar de jefe al Papa en sus discursos y declaraciones. Le aceptan sin discutirle como una gran autoridad llegada del centro de la cristiandad. Ayer, un musulm¨¢n le llam¨® "el Papa de todas las religiones". Juan Pablo Il se est¨¢ moviendo como un pez en el agua. Por lo menos aqu¨ª, en Togo, donde no existe contestaci¨®n teol¨®gica como en Zaire o en Costa de Marfil.En el norte del pa¨ªs, en Akar, un poblado-capital de la regi¨®n, de 17.000 habitantes, adonde fue para ordenar a 11 sacerdotes, Juan Pablo II acept¨® a su llegada el rito ancestral animista de beber en el cuenco de una calabaza vac¨ªa agua mezclada con harina de ma¨ªz. Bebi¨® y desparram¨® el resto por el suelo. Dos gestos simb¨®licos. El primero, como acogida del poblado con alegr¨ªa y en el signo de la paz. El segundo, para unirse a la gran familia de los antepasados y para rendir culto a la fertilidad de la tierra. El gesto del Papa fue acogido con gritos de entusiasmo, danzas y expresivos gestos simb¨®licos de oraci¨®n.
Para el amega de Roma son¨® ayer, durante la misa, el cuerno de marfil usado para anunciar a un poblado una noticia importante, como por ejemplo la llegada de un jefe de otra tribu. Tambi¨¦n son¨® para el papa Wojtyla el tam-tam que se emplea cuando un nuevo jefe del poblado entra en funciones. Y como en dicha ocasi¨®n, junto con el sonido del tam-tam una joven acompa?aba r¨ªtmicamente con su cuerpo el aire de una danza de alegr¨ªa. El tam-tam utilizado ayer para honrar al Papa fue el Djandjagu, el usado para celebrar la victoria de la tribu Nawdeba, del norte de Togo, contra sus enemigos.
Este simbolismo fue justificado porque Cristo es tambi¨¦n "el rey victorioso de los muertos". Sin embargo, durante la homil¨ªa, el Papa traz¨® para los nuevos sacerdotes que se preparan para acudir a las diversas misiones del pa¨ªs la imagen tradicional del cura occidental, fiel a su celibato, en una tierra donde la paternidad es lo m¨¢s apreciado en un hombre. Un sacerdote espa?ol dec¨ªa a EL PAIS que en Togo la gente no suele creer en el celibato de un cura u obispo, porque si no tienen hijos no son verdaderos curas. Por eso piensan que los tienen escondidos y al citado sacerdote, cuando vuelve a Espa?a, las mujeres del poblado le llevan regalos para que los d¨¦ "a sus hijos lejanos".
La Virgen del Lago
Juan Pablo II, tras haber regresado a la capital, se dirigi¨® por la tarde hacia el sur del pa¨ªs, a Togoville, a 60 kil¨®metros, al lado del magn¨ªfico lago que llega a tocar el oc¨¦ano Atl¨¢ntico. El poblado es el centro fetichista de Togo. All¨ª los cat¨®licos son s¨®lo un pu?ado y han levantado un peque?o santuario a la Virgen del Lago, que desde hace 16 a?os se ha convertido en el centro de peregrinaci¨®n mariana del pa¨ªs El santuario les gusta tambi¨¦n a los animistas y fetichistas "Aqu¨ª", dijo ayer a EL PAIS un hermano de las Escuelas Cristianas, el espa?ol Jaime Marco, que trabaja en dicho lugar vestido de africano desde hace 15 a?os, "no hay una separaci¨®n neta entre cristianos y fetichistas. Los primeros, una vez convertidos a la fe, siguen practicando el vud¨², y los segundos vienen a misa y a rezar a la virgen". Y a?adi¨®: "Har¨¢n falta cientos de a?os para deslindar bien los campos".
En Togoville viven los sacerdotes animistas del dios de la foresta, que tiene su origen en la ciudad de B¨¦, cerca de la capital, donde el gran sacerdote se prepara para su misi¨®n en la foresta de Agbodrafo y despu¨¦s vive hasta su muerte. Practican el culto a Nyigbiem. Siete de ellos quisieron dar ayer la bienvenida al Papa a su llegada al santuario. Le esperaban a la orilla del lago, adonde Juan Pablo II lleg¨® con una peque?a barca de motor. Estaban vestidos como ¨¦l de blanco, s¨ªmbolo en Togo del poder. Saludaron al Papa de los cat¨®licos como adoradores tambi¨¦n ellos de un "¨²nico dios, trascendente y creador del Universo", y le dieron "la bienvenida de la tolerancia religiosa".
Estaban felices de que el Papa hubiese aceptado encontrarse con ellos, aunque seg¨²n algunos sacerdotes combonianos italianos que cuidan del peque?o santuario, para algunos cristianos ha sido sorprendente y hasta ha podido escandalizarles el hecho de que el Papa haya querido recibir el saludo, el discurso y hasta la libaci¨®n com¨²n con los sacerdotes fetichistas. Pero no hay que olvidar que para un africano fetichista o animista convertirse a la fe cat¨®lica es algo heroico, a veces muy arriesgado, ya que puede acabar siendo perseguido. Juan Pablo Il no puso dificultad a dicho encuentro.
Posteriormente, durante el discurso pronunciado ante los j¨®venes, los ciegos y los enfermos, les present¨® a la Virgen Mar¨ªa como "la mujer m¨¢s santa, m¨¢s humana, m¨¢s grande y m¨¢s cercana a todos los hombres". A ella se dirigi¨® el Papa diciendo: "T¨² eres para siempre la verdadera Madre de Dios".
Hoy, el Papa dejar¨¢ muy temprano Togo y llegar¨¢ por la noche a Camer¨²n, tras haber pasado antes unas horas en Costa de Marfil, para bendecir la nueva catedral reci¨¦n estrenada de la capital de Abidjan.
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