Esplendor y decadencia de una familia
TVE-2 comienza a emitir 'Los Buddenbrook', adaptaci¨®n de la novela de Thomas Mann
La serie titulada Los Buddenbrook, adaptaci¨®n de la novela hom¨®nima de Thomas Mann, comienza a emitirse hoy, por TVE-2, a partir de las 20.30. Esta producci¨®n franco-alemana obtuvo un gran ¨¦xito en la Rep¨²blica Federal de Alemania, donde, durante su emisi¨®n, ascendieron las ventas del libro de forma vertiginosa, y en otros pa¨ªses como Francia, Jap¨®n y EE UU
Los Buddenbrook (1901), escrita por Thomas Mann a la temprana edad de 26 a?os, es algo m¨¢s que una prodigiosa cr¨®nica de la inexorable decadencia de una poderosa dinast¨ªa mercantil en la vieja ciudad hanse¨¢tica de L¨¹beck vista a trav¨¦s de cuatro generaciones. Es tambi¨¦n, y sobre esto, una l¨²cida y penetrante mirada, a menudo cargada de tierna iron¨ªa, a la sociedad del siglo XIX en los Estados libres de Alemania, particularmente los del norte, la Alemania protestante.
El propio Mann -que no por azar hace coincidir la fecha de la muerte de Thomas Buddenbrook y la liquidaci¨®n definitiva del negocio familiar con la de su nacimiento (1875)- proced¨ªa de una familia de negociantes protestantes de L¨¹beck; de ah¨ª que la cr¨®nica se nutra en buena parte de recuerdos personales.
En Los Buddenbrook, tan densa y compleja tem¨¢ticamente como sus obras m¨¢s tard¨ªas, est¨¢ tambi¨¦n presente uno de los temas que obsesionar¨¢n al escritor alem¨¢n a lo largo de su vasta obra: la contradicci¨®n aparentemente irresoluble entre la existencia burguesa y las exigencias derivadas de una vocaci¨®n art¨ªstica, representada en la ficci¨®n por personajes tan temperamentalmente irreconciliables como los de Thomas, Christian o Hanno.
P¨¦rdida de la salud
Todo ocurre como si el alejamiento de sus ra¨ªces trajera a los personajes no s¨®lo la p¨¦rdida de su fortuna, sino tambi¨¦n la de su salud..Las im¨¢genes de decadencia y muerte se suceden de forma vertiginosa en una progresi¨®n de dramatismo: si el patriarca Johann Buddenbrook muere en su cama, rodeado de sus seres queridos, Hanno, el ¨²ltimo miembro del en tiempos pr¨®spero clan, "un temperamento enfermizo de artista" con escaso inter¨¦s por mantener la tradici¨®n comercial de la familia, acabar¨¢ consumido por el tifus.
La idea de llevar a la peque?a pantalla la obra de Thomas Mann parti¨® de la Hessischer Rundfunk, de Francfort, una de las nueve cadenas de televisi¨®n subvencionadas por el Estado en la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA).
M¨¢s tarde entrar¨ªan a colaborar en el proyecto Taurus Film, de M¨²nich; Film Polski, de Varsovia (varias de las escenas que se desarrollan en L¨¹beck fueron en realidad rodadas en Gdansk), y TF-1, de Par¨ªs. Todo parec¨ªa ya dispuesto en 1976 para llevar adelante una empresa de esta envergadura; s¨®lo faltaba que alguien respondiera al desafio de visualizar el estilo del novelista, para lo cual, trat¨¢ndose de un Thomas Mann y no de los Sidney Sheldon o las Judith Krantz (Dallas, Dinast¨ªa), no bastaba una buena dosis de audacia -como creen aquellos que han tomado por asalto y con alevos¨ªa el patrimonio literario y teatral-; antes bien, eran precisos talento e imaginaci¨®n.
En caso contrario, lo que cab¨ªa esperar era una barata simplificaci¨®n o la utilizaci¨®n fraudulenta del prestigio de la obra original en provecho de un filme que poco o nada tendr¨ªa que ver con ella.
Con m¨¢s de 150 filmes para televisi¨®n en su haber, Franz Peter Wirth pareci¨® a la productora alemana una elecci¨®n l¨®gica y prometedora. Wirth acept¨® colaborar en el doble cometido de adaptador de la obra de Mann (junto a Bernt Rother y Hans Joachim Lange) y director de la serie, que exigi¨® dos a?os de preparaci¨®n y nueve meses de rodaje. Seg¨²n declaraciones propias, no se le escaparon a este prol¨ªfico realizador los innumerables peligros, de traducir en im¨¢genes la escritura del gran novelista alem¨¢n.
Como m¨ªnimo, parec¨ªa saber que adaptar no era un ejercicio para perezosos y que cuanto m¨¢s fiel a la obra se pretendiera ser -y Wirth decidi¨® serlo al m¨¢ximo-, tanto m¨¢s hab¨ªa que inventar. Tampoco desconoc¨ªa ese m¨ªnimo de exigencias impuestas por el medio utilizado (la serializaci¨®n entre ellas). Todo ello y el cuenta y no acaba de los obst¨¢culos que hubo de sortear (los mismos que se le plantean a cualquiera que se enfrente a una obra con cierta complejidad formal y argumental) nos llevan a concluir que en este caso el realizador se esforz¨® para que la serie no resultase traici¨®n o ins¨ªpida calcoman¨ªa. Su visi¨®n nos dir¨¢ si tanto esfuerzo fue recompensado.
Novela agotada
En cualquier caso, quede claro, la literatura no pierde nada y tiene algo que ganar. El ¨¦xito alcanzado por la serie Los Buddenbrook en la televisi¨®n de la Rep¨²blica Federal de Alemania, (ha sido tambi¨¦n su mayor ¨¦xito de exportaci¨®n; la serie fue comprada en su momento por Francia, Holanda, Jap¨®n y Estados Unidos) hizo que la novela de Thomas Mann se agotara en todas las librer¨ªas y que su editor tuviera que imprimir otras 100.000 copias para cubrir la demanda, fen¨®meno, por otra parte, harto familiar en todos aquellos casos en que el cine y la televisi¨®n han echado mano con ¨¦xito (de p¨²blico) del capital l¨ªterario o teatral.
Ya es algo que estas adaptaciones, diestras o no (y sobre lo pertinente de aplicarles esta calificaci¨®n habr¨ªa mucho que hablar), hayan servido para dar un jovial impulso a la generalmente maltrecha econom¨ªa del escritor, si ¨¦ste tiene la fortuna de estar a¨²n vivo, y si no, a la de sus herederos o editores.
M¨¢s dudoso es, sin embargo, que este g¨¦nero de series televisivas despierte en el espectador la afici¨®n que no ten¨ªa por la literatura o por el escritor en cuesti¨®n. Estar¨ªamos m¨¢s dispuestos a creer que en la mayor¨ªa de los casos,la obra literar¨ªa adaptada se convierte para el espectador que hasta ese momento la ignoraba, si es de los que corre presuroso a comprarla, en un gui¨®n especialmente prolijo, recordatorio de los momentos m¨¢s emocionantes de la serie. ?Y malo si no los hubo!
Los Budenbrook se emite hoy a las 20.30 horas en TVE-2.
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