Privilegios farmac¨¦uticos

Una de las cosas que est¨¢ descubriendo la democracia es que en Espa?a hay demasiado corporativismo, demasiados grupos sociales que se consideran intocables. Por ejemplo, me parece muy bien que los farmac¨¦uticos protesten porque les quieran reducir un poco, s¨®lo un poco, sus amplios m¨¢rgenes comerciales, pero deber¨ªan hacerlo sin hipocres¨ªa y sin exageraciones, porque al leer el catastrofista art¨ªculo del presidente de la Federaci¨®n Empresarial de Farmac¨¦uticos Espa?oles (publicado en EL PAIS el 6 de agosto de 1985) es imposible pensar que lo ¨²nico que les amenaza es una simple reducci¨®n del 2,5%, en sus m¨¢rgenes comerciales; da la impresi¨®n de que algo terrible y monstruoso les amenaza a nuestros afortunados farmac¨¦uticos. ?Se?or, que no es para tanto!Porque es curioso que cuando los farmac¨¦uticos se quejan se olviden de los excesivos privilegios que tienen. No creo que nadie se explique que si pongo un negocio de cualquier cosa tengo que luchar con la competencia; pero si tengo la suerte de conseguir una farmacia nadie podr¨¢ instalarse en lo que ser¨¢ mi territorio. ?Cu¨¢ndo se va a acabar con esto tan antidemocr¨¢tico? ?Por qu¨¦ no se lleva al Tribunal Constitucional para que decida si en una democracia pueden haber negocios privilegiados? Y si es legal, ?por qu¨¦ no se empieza a estudiar la posibilidad de ampliar a otros negocios y profesiones eso de la ausencia de competencia en los alrededores?-